El es Loki de Asgard y -a pesar de que esa se ha convierto en su frase de cabecera- nunca fue cargado con un glorioso propósito. Tras una década de moverse en los bordes del Marvel Cinematic Universe (o Universo Cinematográfico Marvel, o MCU, cada fan tiene su elección), el personaje que encarna Tom Hiddleston al fin ocupa un lugar central en el escenario. Hasta ahora, las cámaras se habían mantenido firmemente enganchadas a la cohorte siempre en expansión de los Vengadores, Loki, uno de los más infames villanos de la millonaria franquicia, es el tema central de la nueva serie de la plataforma Disney+, estrenada el miércoles 9 de junio y con un episodio estreno cada semana.

El show, que incluye en su elenco a Owen Wilson, Gugu Mbatha-Raw y Wunmi Mosaku, es un nuevo ramal que se abre de una breve escena en Avengers: Endgame, durante la cual aprovecha una distracción de los héroes para robar el Teseracto (un poderoso cubo que habilita al viaje interdimensional) y escapa de sus captores. En Loki, el Dios del Engaño es nuevamente capturado, esta vez por la Time Variance Authority (Autoridad de Variaciones, o discrepancias, en el Tiempo-, una organización abrumadoramente burocrática a cargo de monitorear las líneas de tiempo del Multiverso. Ante el delito de haber alterado la realidad, Loki recibe sus opciones: puede arriesgarse a que toda su existencia sea borrada para siempre, o puede ayudar a la TVA a detener una amenaza aún mayor.

Para la nueva serie resulta casi perfecto que todo crezca a partir de una anomalía de la narrativa. Porque el personaje de Loki es, de muchas maneras, también un hermoso accidente. Desde que apareció por primera vez en Thor (2011), Loki ha sobrevivido a varias muertes en pantalla, elevándose de personaje secundario a uno de los favoritos del MCU. A pesar de haber sido siempre confinado a las subtramas, ha disparado una serie interminable de gifs, Tumblrs, piezas de arte hechas por fans, legiones de personas dedicándole el cosplay en convenciones y montajes en YouTube de sus mejores escenas. El antihéroe se ha convertido en uno de los personajes más irresistibles y atractivos de la franquicia Marvel, más filoso y ácido que un Capitán América, mucho menos autocelebratorio que un Iron Man. Es la picazón que todo fanático de Marvel, en algún nivel, quiere rascarse.

"Todos aman a un villano", dice Gugu Mbatha-Raw, quien encarna a la autoritaria Ravonna Renslayer. "Todos disfrutan de un antihéroe. Y la gente ama vivir indirectamente a través de personajes engañosos y pensar 'bueno, desearía ser así y salirme con la mía. Desearía tener ese encanto, y esos poderes mágicos'. Y por debajo de todo eso, Loki es un tipo bastante inseguro. El vivió a la sombra de su hermano tanto tiempo que también hace que ahí haya una historia familiar con la que es fácil identificarse."

Nada de esto, de todas formas, se suponía que verdaderamente iba a pasar. Hiddleston es un actor nacido en Londres y entrenado en las artes clásicas, con una extensa experiencia en los escenarios teatrales. Fue Cassio en la representación de Otelo en la Donmar Warehouse en 2008; Prudence en The Children’s Monologues en el Old Vic y Hamlet en una producción realizada en 2017 en la Royal Academy of Dramatic Art, su alma mater. Originalmente hizo una audición para tomar el personaje de Thor. Los registros de esa audición tienen un lugar legendario en la tribu de fanáticos de Marvel. El actor, vistiendo una camiseta sin mangas y una peluca rubia, puede ser visto blandiendo el martillo de Thor, intentando personificar al Dios del Trueno. Pero es evidente aun en esos primeros clips que el rol no le ajustaba bien, y que Hiddleston tenía algo muy diferente para contribuir al MCU.

El personaje de Thor, es sabido, fue para Chris Hemsworth, lo que probablemente fue una buena decisión. Pero Kevin Feige, el presidente de Marvel Studios, le preguntó a Hiddleston si en lugar de eso le gustaría interpretar al tramposo hermano de Thor. Hiddleston accedió y, según su propio relato, no tomó conciencia en lo inmediato del impacto que esa elección tendría en su carrera. Los fanáticos, a su vez, tampoco tenían idea de lo que llegaría.

Loki y Thor, hermanos en permanente conflicto.

Antes de que Thor comenzara a filmarse, Feige le dijo a Hiddleston cuán instrumental era el lugar que para él iba a ocupar Loki dentro del Universo Marvel. Pero el actor no conseguía meterse esa idea del todo dentro de la cabeza. "Mi actitud era '¿Perdón?'. Porque Kevin siempre estaba tres o cuatro pasos adelante", le dijo a la revista Entertainment Weekly. "Procesarlo me llevó unos minutos, porque de entrada no me di cuenta cómo podía tener ese panorama tan amplio. Me di cuenta que ser elegido para encarnar a Loki era un momento muy significativo en mi vida, y que iba a permanecer. El viaje creativo iba a ser muy, muy estimulante." 

Y lo fue. La trayectoria de Loki en el MCU ha sido salpicada de sorpresas, giros en la trama, y la clase de desarrollo de personaje que juega de manera deliciosa con las emociones del fanático. Poco después de unirse a la franquicia, Loki murió... y murió otra vez, y otra vez. Murió en Thor en 2011, y murió en Thor: Un mundo oscuro en 2013. La primera muerte, según parece, siempre fue diseñada para ser temporaria: una escena poscréditos de Thor mostró a Loki vivo y en buena forma. ¿La segunda muerte, entonces? Esa sí estaba entendida para ser permanente, hasta que se volvió evidente que el mundo de los fanáticos no estaba listo para abandonar al Dios del Engaño.

"La muerte era parte del planteo original, pero en las proyecciones de prueba el público no lo aceptó", le dijo Hiddleston a la revista Empire en 2018. "Dijeron 'Es obvio que Loki va a volver. Eso en realidad no sucedió'. Y entonces se despertó una muy extraña y casi unánime resistencia a la idea. Decidieron que ese no era el final."

El hecho de que los fans no estuvieran listos para dejar morir a Loki no es demasiado soprendente, si se mira el estado de las cosas en el MCU en 2013. Para entonces, Loki se había desarrollado en el curso de dos películas: Thor en 2011 y, de manera crucial, The Avengers en 2012. Loki es el principal antagonista en The Avengers, habiendo decidido que la mejor manera de lidiar con sus asuntos personales es -de un modo clásico para los villanos de las película- conquistar y subyugar a la Tierra. Hay un trasfondo cosquilleante en esa línea narrativa: el público, obviamente, está del lado terrestre. En la construcción del mundo de la película, ellos estarán en el bando que recibirá los peores efectos del daibólico plan de Loki, contando con los honorables Avengers para defenderlos. Y Loki es ciertamente un villano exasperante en The Avengers. Hiddleston le da vida a su arrogancia, su egoísmo, su pura crueldad. Pero en su performance hay mucho más que eso, empezando por su timing cómico.

En una escena, cuando Loki ha sido capturado nuevamente por los buenos de la película, está sentado en un avión de carga cuando una tormenta empieza a estallar, sacudiendo a la aeronave. "¿Cuál es el problema? ¿Te asustan un par de relámpagos?", pregunta el Capitán América de Chris Evans, con un toque de actitud de macho. "No soy especialmente afecto a lo que sigue a eso", responde Loki con estoicismo. "Lo que sigue a eso" resulta ser su hermano Thor, quien agarra a Loki del cuello y lo saca del avión, abduciéndolo a una locación diferente. El momento es breve, pero se lo encuentra en un montón de videos que aparecen si en YouTube se hace una búsqueda de "las mejores escenas de Loki". Es revelador de cuánto le ha traído al MCU la performance de Tim Hiddleston: flashes de astucia y alivio cómico que balancean el martilleo inherente a las películas de superhéroes.

Además, el background de Hiddleston en los escenarios teatrales encaja perfectamente en el cuadro general. Es lo que le permitió mantenerse con éxito junto al Odín de Anthony Hopkins (padre de Thor y Loki). Es palpable también en The Avengers cuando Loki demanda a una multitud de terrestres que se arrodillen ante él y monologa: "¿No es lo más simple? ¿No es este su estado natural? Es la verdad nunca dicha de la Humanidad, que siempre están pidiendo ser conquistados". No es exactamente el soliloquio de Hamlet, pero Hiddleston resuelve la escena con la cuota exacta de gravedad.

Ese entrenamiento también le da forma a la atmósfera en el set de Loki. Hiddleston, Mbatha-Raw y Wunmi Mosaku, que encarna a una integrante de alto rango en la TVA, se graduaron en la Academia Real de Arte Dramático (en 2005, 2004 y 2007 respectivamente). Con lo que para el momento en que coincidieron en el mismo set de filmación ya tenían una historia en común.

"Siempre lo admiré como actor", dice Mosaku. "Por supuesto que actuar junto a él te pone un poco a prueba los nervios, porque eso es lo que sucede cuando tenés una performance junto a alguien a quien admirás. Pero él te hace sentir cómoda de inmediato. Repasaba las líneas de diálogo conmigo. Nadie hace eso. Nadie repasa las líneas con vos, pero Tom Hiddleston lo hace."

Owen Wilson y Tom Hiddleston en Loki.

Las cosas se pusieron al rojo con Loki en 2013, cuando Hiddleston hizo una aparición sorpresa en la Comic Con de San Diego. "En este momento estamos en la etapa de posproducción de una película llamada Thor: un mundo oscuro", estaba explicando Feige, cuando de pronto las luces se apagaron y el micrófono de Feige quedó en silencio. Por un breve momento, todo pareció una falla técnica. Pero entonces se elevó una voz teñida de autoimportancia y amenaza, una voz familiar que recitaba: "¡Humanidad, vean cuán profundo han caído, formando una fila bajo un calor sofocante, por horas, apiñándose en la sombra como bestias!". En ese punto las luces se encendieron, revelando a Hiddleston en personaje y con el traje completo. La audiencia estaba en éxtasis, entregada a una ovación. Estallaron los flashes y, mientras Hiddleston intentaba mantener el rostro compuesto, los fanáticos estallaron en un enérgico coro: "Loki! Loki! Loki!"

Desde ese momento la cosa escaló, con Hiddleston, aun en personaje, urgiendo a la multitud a "decir mi nombre", y un hombre gritándole "¡Mi esposa te ama!". La secuencia podría haber sido vergonzosa hasta el desastre, pero fue un momento de pura diversión y disfrute, algo que tomó a todos por sorpresa, Hiddleston incluido. "Fue como entrar dentro de una pared de sonido", le dijo un mes después al hoy extinto sitio web HitFix. "Se sintió como una ola. ¿Viste cuando estás nadando en el océano, y una ola enorme te cae encima y tratás de pararte pero rompe alrededor tuyo, por delante y por detrás, y es más grande de lo que esperabas? Se sintió un poquito así."

Entonces, aun cuando Loki pareció morir unos meses después, cuando se estrenó Un mundo oscuro, terminó engañando a la Parca, retornando en Thor: Ragnarok en 2017, y también en Avengers: Infinity War (2018) y en Avengers: Endgame (2019). En Ragnarok comenzó un arco narrativo de redención, uniendo fuerzas con Thor contra su "hermana sorpresa" Hela y el demonio de fuego Surtur. "Quizás no sos tan malo después de todo, hermano", murmura el Dios del Trueno en el final de la película, a lo que el mismo Loki concede: "Quizás no."

Pero la moralidad de Loki, por supuesto, ha fluido y refluido. En Infinity War pareció morir de una vez y para siempre -y tuvo una verdadera muerte heroica-, en un desafortunado intento de engañar a Thanos, prometiendo lealtad al supervillano antes de intentar asesinarlo con una daga. Endgame trajo de vuelta su malévola esencia en una secuencia de viaje en el tiempo, en la que el Loki de The Avengers roba el Teseracto: la arruga en el tiempo necesaria para forjar la base de lo que ahora es la serie Loki. Y con ese gesto, su arco de redención queda borrado: aquí está de nuevo el Dios del Engaño.

"El es complicado, y es tan malo", dice Mosaku. "Hay una vulnerabilidad ahí, y de algún modo entendés por qué es malo. Tom tiene un muy buen balance entre el encanto, la comedia, el drama, el dolor. Puede interpretar todo eso muy bien". Esa es la atracción que aparece en el centro de Loki: Vengadores como Capitán América, Doctor Strange o incluso Iron Man tienen algunas cualidades de inadaptados, pero siempre las trascienden. Steve Rogers empieza como un frágil rechazado del ejército, pero se convierte en supersoldado. Stephen Strange pierde su carrera como cirujano tras un accidente de auto, pero se convierte en hechicero. Y Tony Stark, bueno, su padre nunca lo amó en la manera correcta, una frustración que Stark sublimó convirtiéndose en Iron Man.

Loki, de todos modos, nunca trasciende del todo sus inclinaciones malignas. Evoluciona solo lo suficiente para ser interesante, pero la cuestión de su moralidad siempre está sobre la mesa. Es un inadaptado que lo sigue siendo. No es difícil ver el encanto de esa caracterización. Las cosas con Loki rara vez son lo que parecen, y nunca llegan a un estado de permanencia. Después de todo, él es Loki de Asgard. Y tu esposa lo ama.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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