¿Cómo hacer teatro cuando no hay teatro? Para dar una respuesta a este interrogante, el dramaturgo y director Javier Daulte organizó el año pasado un concurso de obras breves que, desde una mirada transversal, abordaran el tema del confinamiento. “Creemos y esperamos que todo esto pasará. Mientras tanto, hagamos y pensemos teatro”, proponía la convocatoria. Los cinco textos seleccionados conforman el espectáculo Luz testigo, que acaba de estrenarse y va todos los miércoles a las 20.30 en el Espacio Callejón de Humahuaca al 3700, con la dirección del mismo Daulte. El nombre proviene de la antigua costumbre de dejar durante toda la noche, por prevención, una lámpara de bajo voltaje encendida en el escenario de los grandes teatros. Así, el nombre del espectáculo habla de un teatro que espera, encendido, para dar testimonio de un tiempo difícil. Los autores de los textos son Tomás Afán Muñoz, Marina Artigas, Rubén de la Torre, Julián Marcove y Agustín Meneses. El elenco está integrado por Ramiro Delgado, Lu Grasso, Silvina Katz, Paula Manzone, Agustín Meneses, Marcelo Pozzi, William Prociuk y María Villar. 

En todas las obras, el encierro aparece de algún modo: en las propias ensoñaciones, en la investigación de un crimen, en un vínculo familiar, en el transcurso de un monólogo teatral o en el encuentro casual entre dos personas. El diseño de iluminación es de Sebastián Francia y la escenografía y el vestuario, de José Escobar.

“La escritura y la lectura me salvaron”, asegura el dramaturgo, haciendo referencia al 2020. Entre las 600 páginas escritas el año pasado, hay tres obras de teatro que, según Daulte, podrían ser consideradas, al mismo tiempo, un acto de creación o un acto terapéutico. En contra de su habitual forma de urdir historias, solamente una novela corta, (Manifiesto del enemigo, de próxima aparición), aborda concretamente el tema de la pandemia, dado que en la situación de confinamiento que plantea, la inquietud social termina en estallido.

Si bien Daulte asegura no inspirarse en la realidad coyuntural a la hora de trabajar sus ficciones, la realidad va al encuentro de las situaciones que crea. Es el caso de Valeria radioactiva, obra escrita en 2018, que presenta a un personaje –una escritora de telenovelas, interpretada por María Onetto- que, por el hecho de padecer una enfermedad terminal decide encerrarse y vivir una existencia signada por la imaginación. La pieza, que aborda asuntos como la enfermedad, la finitud y la inmortalidad, también toca los temas del rating y del éxito a cualquier precio. Por este motivo, los productores no se resignan a perder a esta autora y, adelantándose a su muerte, le exigen que les entregue todo el material posible. Valeria…llegó a hacer funciones en marzo, antes del cierre de las salas. Ahora están esperando que Agustín Daulte, el hijo del dramaturgo que forma parte del elenco, pueda retornar de España –es uno de los varados en el exterior- para volver a las funciones.

-¿Qué requisitos debían tener las obras para entrar en la convocatoria de Luz testigo?

-Que fueran obras breves y que tocaran de manera tangencial el confinamiento. Hubo dos instancias de selección, yo participé de la segunda. Después, el desafío fue lograr un solo espectáculo de la conjunción de este grupo de obras eclécticas. Es una experiencia singular, porque fue escrita, ensayada y estrenada en el marco de la pandemia.

-¿Cuál es el aspecto que tienen en común?

-Las obras presentan vínculos en un estado de extrañamiento. En mayor o menor medida, todos vimos cómo se enrarecieron los vínculos y cómo lo normal dejó de serlo. Y en muchos casos se sufrió el haber convivido por demás con un otro.

-En una de las obras, uno de los personajes dice “pienso que nada va a volver a ser igual”. Muchos dicen que el teatro va a cambiar después de la experiencia de la pandemia. ¿Cuál es tu opinión?

-Si pensamos en Occidente, el teatro tiene una historia de 3000 años, en Oriente, el doble. Todavía nada pudo reemplazarlo. Pasó por pestes, guerras, dictaduras, incendios, persecuciones. Se hizo al aire libre, sin electricidad, sin mujeres y con la necesidad de dirigirse a todos los públicos, a los nobles, al clero, a los analfabetos. Hoy no es el contenido lo que se ve afectado sino la forma. Pero lo maravilloso que tiene el teatro es que lo presencial apela a una instancia poética de la existencia que nos da la posibilidad de despojarnos de lo coyuntural.

- Escrita especialmente para la compañía catalana Teatro La Gleva, en junio se estrenó en Barcelona tu obra Carnicera, donde hay dos bandos enfrentados que pretenden invalidarse mutuamente, una situación de intriga, ambiente conspirativo. ¿De dónde proviene todo esto?

-No escribo tomando en cuenta la coyuntura. Y no conozco en detalle lo que está ocurriendo ahora en España. Pero las teorías conspirativas (el Covid desencadenó muchas) y el tema de la verdad y la posverdad resuenan en todas partes. La realidad es el resultado de un sistema de creencias: creer en un relato y no en otro determina el lugar donde nos situamos. La grieta es algo que se da en todo el mundo. Ni siquiera somos originales en esto.

-Las irresponsables es otra de tus obras que se verá en España. ¿Por qué decidiste que aquí se verá en la calle Corrientes y no en tu teatro?

-Porque creo que es el ámbito de esta obra. Trabajando en España me di cuenta de que puede haber un teatro comercial con aspiraciones artísticas. Aquí la harán Gloria Carrá, Julieta Díaz y Paola Krum. Son 3 personajes femeninos de cuarenta y pico que durante un fin de semana deciden actuar con absoluta irresponsabilidad, tomando en cuenta lo mal que les fue mientras estaban empeñadas en hacer las cosas bien.

El próximo estreno

Javier Daulte está ensayando otro espectáculo que estrenará en setiembre en el Centro Cultural 25 de mayo de Triunvirato al 4400. Se trata de Recurso de amparo, obra escrita por Laura Oliva, en la época en la que asistía al taller de dramaturgia de Daulte. “Es intensa y reveladora, reflexiona sobre el instinto materno y los afectos que supuestamente son insoslayables”, adelanta el dramaturgo sobre esta suerte de “juicio pesadillesco” que debe enfrentar una madre, acusada de haber maltratado psicológicamente a su hija hasta matarla. El elenco está integrado por Gloria Carrá, Magela Zanotta, Mónica Raiola, Aymara Abramovich, Marcos Montes, Marcelo Pozzi, Gerardo Serre y Javier Niklison.

La ficha

Dramaturgo, guionista y novelista, Javier Daulte comenzó su carrera teatral desde la actuación, en el Teatro Payró, rol que abandonó para consagrarse a la escritura teatral. En los 90, fue uno de los fundadores del Caraja-jí, renovador grupo de jóvenes dramaturgos. Con una extensa obra mayormente integrada por comedias dramáticas con ribetes fantásticos y ambiente hiperrealista, Daulte ya recibió todos los premios teatrales más importantes, algunos de ellos, en más de una oportunidad. En Barcelona, donde grupos como Teatro La Gleva estrenan obras que el dramaturgo escribe especialmente para ellos, se lo considera uno de los autores contemporáneos de mayor prestigio y uno de los directores más originales. Al punto que la escuela EÒLIA de la Ciudad de Barcelona implementa su método para actores que lleva el nombre de Procedimiento Daulte. Entre sus obras se destacan Criminal, La escala humana, Bésame mucho, 4D Óptico, ¿Estás ahí?, Nunca estuviste tan adorable, y Automáticos. Desde hace años está a la cabeza del Espacio Callejón. La sala ubicada en el barrio del Abasto fue el primer teatro independiente en abrir, en noviembre de 2020.

 

*Luz testigo, en el Espacio Callejón (Humahuaca 3759), los miércoles a las 20.30.