Aquejada por un agresivo cáncer de estómago falleció a los 82 años Luisa Toledo, defensora de derechos humanos y madre de los hermanos Vergara Toledo, asesinados durante la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile. A través de un comunicado, su familia la recordó como la "madre de la juventud combatiente" y detalló que partió estando "rodeada por su círculo más íntimo" en su humilde casa de Villa Francia, barrio ubicado en Santiago.

"En esta fría mañana de julio, orgullosas y orgullosos vemos partir a una mujer inclaudicable, sempiterna, imprescindible. Y aunque Luisa nos deja físicamente, su legado ha calado profundo en la historia de las y los que luchan más allá de las fronteras de este territorio llamado Chile", precisó su familia. 

La vida de Luisa Toledo quedó marcada para siempre en 1985. Rafael y Eduardo Vergara Toledo, pertenecientes al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fueron baleados durante un operativo de Carabineros en Villa Francia el 29 de marzo de ese año. Por los asesinatos fueron condenados los tres autores confesos en 2008, aunque dos de ellos gozan de libertad condicional.

El crimen de los hijos de Luisa Toledo es conmemorado todos los años en Chile con el "Día del Joven Combatiente". Cada 29 de marzo se extienden distintas manifestaciones en Santiago y puntualmente en Villa Francia, lugar donde hasta este martes vivía la madre y aún vive el padre de las víctimas.

El cinco de noviembre de 1988 se sumó una nueva pérdida a la vida de Luisa cuando apareció muerto su otro hijo Pablo Vergara Toledo junto a Araceli Romo, ambos militantes de izquierda, en el Cerro Mariposas de la ciudad de Temuco debido a la explosión de una bomba. Como no hubo testigos del trágico incidente, el caso permanece impune.

Luisa Toledo canalizó las tragedias familiares para dar una lucha constante en favor de los movimientos ciudadanos y en defensa de los derechos humanos en dictadura pero también en democracia. Con el estallido social que se destapó en Chile a partir de octubre de 2019, su figura volvió a resurgir y se la pudo ver incluso protestando en las calles.

Postrada en la cama y en una de sus últimas apariciones públicas, Toledo dio a conocer su delicado estado de salud y dijo entre otras cosas: "Por todos los que están sufriendo cárcel, daño ocular, físico, lo mejor que podemos recibir como regalo de parte de ustedes es que sigan trabajando y sigan haciendo lo que estaban haciendo antes de afuera".