La situación de la sala Arteón es delicada, y si no se toman las medidas pertinentes será demolida. El histórico espacio de la ciudad, situado en la galería de calle Sarmiento 778, enfrenta un nuevo desafío. Porque si algo caracteriza a la sala que dirige Néstor Zapata es resistir. “Los dueños de la galería, el consorcio Valenti –sucesores del arquitecto Juan Carlos Valenti, un gran hombre que nos llamó en su momento y nos ofreció la sala–, nos solicitan que nos vayamos. Nos sorprendió. Porque creíamos que se trataba de un ajuste de alquileres o algún tema relacionado. Pero nuestra respuesta fue no. ¿Cómo nos vamos a ir?”, comenta Néstor Zapata a Rosario/12.

Según explica el director de Arteón, “la intención de ellos es vender, porque –según nos dicen– están fundidos. Ellos tienen el derecho, pero lo tienen que hacer de acuerdo con los derechos y las obligaciones que corresponden. Nosotros estamos con un teatro y un cine instalado, a través de un contrato que está vigente, que se ajustó a la cláusula de 5 años de renovación y vence el 30 de noviembre de 2023. O sea, no nos pueden echar. Además, no estamos hablando de un local de fotocopias o de venta de ciruelas, sino de una sala cultural, de un espacio de la cultura de Rosario que tiene 52 años. La inauguramos a principios de 1969 y la tuvimos siempre nosotros, salvo durante un breve período de dos años. Es un lugar que hemos defendido a muerte, donde construimos con nuestro propio esfuerzo económico un ascensor para discapacitados, equipamos la sala con tecnología de última generación a través del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, hemos dado cine gratuito durante años para jubilados a través de Pami, es el lugar por donde pasaron figuras importantes del teatro nacional, una sala que se quemó en el ‘72 y se volvió a reconstruir totalmente. Lo que el fuego no pudo, parece ser que lo podría la piqueta de estos propietarios”.

La rememoración de Zapata deriva en algo ineludible, ya que la demolición debiera ajustarse a lo que la ley dicta. En este sentido, Zapata explica que “hay una ley, la 14800/59, que dice taxativamente que toda empresa que demuela un teatro deberá construir un nuevo teatro, de idénticas características y condiciones en el edificio que construya. Es de la época de Frondizi. Estamos hablando de una ley promulgada en la democracia. Lo único que pedimos es que no demuelan Arteón. Le pedimos al intendente Pablo Javkin (durante la reunión celebrada el martes pasado) que si hay una empresa dispuesta a comprarla, se le informe antes de darle autorización que en sus planos debe figurar el teatro en idénticas condiciones, que deben construirlo en el mismo lugar, y que se asuma el compromiso legal y jurídico”.

Zapata se muestra conforme con la atención por parte del intendente. “Nos dio su apoyo, hemos sentido una gran solidaridad, fuimos muy bien tratados y reconocidos. Nos dijo que Rosario no se merece demoler un espacio cultural, y nos pidió que hablásemos con los concejales, algo que hicimos hoy (por el miércoles), en una reunión con la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck, y luego con los concejales, para plantear –algo que le pareció excelente al intendente– hacer un decreto de declaración de patrimonio histórico cultural al Arteón, porque lo que se quiere defender no es el edificio ni su arquitectura, sino lo que contienen esas paredes, que es una historia de 52 años. Se nos ha dicho que sí desde todos los sectores políticos, así lo hemos sentido nosotros”.

Zapata piensa también en dirigirse a autoridades de la provincia, “con quienes tengo muy buen diálogo, tanto con las autoridades del área de Cultura como del gobierno provincial. Son dirigentes que conozco de hace muchos años y estoy absolutamente convencido de que van a ser sensibles. Pero no quiero que nos ofrezcan dinero ni subsidios, no me interesa. A quienes nos quedamos laburando ahí nos interesa que no demuelan la sala, que no se tire abajo. Estoy seguro que si el arquitecto Juan Carlos Valenti estuviera vivo, diría: ‘esa sala no se toca’”.