La personalidad polifacética de Marcelo Diamand ha sido muy estudiada. Se destaca que fue un empresario que no pensaba la economía sólo desde su capital, sino que intentaba analizarla de manera integral y conceptualizarla. Su producción escrita fue prolífica.

Uno de sus aportes reside en la descripción de las causas y mecanismos de transmisión de los fenómenos inflacionarios derivados de las devaluaciones, en particular precipitadas por la restricción financiera externa al crecimiento. Es decir, la falta de dólares para continuar adquiriendo bienes de capital e insumos en otras naciones para prolongar el proceso de industrialización y crecimiento local.

Otra de sus contribuciones consiste en expresar de manera clara y concisa las razones por las cuales no puede haber un solo tipo de cambio, o tipo de cambio de equilibrio, en una economía que presenta, al menos, dos sectores productivos con niveles de productividad del trabajo heterogéneos entre sí, si se compara cada uno con las correspondientes actividades económicas en naciones desarrolladas. 

Esto se debe a que los tipos de cambio, o la relación de intercambio entre distintos dineros nacionales, se fundamentan en relaciones de productividad entre las naciones que intercambian.

Modelos

Diamand murió en 2007, tres décadas después de la instauración del que se conoce, para una parte de la literatura económica, como patrón de valorización financiera. Logró entender los rasgos principales del nuevo modelo. No obstante, el núcleo conceptual de su obra se gestó en la etapa en la que regía el patrón de acumulación de capital conocido como industrialización por sustitución de importaciones

Por otra parte, en ese entonces, la configuración económica mundial era distinta y, entre otros aspectos, el nivel de transnacionalización, menor.

En el libro de Eduardo Basualdo Estudios de Historia Económica Argentina. Desde Mediados del Siglo XX a la Actualidad, publicado en 2006, el autor observa: “Cuando se alude a la sustitución de importaciones como un modelo de dos sectores (en el cual la actividad agropecuaria es exportadora y la producción industrial, netamente importadora y, a la vez, cada una de ellas tiene una determinada elasticidad precio), se realiza una descripción circunscripta al plano material o productivo sin un correlato en términos políticos y sociales, ya que se hace referencia únicamente a las características de los sectores productivos y no a las clases sociales. Casualmente, uno de los sectores de la clase dominante, la oligarquía diversificada, estaba en ambas actividades al mismo tiempo”.

En el modelo de dos sectores de Diamand, de manera implícita, se presentan dos sectores distintos también en lo que hace a la propiedad de los medios de producción y, por lo tanto, a la apropiación del excedente.

Según Basualdo, la oligarquía diversificada es la fracción del capital resultante de la integración de dos afluentes: la oligarquía local que fue expandiéndose hacia la industria y el capital extranjero que se enraizó en Argentina y difundió a distintas esferas. 

Por su evolución desde el modelo agroexportador, la fracción del capital resultante fue diversificándose en distintas actividades económicas, agropecuarias, industriales, comerciales y financieras. Debido a sus intereses y comportamiento objetivos, no puede ser tratada como capital extranjero o burguesía nacional. Con forma de poderosos holdings oligopólicos, se encuentra en las principales ramas de la producción, es uno de los sectores dominantes de la economía argentina, con vinculaciones orgánicas en la vida política nacional y también en la mundial. Además, su relación con capitales extranjeros es distinta a la de décadas atrás. 

Camino al desarrollo

Otro rasgo central de este sector, además de su diversificación, es su creciente transnacionalización, por lo que necesita expresar su excedente en forma de dinero mundial para invertir de manera productiva en otras naciones y también capitalizar porciones crecientes mediante diversos activos e instrumentos financieros.

Por estas razones, casi todos los conceptos económicos adquieren nuevas determinaciones y vinculaciones: el endeudamiento externo, la fuga de capitales, las causas de la restricción externa, la dolarización, las consecuencias de las devaluaciones, la administración del comercio exterior y los caminos y actores posibles para el desarrollo económico nacional.

De esto, se deduce que los importantes aportes de Diamand deben ser utilizados en sus especificidades y no de manera universal, porque pueden conducir a grandes errores en el análisis de algunos fenómenos de la actualidad y, con basamento en las respectivas conclusiones, tomar decisiones equivocadas para encontrar el camino del desarrollo y salir de lo que el mismo pensador denominaba “péndulo argentino”.

* Economista UBA-UNdAv e integrante de Economía Política para la Argentina (Eppa).