Uno de los promotores de la megaferia bonaerense La Salada dejó filtrar el probable proyecto de instalar una réplica de ese gigante comercial sobre la autopista a Córdoba. La sola mención de esa posibilidad cerró filas en Rosario, en abierto rechazo al arribo de semejante competidor para la industria textil y el comercio local.

Ricardo Diab, presidente de la Asociación Empresaria Rosario y miembro de Came –enemigo institucional declarado de La Salada–, recordó que ya hubo intentos de esa especie en la región. "Esto nos pone de nuevo en alerta y bregaremos porque eso no se produzca", anticipó y no descartó que la versión por ahora no sea más que "un globo de ensayo" a la pesca de sondear en qué lugar la idea puede cuajar. 

Bastó que el coordinador de la feria de Lomas de Zamora, Jorge Castillo, saliera el martes por Radio 2 para tirar que están evaluando tres posibles locaciones sobre la traza de la autopista, "dos en provincia de Córdoba y una en la zona de Rosario", y que vendrá a estudiar de cerca la mejor locación. "Compraremos el terreno y luego montamos los puestos con feriantes de las dos provincias", apuró sin precisar plazos ni detalles. 

Eso nomás activó reuniones entre los centros comerciales de la región para preparar el lobby de resistencia. Después de eso, irán por los ejecutivos municipales para minar el territorio y cerrarle pistas a la hipotética sucursal del complejo ferial más grande de Sudamérica, y el de economía más informal.

Los resortes que se activan en estos casos son los de la Federación de Centros Comerciales a Cielo Abierto, para resistir la ofensiva de La Salada en caso de que tiente a municipios cercanos más vulnerables. "Son propuestas seductoras, claro, porque ofrecen fuentes de trabajo, aporte a la economía local, pero sabemos lo que después implica esta feria. Ya lo vivimos en Luis Palacios hace unos años", memoró Diab.

El dirigente de Came y AER sabe que muchos comerciantes en Rosario se abastecen en La Salada, pero tomó distancia de esos. "Nosotros defendemos a quienes trabajan en la legalidad, no respondemos por los otros", dijo. 

El establishment empresarial le imputa a este poderoso complejo que empezó hace 30 años y por el que transitan cientos de miles de clientes diarios un menú de incumplimientos legales: a la ley de marcas y patentes, a la ley de alquileres (porque los puestos se alquilan por día), y a la legislación laboral, entre otras. Está considerada como el emblema a nivel mundial de la falsificación de marcas en indumentaria. Su nivel de empleo registrado es casi nulo, y sobre su núcleo recaen denuncias de explotación laboral en talleres textiles clandestinos.

Consultado el secretario de Producción de la Municipalidad, quedó en claro que el rumor es más eso que una avanzada concreta. "Si es sobre la autopista a Córdoba, en el distrito Rosario no hay posibilidad para un emprendimiento así", cerró Sebastián Chale a Rosario/12

El funcionario le bajó decibeles a la inquietud desatada en el sector local de indumentaria por el lado del marco normativo del municipio. "Esto está legislado, La Salada no es una feria de productores, es de reventa, y además encaja más como una gran superficie comercial antes que como feria", consideró. Asimismo, se pronunció en contra de estas organizaciones del comercio. "No ayudan al desarrollo de una economía, potencian la informalidad hasta en una delgada línea con lo ilegal. En Rosario hay fábricas textiles y marcas establecidas, y esta competencia desleal las agrede, además de las dificultades que enfrentan desde el año pasado", abundó Chale.