Según una investigación de UNICEF publicada el año pasado, en la Argentina, el tema del suicidio adolescente muestra una tendencia creciente verificada en las tasas. Catamarca formó parte del estudio y no es la excepción. El recientemente creado Observatorio de Salud Mental y Consumo en la órbita del Ministerio de Salud, determinó que la tasa más alta de suicidios se da en adolescentes y jóvenes de 13 a 27 años. En tanto, el 28 de junio se conformó la Mesa Intersectorial de prevención, que prevé abordar el suicidio como vulneración de derechos.

Catamarca/12 dialogó con Carmen Rodríguez Brieschke, directora provincial de Políticas de Promoción, Prevención y Abordaje Comunitario, y con Verónica Forner, directora del Observatorio, sobre el trabajo que se viene realizando para abordar el suicidio en la provincia.

Rodríguez Brieschke aseguró que la creación del Observatorio fue clave para poder conocer la realidad de la provincia. “Es importantísimo tener un lugar de registro, imprescindible para el diseño de la política pública”, reconoció.

La profesional señaló: “A la Mesa empezamos a trabajarla internamente desde la Secretaría de Salud Mental y Adicciones. Nos conectamos con Niñez, Adolescencia y Familia, de Desarrollo Social, y luego fuimos sumando a diferentes actores. El propósito es procurar tener la rectoría en prevención en intentos de suicidios, donde las decisiones no pertenecerán solo a un ministerio”, explicó.

Para Rodríguez Brieschke, el tema no puede ser abordado sólo desde la Salud Mental. La intersectorialidad, como meta, busca un acuerdo político, un criterio de corresponsabilidad y a partir de ahí generar los lineamientos para la prevención y posvención (apoyo que necesita quien intenta un suicidio, para sus familiares y el entorno de quien se ha suicidado).

“La Comisión Nacional del Suicidio lo definió al suicidio como vulneración de derechos. Entendemos, en consecuencia, que la promoción de los derechos es prevención”, dijo y aclaró: “Cuando vos tomás el último informe, te das cuenta de que en el suicidio adolescente, por ejemplo, existen causas como abuso sexual, identidad de género, niños que están desamparados afectivamente, o están en lugares en donde no hay redes ni instituciones, o por consumo problemático. Entonces estamos hablando de derechos negados, de personas vulneradas. La estrategia es desde la interseccionalidad. Es decir, desde la escuela, los barrios, con promotores, instituciones. Para la promoción y prevención de la salud, no necesitamos especialistas, sólo gente atravesada con la perspectiva. Todos podemos ser promotores de los derechos de los niños niñas y adolescentes”, aseguró.

“Trabajamos en red y articulamos con organizaciones sociales. Si fortalecemos todos estos factores, vamos a generar oportunidades. Esto significa, además, poner al Estado en un rol de cuidado. Sin embargo, comprendo que como todo cambio paradigmático llevará mucho tiempo, y en este momento lo que dificulta es ver y admitir la corresponsabilidad”, señaló.

En este contexto, puso como ejemplo la Ley de Educación Sexual Integral, que fue sancionada hace 15 años y aún hoy no es aplicada integralmente, como fue su objetivo. “Es innegable que en las escuelas que se aplicó ESI los chicos comenzaron a hablar de abusos sexuales y se denunciaron muchos gracias a esta presencia que hizo que el chico pueda contar y saber sus derechos. Sin embargo, aún existe resistencia de algunos sectores”, resaltó.

Estadísticas

Por su parte, Forner contó que el Observatorio comenzó a funcionar hace dos años. Desde su creación se comenzaron a contabilizar los casos de suicidios y de intentos de suicidio de una manera más sistemática y completa. Los datos principales surgen de la policía y la Justicia y desde los hospitales de la provincia. Catamarca es una de las pocas provincias que trabaja con un observatorio, es por esto que mientras las demás procesan datos de un año anterior, Catamarca ahora está comparando los primeros semestres del del 2020 y el presente año.

La tasa de suicidios en Catamarca del año pasado fue del 1,3 cada 100 mil habitantes. Dentro de estos números se resalta que son los adolescentes y jóvenes desde los 13 a los 27 años los que representan los porcentajes más altos, incluso, triplicando al de los adultos.

“Es una tasa parecida a nivel mundial en cuanto a incremento, fechas y edades. Es esperable. Por ejemplo, cuando hay grandes crisis económicas comienzan a aumentar en personas mayores de edad. Lo que puedo decir de este año es que las edades disminuyeron, es decir que mientras en el primer semestre del 2020 el mayor registro fue de jóvenes entre 18 a 27 años, este primer semestre fue de 18 a 22 años. No obstante, mientras este año ya tenemos cuatro casos de 13 a 17 años, en el 2020 sólo hubo 2 en esta franja de edades”, señaló Forner.

“Aunque estas tasas se mantengan, y el problema sea mundial, tengo que decir que es preocupante porque estamos hablando de personas”, resaltó la profesional.

En tanto, destacó la importancia de la línea 135 de ayuda al suicida. “Funciona los 365 días del año las 24 horas. Es un número único nacional que georreferencia las llamadas y las recibimos en la provincia. Cuando se inició la pandemia y el aislamiento preventivo, decidimos ampliar esta línea y capacitamos al personal para poder contener a personas aisladas y solas”, refirió.

“Cuando hablamos de suicidios, nunca decimos los números o cantidades precisas porque sabemos que despierta curiosidad y no es recomendable. Lo importante es reforzar que pueden contar con ayuda y todos pueden acceder a la línea 135 ya sea desde teléfono fijo o móvil con o sin crédito”, concluyó.

Factores de riesgo y protectores

Los factores de riesgo para los suicidios o intentos de suicidios son: el género; la autoexigencia, exigencia parental o fracasos en logros esperados. Los factores intrapsíquicos y de personalidad, particularmente los estados depresivos. Los factores socioeconómicos y culturales, como la falta de expectativas laborales y de estudio. El abuso sexual. La orientación sexual. La imitación. El consumo de alcohol y otras sustancias y el hostigamiento o acoso escolar (bullying).

Los factores que no son asociados al riesgo sino a diferentes formas de cuidado y protección se denominan en la literatura epidemiológica factores protectores. Los principales factores protectores son ciertos patrones familiares (buena relación y apoyo familiar); ciertos patrones de estilo cognitivo y personalidad (buenas habilidades sociales; confianza en sí mismo/a, en la propia situación y logros; búsqueda de ayuda cuando surgen dificultades, por ejemplo, en el trabajo escolar; búsqueda de consejo cuando hay que elegir opciones importantes; receptividad hacia las experiencias y soluciones de otras personas; receptividad hacia conocimientos nuevos). También, ciertos factores culturales y sociodemográficos (integración social, por ejemplo, participación en deportes, asociaciones religiosas, clubes y otras actividades; buenas relaciones con los/las compañeros/as; buenas relaciones con los/las profesores/as y otros adultos; apoyo de personas relevantes).

Mitos

Los mitos sobre el suicidio son múltiples, entre ellos aquel que sostiene que el que se quiere matar no lo dice (de cada diez personas que se suicidan, nueve de ellas dijeron claramente sus propósitos y la otra dejó entrever sus intenciones de acabar con su vida). También son mitos pensar que el suicidio no se puede prevenir porque ocurre por impulso, que los suicidas son enfermos mentales, que todo el que se suicida está deprimido o que preguntar a una persona sobre sus intenciones de matarse incrementa el peligro de que lo realice. Es otro mito pensar que el suicida desea morir.