El papa Francisco rechazó este jueves la renuncia del arzobispo de Múnich y Freising, el cardenal Reinhard Marx, quien había dimitido a su cargo como forma de "asumir la corresponsabilidad" por los casos de pederastia denunciados en la Iglesia alemana. El pontífice aseguró que, si bien valora la decisión de Marx, "toda la Iglesia está en crisis" a causa de estos abusos.

"Querido hermano, ante todo gracias por tu coraje. Es un coraje cristiano que no teme la cruz, no teme anonadarse delante de la tremenda realidad del pecado", escribió el papa en una carta en la que comunicó a Marx su decisión.

El cardenal, expresidente de la Conferencia episcopal alemana y considerado integrante del ala progresista de la Iglesia, es uno de los más estrechos colaboradores de Francisco y pertenece a la comisión cardenalicia que le asesora para reformar la institución religiosa.

En la carta, el papa sostiene que “toda la Iglesia está en crisis a causa del asunto de los abusos; más aún, la Iglesia hoy no puede dar un paso adelante sin asumir esta crisis".

"La política del avestruz no lleva a nada, y la crisis tiene que ser asumida desde nuestra fe pascual. Los sociologismos, los psicologismos, no sirven. Asumir la crisis, personal y comunitariamente, es el único camino fecundo porque de una crisis no se sale solo sino en comunidad y además debemos tener en cuenta que de una crisis se sale o mejor o peor, pero nunca igual", manifestó Francisco.

Marx había presentado su renuncia la semana pasada después de que se conociera un informe sobre abusos a menores y encubrimientos en el periodo entre 1975 y 2018 por parte de curas de la archidiócesis de Colonia.

El papa acordó con Marx al calificar como “catástrofe” “la triste historia de los abusos sexuales y el modo de enfrentarlo que tomó la Iglesia hasta hace poco tiempo". Según Francisco, es necesario que la Iglesia de el primer paso y se haga “cargo de la historia, tanto personal como comunitariamente".

El pontífice señaló que aunque "las situaciones históricas han de ser interpretadas con la hermenéutica de la época en que sucedieron", esto "no nos exime de hacermos cargo y asumirlas como historia del pecado que nos asedia" y "cada obispo de la Iglesia deba asumirlo y preguntarse ¿qué debo hacer delante de esta catástrofe?".

"El mea culpa delante a tantos errores históricos del pasado lo hemos hecho más de una vez ante muchas situaciones aunque personalmente no hayamos participado en esa coyuntura histórica. Y esta misma actitud es la que se nos pide hoy", agregó.

Francisco asegura que a la Iglesia se le pide "una reforma" respecto a los casos de abusos y que ésta no puede consistir sólo en palabras "sino en actitudes que tengan el coraje de ponerse en crisis, de asumir la realidad sea cual sea la consecuencia".

"Los silencios, las omisiones, dar demasiado peso al prestigio de las instituciones sólo conducen al fracaso personal e histórico, y nos llevan a vivir con el peso de tener esqueletos en el armario", destaca y alienta a "ventilar esta realidad de los abusos y de cómo procedió la Iglesia".

Al final de la carta, Francisco alentó a Marx para que siga su lucha y recordó que en la Biblia, cuando Pedro presenta su renuncia ante Dios y pide “apártate de mí que soy un pecador", la respuesta de Dios fue “pastorea mis ovejas”.