Deliciosas frituras 

Lugares pequeños, sin inversiones millonarias pero con una buena idea detrás. De eso se tratan estos locales especializados en un producto particular, al que buscan elaborarlo de la mejor manera posible. “Hice cuentas y los números me daban bien”, confiesa Gabriel Labastidas, un economista venezolano que desde hace años quería concretar el proyecto del negocio propio. Caminando por las calles de la ciudad porteña se le ocurrió que fuera de churros y tequeños, esos deliciosos bastoncitos de queso envueltos en masa, un tentempié originario de la ciudad de Los Teques, en el estado de Miranda, pero popularizado en todo Venezuela.

Así, a principio de marzo de 2020 Gabriel abrió el Holy Churro, un local con mostrador a la calle que se perfuma con el aroma de los churros en pleno Olivos, y logró sobrevivir el inmediato cierre por pandemia gracias al delivery y a que toda su familia se involucró en el trabajo cotidiano. Papá José hizo la primera versión de los tequeños, basado en la receta de Mi Cocina, de Armando Scannone Tempone, el mayor referente en libros de comida hogareña de Venezuela. “Junto con él llegamos a la receta actual, que no lleva azúcar y se parece a la masa de la torta frita. Y los rellenamos con queso y jamón o con plátano, cuenta Gabriel”. Vienen con una salcita de mayonesa, cilantro y ajo (tres unidades desde $180) y son para chuparse los dedos.

En materia de churros, la receta que utilizan es la originaria de España, pero con una confección cercana al estilo argentino, con el ancho necesario para soportar el relleno y un largo similar a los que se ofrecen en tantas panaderías del país. Los fríen en aceite de girasol y suman distintos rellenos (chocolate, dulce de leche, pastelera, roquefort) y toppings (Oreo, Rocklets, Coco, Nutella, entre $180 y $350 las seis unidades). Los más pedidos son los clásicos locales, de dulce de leche y bien azucarados. Así, Holy Churro divide su mirada en dos productos con una misma lógica de cocción, la adictiva fritura. Para pedir y compartir.

Holy Churro queda en Carlos Villate 1523, Olivos. WhatsApp: 11-3949-7933. Horario de atención: todos los días de 9 a 19. Instagram: @holychurro_arg.

Palito bombón

Un postre top, pero fácil de emplatar. Ese fue el pedido que durante años muchos bares y restaurantes le hicieron a la pastelera Nadua Odon Lambermont, en lo que se convirtió para ella en una obsesión. En un momento dado comenzó a elaborar unas pruebas con unos moldes italianos para helados en paleta, pero adaptando a ellos recetas de postres tradicionales. Así nació D-Pop: postres en palito -que parecen helados pero no lo son- aptos para comer caminando.

La base es de mousse; los rellenos de ganache, Nutella, brownie; la cobertura de chocolate con cereales o crocantes. Con esa estructura logra una gran variedad de sabores se identifican con el nombre de distintos países. Algunos ejemplos: el de Argentina tiene mousse de chocolate, dulce de leche y brownie; el de Irlanda es a base de crema de Baileys y pâté à bombe; el de Grecia incluye crema de frambuesas y merengue. Hay también propuestas veganas y sin TACC. Acorde con los tiempos, los postres de D-Pop no sólo son ricos sino también bellos e instagrameables; son dulces pero no empalagosos. Y apuestan a la calidad de ingredientes, sin conservantes ni saborizantes.

Nadua, que trabajó en el Hotel Madero (cuando pertenecía a la cadena Sofitel) y fue proveedora también de lugares de lujo como el bar Isabel o el restaurante Sipan, se asoció para este proyecto con Mariano Arias Kahale, un amigo de la infancia. Juntos comenzaron a vender las paletas por redes sociales y el año pasado inauguraron su primer local, muy cerca de dónde producen unos veinte mil postres por mes. Este año sumaron un carrito en el flamante Mercado Soho y en breve comenzarán a funcionar dos franquicias latinoamericanas de la marca, en Guatemala y en Colombia.

El local de Palermo tiene una estética similar a la de un deli inglés, con madera pintada en tono bordó y empapelados con diseños de flores de William Morris, toda una propuesta decorativa en un espacio de apenas 15 metros cuadrados desarrollada por el escenógrafo Rodrigo González Garillo. Ideal para comer al paso un dulce de calidad.

D-Pop queda en Armenia 1712. WhatsApp: 11-4145-5735. Horario de atención: martes a domingos de 13:30 a 21. Instagram: @dpop.postre.

Un poco de amor francés

Las cookies de estilo estadounidense conforman un mundo propio y exitoso en materia de dulces. Y es en ese mundo donde se metió el pastelero francés Mat Benoit, sumando ahí sabores argentinos pero más aún toda su tradición gala a través de una intervención curiosa: Mat termina las cookies con crema de limón y merengue; dulce de leche y coquitos y un confitado de frambuesas y ganache de chocolate blanco. Una cobertura propia que les da no sólo otro aspecto sino también un sabor diferente y muy particular.

El emprendimiento se llama French-Cookie y tiene variedad de opciones para elegir. Las galletitas son bien masticables, con bordes crujientes pero un centro blando, marcando esa textura única de las buenas cookies que a la vez es bien reconocible. Las hay por ejemplo clásicas con chips de chocolate pero también rellenas con crema de avellana, entre otras.

Mat nació en Normandía, vino a la Argentina hace ocho años con un permiso de trabajo y luego decidió quedarse en una Buenos Aires que lo sedujo. Antes, en Francia, se formó en la escuela del prestigioso maestro chocolatero Patrick Gelencser, cerca de Nantes. Ya instalado en la ciudad porteña trabajó para lugares emblemáticos como Cocu Boulangerie y el catering de Jérôme Mathe. “Me encanta la vida en Buenos Aires y la cultura argentina, estoy enamorado de este país.”

El primer local abrió en Palermo hace tres años: allí se ve una ventana, casi como de un quiosco, a través de la cual se exhiben todas las cookies artesanales (no hay una igual a la otra) sobre una gran placa. El valor por unidad es $110 (al comprar seis cobran cinco) y los toppings se colocan en el momento. Además, venden éclair ($250), financier ($120) y crumble ($300). Suman la opción de café y chocolate caliente, para beber por ejemplo en las dos mesas que hay en una vereda sobre la que -de tarde- da el sol. Desde hace un año y medio, también hay un segundo un puesto de French-Cookie en Distrito Arcos. Un viaje redondo que reversiona uno de los dulces más famosos del mundo.

French-Cookie queda en Honduras 5760. WhatApp: 11-2696-9497. Horario de atención: martes a domingos de 11 a 19. Instagram: @frenchcookie.ar.