Autor de las premiadas Postales de vuelo y Freno de mano, Víctor Winer estrenó obra nueva en El Tinglado, de Mario Bravo al 900. Se trata de Los Soviets de San Antonio, comedia bizarra de ribetes oníricos que reúne a una madre que exporta ensaimadas a Rusia y un coleccionista de los fascículos de Todo es Historia, con Anastasia Romanov y una novia abandonada. Con dirección de Mariano Dossena, el elenco está integrado por Ana María Cores; María Viau; Cristian Thorsen; David Midanson y Carolina Bonzi. La música original es de Rony Keselman, el diseño de vestuario y escenografía, de Nicolás Nanni.

“Con el correr de los días y de la escritura --cuenta el autor en la entrevista con Página/12--, mis recuerdos de los fascículos de la revista Todo es historia y la serie sobre el último zar de Rusia me ayudaron a entender sobre qué estaba escribiendo”, dice, en referencia al disparador que, antes de la pandemia, lo llevó a darle entidad a su personaje protagónico. Escapado del seno familiar, Guillermo se refugia en una pensión donde lee obsesivamente la revista fundada por Félix Luna, vía de acceso al delirio que le permite alejarse de la realidad que lo está esperando en su pueblo. Un delirio que llega a su punto máximo con las exigencias de una prima: entregarse a los vaivenes de la historia, casarse con la prófuga Anastasia y, tras ser derrocado, permitir que la revolución bolchevique triunfe en el pueblo.

El director, que en septiembre espera estrenar su obra Quince días para hablar de amor en el Teatro Regina, cuenta que suele escribir a mano y que, después de pasar el primer bosquejo de la obra a la computadora comienza la etapa de reescritura y corrección. Sus primeros lectores, -su esposa y algunos amigos- le dan la pauta del nivel de eficacia del texto. Pero en ese sentido, Winer se sorprende por la disparidad de sensaciones que puede suscitar la comicidad que, invariablemente, aparece en sus obras: “el humor es un prisma de varias facetas donde el texto sale disparado y produce desde ceguera a epifanía”, concluye.

-Recuerdos personales, lecturas y experiencias de viajes han sido algunos de los disparadores de tu escritura. ¿Cuál fue en este caso el punto de partida?

-En este caso, las primeras escenas salieron como la espuma que desborda al abrir una botella de champagne que termina de agitarse: parte del contenido se pierde y parte se rescata en la primera copa que se tiene a mano.

-Como en otras de tus obras, el tema de la crisis económica también aparece en ésta, de un modo delirante…

-El delirio atraviesa buen tramo de la obra de manera que los personajes plantean situaciones lindantes con al absurdo. En ese marco, el posible casamiento de la princesa Anastasia con un nativo del pueblo de San Antonio como forma de enriquecer a ambas partes es producto del clima sociopolítico que propone el texto.

-Una vez terminada la escritura, ¿es ahí cuando descubrís los posibles sentidos que pueden alentar tu obra?

-Superada la etapa inicial y en la medida en que el texto desarrolla sus posibles sentidos, señales y significados, uno escucha las palpitaciones del material, pero no le pone, todavía, un destino. Siempre me fascinó la historia alrededor del último zar de Rusia, su trágico final y el mito de que una de sus hijas, Anastasia, se hubiera salvado de las balas que le quitaron la vida al resto de su familia. Creo que logré un batido de pasado y presente para que el público pueda disfrutar.

-En una entrevista anterior decías que en la puesta en escena de una comedia es cuando se descubre su coloratura particular. ¿Cómo describirías en este caso su tonalidad?

-Humildemente, entiendo esta obra con un cierto parentesco a 300 millones de Roberto Arlt, ese mundo de ensueños donde todo es posible, donde el naturalismo queda en el banco de suplentes. La puesta de Mariano Dossena ha logrado dotar de ese “verosímil” tan difícil de conseguir entre actuación, acción y conflicto. Si la obra tuviera un color, sería rojo agradable.

*Los soviets de San Antonio, en El Tinglado (Mario Bravo 948), los sábados a las 22hs y los domingos, a las 18 hs