La Cámara Penal de Santa Fe revocó el cuestionado fallo del juez Rodolfo Mingarini, por el que dejó en libertad con restricciones a un hombre imputado por abuso sexual, con el argumento de que usó un preservativo. En ese sentido, el camarista Fernando Gentile Bresano ordenó la inmediata detención del acusado, para dar cumplimiento a la prisión preventiva solicitada por la fiscal María Celeste Minniti, cuando imputó a L.E.S., el mes pasado. "El hecho de que el hombre no acepte la autodeterminación de la mujer resulta demostrativo de la cosificación de la misma al no reconocerla como un par, un ser libre, racional y por ende, capaz de autodeterminarse", expresó el camarista como parte de los fundamentos en los que apuntó a la normativa internacional sobre derechos de las mujeres, el libre consentimiento y los estereotipos de género. 

El fallo machista de Mingarini derivó en un sumario administrativo en la Corte Suprema provincial a instancias del Procurador General Jorge Barraguirre; en la denuncia de una veintena de diputadas y críticas de organizaciones. También, en una apelación de les fiscales Minniti, Alejandra Del Río Ayala, Matías Broggi y Roberto Olcese, de la Unidad Fiscal Especial de Violencias de Género, Familiar y Sexual, quienes consideraron que su resolución contiene "graves y evidentes prejuicios de género". Por ese recurso, hubo una audiencia de apelación el lunes, y ayer se conoció la decisión.

Entre los fundamentos, el juez de la Alzada recordó lo expresado por la Corte Interamericana acerca de que la violación constituye una forma paradigmática de violencia contra las mujeres. Sobre el caso, que llegó a la Justicia por una denuncia de abuso sexual contra un hombre que trabajaba en una obra en construcción en inmediaciones de la casa de la víctima, explicó que la profesional de la salud que examinó a la mujer determinó la existencia de lesiones compatibles con su relato. Al mismo tiempo, señaló que la versión de la mujer es creíble y que contiene detalles inusuales o únicos que dan realidad a su declaración. "La mujer asevera que no brindó su consentimiento, que el imputado ingreso a su domicilio valiéndose de un engaño", recordó sobre el hombre que fue detenido un mes más tarde. 

En su resolución tras escuchar el lunes a las partes, Gentile Bresano --basándose en la normativa vigente de contra la violencia de género y los estándares internacionales-- analizó que el consentimiento debe darse voluntariamente, como resultado de la libre voluntad de la persona, valorada en el contexto de las circunstancias del momento y la existencia de un “acuerdo inequívoco y voluntario”. Y citó: “El enfoque de la igualdad comienza examinando, no si la mujer dijo ‘no’, sino si dijo ‘sí’. Las mujeres no van por ahí en un estado de consentimiento constante a la actividad sexual a menos y hasta que dicen ‘no’ u ofrezcan resistencia. El derecho a la autonomía física y sexual significa que tienen que consentir afirmativamente la actividad sexual”. 

Al mismo tiempo, el fallo pone de relieve el modo en que los estereotipos de género se replican y "afectan especialmente al derecho de la mujer a la igualdad ante la ley". Para el camarista, "el consentimiento requiere la expresión positiva e inequívoca". Y destacó que "lo expuesto revela que el interpretar que una víctima consiente o no se opone al contacto sexual debido a su silencio, ausencia de resistencia activa o porque permite que su agresor se coloque un preservativo, conculca las reglas interpretativas reseñadas. Por ejemplo, la colocación de un preservativo es solamente un pequeño hito de una secuencia fáctica motivo por el cual no corresponde analizar de modo aislado dicha circunstancia", expresó.

Y sumó: "La mera afirmación de que se trata de un caso de violencia de género implica asumir que se trata de un episodio caracterizado por la asimetría entre el agresor y la víctima. La existencia de dicha desigualdad permite clarificar la disparidad de fuerzas no sólo de carácter físico, sino inherente a concepciones culturales que ejercen influencia en el comportamiento de las partes".

Por otro lado, señaló que la tesis planteada por el acusado "no resulta sólida" ya que adujo que la denuncia es una venganza, lo que se consideró "absurdo" teniendo en cuenta que la mujer formuló la denuncia sin indicar los datos de identidad del imputado, lo que resulta "incompatible" con sus dichos. Y agregó que el acusado "exteriorizó expresiones reveladoras de estereotipos de género ya que pretendió justificarse diciendo 'soy un hombre'". El camarista agregó: "La suposición de que es probable que las mujeres y las niñas hagan acusaciones falsas de violación y violencia sexual es un estereotipo especialmente irracional; pues suelen tener muy poco que ganar y todo que perder (...), por lo que rara vez tienen un incentivo para mentir. Muchas denunciantes buscan la verdad y la justicia a costa de un enorme precio personal en cuanto al estigma y el rechazo de sus familias y comunidades”. 

Al considerar que existe riesgo de fuga y de entorpecimiento probatorio, frente a la  pena en expectativa para el acusado, el camarista expresó: “Los funcionarios judiciales tienen el deber de extremar los recaudos para proteger a la mujer, en este caso reparando la inicial respuesta de la justicia que desechó su versión de los hechos y valorando que las características del ataque y del agente denotan la necesidad de cautelar al justiciable”, enfatizó en la misma decisión que ordenó la detención del hombre imputado.