La hermandad que existe entre la música y la poesía tiene, en Salta, una potencia particular que ha enriquecido al cancionero popular. Esta conjunción es tan fuerte que inspira a creadores e intérpretes de ayer y de hoy. Uno de ellos es Carlos Fernando Vargas, guitarrista, profesor de folklore y gestor cultural, quien esta noche, las 21, presentará su segundo material discográfico, en el Teatro de la Fundación Salta, ubicado en General Güemes 434. El show sucederá en el marco de celebraciones por el bicentenario del paso a la inmortalidad del mayor héroe salteño, Martín Miguel de Güemes.

El trabajo, titulado “Tierra de canciones” remite la poética de Manuel Castilla y funciona también como un homenaje al autor de “El Gozante” y “La niebla y el árbol”, entre tantos. “A mí me gusta mucho la poesía de Castilla, el Cuchi Leguizamón, todo lo que sea cercano ellos, así que esta grabación y el show de daremos, tienen mucho con ese universo, Creo que él y Perecito, dejaron una huella, marcaron un camino a seguir. No solo por su arte y las duplas creativas que conformaron, también por su amistad, por el hecho de hacer con los otros, junto a otros”, explicó Vargas.

En este sentido, la placa, que se registró entre Buenos Aires y Vaqueros, sigue la senda marcada por esos artistas, y hace foco en lo colectivo y en la variedad de voces. Cuenta on participaciones especiales de Franco Luciani, Lorena Astudillo, Melania Pérez, Nadia Lárcher, Araceli Pavón, Facundo Sotomayor, Micaela Chauque, Anita Brizuela y Rocío Palazzo, y más invitados.

Para desplegar su propuesta, el instrumentista convocó a un artista diferente para transitar cada posta del disco con otro color: 14 paisajes sonoros, y un justo rescate no solo de algunas de las canciones más sensibles de nuestro mapa nacional, sino de la lírica en su máxima expresión, con recitados a cargo de Oscar Humacata y Raúl Rojas.

En tu primer trabajo, “Encuentros” trazaste cruces con colegas, ahora redoblás la apuesta…

Sí, es parte de nuestra naturaleza. Siempre organizamos juntadas, encuentros con muchos músicos de acá y de otras provincias. Entrelazamos ahí un poco el sentimiento del arte y la música. Los invito a participar para que quede este registro de un trabajo conjunto. Invitamos y los invitan a sumarnos a otros proyectos. En ese sentido, creo que la música siempre fue generosa.

En consonancia con eso, hoy esperamos contar con la presencia de varios invitados que habitaron esta “Tierra de canciones”.

El disco que desplegarás hoy incluye zambas, chacareras, un huayno, un chamamé ¿con qué criterio elegiste las obras diversas que, finalmente se grabaron?

La selección de temas tuvo que ver con un gusto personal, con el hecho de haber escuchado, de haber caminado con tantos artistas, con tantos compañeros. Entonces hay obra del Chacho Echenique que ha cantado Mariana Baraj, Rocío Palazzo. También escuché por Pancho Cabral “Ay, este azul”, que Melania Pérez incluye en su repertorio y le pedí que si podíamos grabarla. Tengo mucha afinidad con la obra del Cuchi, por eso hicimos “Argamonte” con Lorena.

Es una conjunción de camino que se recorrió. También hay un tema inédito que es “Flor de la quebrada” con música de Micaela y letra de Raúl Fernández, un salteño que vivía en Buenos Aires, un gran poeta que nos dejó hace poco.

Este disco es el reflejo del trabajo de muchos compañeros y compañeras. Fuimos grabando desde el año 2017 hasta el 20, fue impensado terminarlo en pandemia, pero así pasó. Yo me imaginaba la interpretación o el tema con la intérprete o el intérprete. Así fue la selección, teniendo siempre como bastión al Cuchi.

Más adelante, queremos hacer un tercer proyecto, con canciones propias y de compañeros que componen. Esa sería la idea a futuro.

¿El contexto de pandemia, habilitó con mayor fuerza la impronta colaborativa del proyecto?

Siempre me interesó que estos proyectos fueran colaborativos. Probablemente, el mismo tiempo que estamos viviendo nos pide abrazar esta forma de trabajos. Nosotros venimos cimentando la cultura acá, en Salta, y en el país. Siempre para poder llevar y transmitir nuestro repertorio a otros lugares, provincias y países necesitamos -sí o sí- esas redes, ese trabajo conjunto. Hoy es importantísimo tejer esas redes, conectarse y trabajar mancomunadamente.

Realmente son tiempos duros, sin embargo prima el espíritu de colaboración, de compartir Extrañamos los escenarios y visitar a los amigos. Desgraciadamente, por este contexto, no se puede, sumado a que, por acá, las situación es complicada y muchos compañeros no solo músicos, sino de la comunidad artística de Salta, no pueden trabajar. Por acá la ayuda en todos los sentidos, hacia los artistas, fue poca o nula, pero tratamos de seguir y salir adelante.

También te dedicás a la gestión, que se vincula fuertemente con la labor colectiva…

Por supuesto. Acá llegaron muchos compañeros para brindar talleres, porque la formación también es necesaria para los chicos que están empezando, y para nosotros. El hecho de trabajar en forma colaborativa tiene un provecho muy importante. De esa manera hicimos hicimos jornadas de música, jornadas de folklore y la comunidad pudo ver al Chango Spasiuk, a Juan Falú, Leo Maslíah, tanto en su música como en sus vivencias.

¿Considerás que estas redes podrían extenderse no solo entre artistas sino dentro de la sociedad en general?

Por supuesto, si esto se implantara en el día a día, en la sociedad, seguramente estaríamos mucho mejor. Hubo un momento en el que, por ahí, había mucho individualismo, y esta pandemia nos dejó a todos precarizados nos llevó a lo colaborativo para poder sostenernos. Así que sería genial que se aplique a todo nivel.