Para cerrar este #28J, voy hablarles de amor. Amor del bueno, del que cuida y celebra la vida. Quiero contarles una hermosa historia porque se dice mucho de nosotras, pero poco se habla de nuestro derecho a amar y ser amadas a plena luz del día y no en la clandestinidad. Sin condicionamientos. Hoy puedo contar mi historia de amor porque tuve suerte, o porque no hubiera aceptado nunca que fuera de otra manera.

Lxs travestis y las personas trans somos un blanco fácil para algunos sujetos que, en nombre del «amor», se aprovechan de nuestra vulnerabilidad. Lo sé porque antes de conocer a mi actual esposo, yo fui víctima de esa violencia. Es como un cigarrillo que con su llama te va consumiendo hasta dejar nada, solo cenizas. Era muy triste y tan humillante, que me quitó todo, hasta la dignidad. Y así vulnerable, sin saber, me volví cómplice de este sujeto que decía «amarme a su manera». Entre cuatro paredes. Por suerte un instinto, un dejo de supervivencia se despertó en mí y pude escapar de esa relación.

Desde el principio supe que Pablo era diferente a todos. Nos conocimos el 11 de diciembre de 1998. Al poco tiempo fui su novia a los ojos de todo el mundo y jamás puso una sombra sobre mí. Nuestro amor sobrevivió a todos los prejuicios que se puedan imaginar y enfrentamos cosas muy dolorosas, pero nunca nos escondimos. Él siempre dio la cara por mí y esto no debería ser algo a destacar. Nadie debería sentir que tiene que agradecer y justificarse frente a la sociedad.

Las historias maravillosas solo ocurren en la fantasía, así que debo admitir que la mía tuvo, como cualquier otra, sus sinsabores y sus dichas, pero no puedo obviar que el colorín colorado es muy simbólico: nos casamos exactamente hace diez años, un 28 de junio.

Hoy quise compartir mi testimonio: decir que es posible experimentar la felicidad del amor. Del amor bueno. Del amor que sana, cuida, cura, abraza y construye. Comencemos con abrazarnos, respetarnos y creer con firme convicción que somos merecedoras de algo mejor. Ningunx debería ser cómplice del ocultamiento y la mentira. Nuestro derecho a amar y a ser amadxs fuera de la clandestinidad es algo a lo que no debemos renunciar jamás.

Siempre supe que el amor verdadero no te esconde, se lleva de la mano con orgullo. Hoy pertenezco a una minoría, pero eso tiene que cambiar. Mi victoria es mi familia, fruto del amor de mi marido y mis hijes, ese es el motor que me da fuerzas para seguir la lucha.

#28J

Este #28J nuestra marcha es Bailamos con nuestrxs muertxs , nosotres, travestis, trnas, y autocombocades libres de etiquetas, unides por el dolor y el deseo de una vida sin violencia decimos: ¡Basta! Paren de matarnos. #BastaDeTravesticidios y #BastaDeTransfemicidios. Cada travesti que muere violentamente deja una marca imborrable en el entramado de una sociedad. Deja vacío y perplejidad. Deja impotencia y miedo. Cada muerte atrasa el camino recorrido, las batallas ganadas, detiene, aterroriza. ¡Cuánta tristeza evitable, por favor! ¡Cuánta alma desgarrada! ¡Cuanta noche en plena luz del día! Por más amor del verdadero, del amar sin poseer... sin lastimar.

¡Feliz 28J para todxs!