Los familiares y amigos de las víctimas del atentado contra la AMIA, agrupados en Memoria Activa, se reunieron este jueves con la nueva jueza de la causa, María Eugenia Capuchetti. El encuentro por Zoom fue el primero y los integrantes de la asociación le manifestaron su preocupación por la falta de avances en la causa y, en particular, por la actuación de la Unidad Fiscal de Investigaciones AMIA, que tiene delegada la causa. El diálogo se produjo a 72 horas del 27 aniversario del ataque contra la mutual judía. 

La investigación está en una especie de pozo, sin novedades de ningún tipo desde hace un año, aunque hay dos pistas que habría que explorar. En febrero de 2020, Paraguay entregó una foto del supuesto organizador del atentado, Salman Raouf Salman, que Alberto Nisman creía que se llamaba Salman El Reda. Y, en paralelo, apareció un detenido en Estados Unidos, supuestamente de la organizacion pro-iraní Hezbollah, que dijo que conocía a Raouf y que tenía prestigio en el mundo del terrorismo por haber participado del ataque a la AMIA. El débil hilo de Raouf parece lo único existente: el sujeto viviría en El Líbano, pero no hay más datos que ese, pese a que Washington ofreció una recompensa de 6 millones de dólares. En paralelo, Memoria Activa le pidió a la jueza Capuchetti que investigue si no se le pagó a un iraní, Maijd Parvas, para que declare en la causa e involucre a El Reda-Raouf.

Tras la jubilación de Rodolfo Canicoba Corral, hace casi un año, la causa quedó en manos de Capuchetti. En verdad, la investigación del atentado está delegada en la Unidad Fiscal AMIA, aquella que encabezó Alberto Nisman y que el macrismo puso en manos de Sebastián Basso.

Juntos por el Cambio desmanteló la Unidad Fiscal AMIA

El gobierno de Juntos por el Cambio, en alianza con el procurador Eduardo Casal, desmanteló la Unidad Fiscal AMIA, porque el equipo que en su momento designó Alejandra Gils Carbó había dado buenos pasos adelante en la investigación, demostró lo poco que trabajaba Nisman, y encontrado pruebas de importancia:

  • Identificó a la víctima 85 del atentado por medio de ADN: Augusto Daniel Jesús.
  • Descubrió restos que no se corresponden con ninguno de los familiares, por lo que podrían ser del suicida.
  • Determinó por ADN que el suicida no fue Ibrahim Berro como dictaminó Nisman.
  • Corroboraron, a través de estudios de microscopio de barrido electrónico, que el atentado se cometió con una Trafic.
  • Establecieron que el supuesto organizador, que según Nisman se llamaba Samuel El Reda, en verdad sería Salman Raouf, que actualmente está en El Libano.

La procuradora Gils Carbó, tras la muerte de Nisman, designó un equipo de fiscales que le dio otra velocidad a la investigación y estaba integrado por Sabrina Namer, Roberto Salum y Leonardo Filippini. Luego hubo cambios y entraron Santiago Eyerhabide y Patricio Sabadini y en todo momento el coordinador fue Juan Murray. Pero hasta el encargado del tema AMIA en el Ministerio de Justicia durante el gobierno de Macri, el radical Mario Cimadevilla, denunció que el gobierno “obstaculizó la causa AMIA”. 

Las derechas de Washington y Jerusalem no querían movimientos que pusieran en dudas la acusación contra Irán, de manera que el macrismo desmanteló la unidad fiscal que le había dado algo de vida a la investigación, removiendo y trasladando a casi todos los integrantes. Un ejemplo claro: había informes semestrales de los nuevos hallazgos en la investigación AMIA; ahora no hay información desde hace casi dos años. 

En diálogo con Página/12, el titular de la unidad fiscal, Sebastián Basso, sostuvo que avanzan en buscar a otros de los terroristas que intervinieron en el ataque. No obstante, ayer Memoria Activa le reclamo a la jueza Capuchetti que intime a la fiscalía "a proveer la información que se le requirió y que omite responder". 

El gran problema de la causa AMIA es que no se esclareció prácticamente nada de lo ocurrido en el propio atentado: no se sabe de dónde salió el explosivo, no se sabe dónde se armó la camioneta bomba, no se conoce quiénes entraron al país para la ejecución ni está para nada claro quién fue el suicida.

Las dos pistas que siguen abiertas

Sin pruebas rotundas, en escena apareció un sujeto que -según los servicios de inteligencia- fue como el capataz del atentado. La hipótesis fue adoptada por Nisman y se pidió su captura como Samuel Salman El Reda. Alrededor de ese individuo se mantienen ahora abiertas dos pistas:

  • Por un lado, los anteriores fiscales de la Unidad AMIA se contactaron con el fiscal general de El Líbano. De allí surgió el dato de que El Reda era en realidad Salman Raouf.
  • En principio, se pensó que El Reda era colombiano, pero quedó en claro que su pasaporte colombiano era falso. Parece obvio que el individuo es sospechoso -no se sabe si del atentado o de otro ataque o de delitos comunes- porque tenía pasaporte falso colombiano, intentó la nacionalidad paraguaya y brasileña y también tenía pasaporte libanés. Supuestamente se casó en la Argentina con la hermana de la secretaria del responsable de Cultura de la Embajada de Irán, Mohsen Rabbani.
  • En 2020, Paraguay hizo saber que Raouf intentó conseguir un pasaporte de ese país y que incluso se sacó una foto en 1994, en el marco del trámite. La foto está en poder de la fiscalía a cargo de Basso. En el juicio que se siguió a Carlos Telleldín, el que armó la Trafic que luego estalló en la AMIA, el fiscal Eyherabide quiso mostrarle la foto a Telleldín para que diga si esa fue la persona que le compró la camioneta unos días antes del atentado. El tribunal le denegó al fiscal la autorización porque consideró que eso se debía hacer en la causa AMIA. En un año largo desde aquel momento, el reconocimiento no se hizo ni siquiera con la exesposa de Telleldín o con su hija, dos personas que vieron al comprador de la camioneta.
  • La otra pista también tiene que ver con Raouf. En Estados Unidos fue detenido hace un año un yihadista, aparentemente de Hezbollah, quien dijo conocer a Raouf y declaró que éste tenía prestigio por haber participado del atentado contra la AMIA. A partir de ese momento, también Estados Unidos pidió su captura y puso una recompensa: seis millones de dólares. El fiscal Basso estuvo en el país del norte y participó de algunas medidas, pero no está claro cómo evolucionaron las cosas. Al menos no se informó si lo relacionado con el testigo tuvo algún impacto en la causa AMIA. Lo cierto es que Raouf no fue detenido.
  • Pero en el diálogo del jueves con la jueza Capuchetti, Memoria Activa pidió que se investigue si no se trata de una pista falsa, supuestamente pagada por un secretario del expresidente de la DAIA. La periodista Alejandra Dandan en El Cohete a la Luna exhibió documentación que acredita el pago a un iraní, Majid Parvas, e incluso incumplimientos en el dinero prometido, según parece para plantar a El Reda-Raouf en la causa. 

Como se ve, se trata de hilos muy delgados en un expediente que este domingo superará los 27 años. Desde ya que parece casi imposible que un hecho de esa naturaleza se esclarezca con una demora de más de un cuarto de siglo. Todo lo que se hizo hasta ahora fue responsabilizar a Irán en base a informes de inteligencia norteamericanos e israelíes y eso llevó a pedir capturas internacionales, por ahora sin ningún efecto. Irán rechaza toda colaboración argumentando que la acusación es falsa, originada en razones geopolíticas y armada por la derecha de Washington y Jerusalem. Es una causa trabada, una investigación fracasada porque, como solía decir Canicoba Corral, “no hay evidencia judicial contra nadie”.