La conmemoración por los 204 años de la muerte del general Martín Miguel de Güemes se desarrolló en Salta con un marcado tono institucional, pero sin la presencia del presidente Javier Milei ni de la vicepresidenta Victoria Villarruel. La ausencia de las máximas autoridades nacionales no pasó desapercibida y fue abordada -aunque con mesura- por el gobernador Gustavo Sáenz, quien, tras el Tedeum, habló con la prensa y deslizó nuevamente críticas por la repartición de fondos a las provincias. 

“Imagino que están con otra cuestión. Cada uno está donde quiere estar y donde se siente cómodo”, expresó el mandatario provincial, esquivando la confrontación directa pero dejando clara su disconformidad. Aferrado a su discurso del reclamo histórico del norte argentino, dejó entrever el destrato del gobierno nacional, que este año ni siquiera se hizo presente para rendir homenaje al único general argentino que murió en combate.

La escena contrastó con la del año pasado, cuando la vicepresidenta Victoria Villarruel asistió al acto central y recibió en mano el llamado “Pacto de Güemes”. Este documento sintetizaba los reclamos del gobernador salteño al Gobierno nacional en materia de financiamiento, federalismo y equidad en la distribución de recursos. En su momento la movida generó tensiones internas en el bloque de La Libertad Avanza, puesto que habían asistido diez diputados nacionales (los tres salteños incluidos) que vieron en ese gesto un reclamo político directo. Tres días después, Sáenz entregó una copia del Pacto al presidente Milei, en el marco de los actos del 20 de junio. 

Villarruel y Sáenz, en los actos oficiales de 2024


Este año, sin funcionarios nacionales a la vista y con un escenario económico aún más crítico, Sáenz insistió en la necesidad de “unirse más que nunca” entre las provincias para “pelear por los recursos que le corresponden” al interior del país. “No son recursos para los gobernadores, son para la gente. Son obras, son sueños esperados. Pero también tienen que ver con temas básicos como salud, seguridad y educación”, enfatizó, a propósito del encuentro que mantuvo la semana pasada con el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora.

El gobernador también puso en palabras su preocupación por la sostenida baja en la coparticipación. Manifestó que si sigue bajando y el flujo de ingresos es cada vez menor, "vamos a ver bastante complicadas a todas las provincias en los próximos años”. Salta, como otras provincias del norte, depende en gran medida de esos fondos para sostener servicios esenciales.

Entre los presentes se encontraban el presidente del Consejo Municipal de Tarija, Bolivia, Fernando Castellano Echazú, y concejales de Tarija; también estaba el presidente del Foro de Intendentes de Salta, Marcelo Moisés, y otros intendentes de la provincia.

Obras frenadas y rutas en crisis

Otro de los puntos centrales del discurso del gobernador giró en torno a las obras públicas paralizadas por el Gobierno nacional. Sáenz recordó que muchas de la infraestructura comprometida en convenios firmados con la Nación no se concretaron, y que la provincia tuvo que asumir con fondos propios iniciativas claves como la Ciudad Judicial de Orán, el puente de Vaqueros o la Escuela Técnica de Güemes. “Firmamos un compromiso hace un año, pero solo algunas obras fueron asumidas por Nación; las otras las ejecutamos nosotros, aunque con mucha dificultad”, afirmó.

También criticó el estado de las rutas nacionales que atraviesan Salta, a las que no dudó en calificar como “rutas de la muerte”. Exigió inversiones urgentes y recordó que “esto es responsabilidad del Gobierno nacional y los fondos existen. Hay que priorizar la vida y el desarrollo del norte”.


Días previos al 17 de junio del año pasado, el mandatario salteño estuvo en Casa Rosada, donde firmó tres convenios con la Secretaría de Obras Públicas; la Secretaría de Desarrollo Territorial, Hábitat y Vivienda y el Ministerio de Capital Humano y su Secretaría de Educación, para la reactivación de obras. Oficialmente se comunicó que la inversión superaba los $300 mil millones. 

En ese entonces, el gobernador consideró que las obras reactivadas eran fundamentales para Salta. Por lo que el Pacto se planteaba como una nueva oportunidad para que el gobierno salteño reforzara sus alianzas con la administración nacional, a la que venía mostrándole su apoyo, incluso con el voto de legisladores de Salta a la Ley Bases. Sin embargo, después de un año, la gran mayoría de las promesas (bajo firma) siguen sin cumplirse. 

Aún así, el mandatario evitó definiciones partidarias, pero insistió en la idea de una “unidad nacional” construida desde el respeto y el diálogo. “No se trata de peronismo, PRO o radicalismo. Hoy tenemos que preguntarnos qué queremos para el país. Es un momento nuevo para todos los actores políticos”, sostuvo. 

Un héroe del norte aún postergado

La figura de Güemes, símbolo de la resistencia federal y de la lucha por la soberanía desde el norte profundo, fue reivindicada en varias oportunidades durante el acto. “Cada 17 de junio es una emoción y un orgullo enorme para todos los salteños y argentinos. Como siempre, los norteños tuvimos que esperar muchos años para que se reconociera a nuestro querido general, como tantas otras cosas que seguimos esperando”, sostuvo Sáenz. Y añadió que personalmente se encarga todos los días de “poner en valor” su figura.

El gobernador reveló que, además de cursar invitaciones formales, les envió mensajes personales a todos los gobernadores, ministros e incluso al presidente Milei para recordar la importancia de la fecha. “Hoy no es feriado (a nivel nacional ya que se pasó para el lunes 16), pero es un día especial. Conmemoramos la muerte del único general que murió en batalla y dejó su vida por todos los argentinos. Que no pase desapercibido”, pidió.

Lejos de cualquier liturgia vacía, el acto por Güemes sirvió nuevamente como plataforma para visibilizar las tensiones latentes que parecen acrecentarse entre Salta y la Casa Rosada.