La izquierda acude a las PASO en Santa Fe con el entusiasmo de haber logrado una buena base de unidad, y la expectativa de atraer en votos el desencanto popular con las opciones ya conocidas de los frentes mayoritarios. "El voto al Frente de Izquierda Unidad es un voto en defensa propia, contra el ajuste, es apostar a una verdadera oposición contra todos los partidos que han venido ajustando el bolsillo popular para pagar deuda externa y obedecer el plan de austeridad del FMI", resumió Carla Deiana, la primera candidata a diputada nacional por este espacio que conforman el Partido Obrero, Partido Socialista de los Trabajadores (PST), Izquierda Socialista y –por otra parte, en disputa interna– el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST).

La izquierda debe sortear en las primarias el piso de votos mínimo para poder acceder a la elección general. Un límite que en el espacio consideran "proscriptivo": para cargos nacionales, el 1,5% de los votos emitidos (lo que en promedio histórico en Santa Fe equivale a 45 mil o 50 mil sufragios); y para cargos municipales, el 1,5% del padrón (en Rosario, unos 12 mil votos). Para el primer caso, la dificultad es que la chance de izquierda (más sólida entre las clases populares y universitarias de los grandes centros urbanos) disminuye con el voto chacarero de buena parte de la provincia. Para la elección local, se complica sumar el 1,5% del padrón en un año donde la pandemia conspire con la afluencia de votantes.

Pese a todo eso, la coalición da batalla, con Irene Gamboa y Luciano Cáceres como precandidatos a senadores nacionales, Deiana para la Cámara Baja, y Octavio Crivaro como precandidato a concejal en Rosario. Además de eso, lograron conformar listas locales en 13 municipios, la mayoría en el Gran Rosario, también Santa Fe, Cañada de Gómez, Reconquista, y Firmat.

"El voto al Frente de Izquierda Unidad es un voto en defensa del trabajador, de la canasta familiar, del 82% móvil, de un plan de viviendas populares financiado con un impuesto progresivo a las grandes riquezas", argumentó Deiana a Rosario/12. Esta socióloga y docente de 35 años experimenta su primera postulación electiva. "Planteamos recuperar el complejo agroexportador por donde se fuga la riqueza del país sin ningún rédito para la provincia. Un polo que demuestra la falsedad de la teoría del derrame, que concentra el 85% de las exportaciones del país, en el Gran Rosario capital de la desocupación nacional", señaló. "Partimos de nacionalizar los puertos y el comercio exterior. Con esa medida se contribuiría al control de precios, y a combatir el delito organizado, el narcotráfico, que tiene en los puertos a un socio clave", proyectó.  

La propuesta de la izquierda apunta a la nacionalización de los bancos, incluso de los casinos. Pero el corazón de su ideario en Santa Fe estriba en el complejo agroexportador sobre el río Paraná. "Esa reconversión permitiría tener un debate medioambiental serio, con poder de veto para las comunidades de proximidad que puedan frenar los proyectos contaminantes. Defender los recursos naturales de la provincia que están depredados", postuló Deiana. 

"Somos la única fuerza que plantea acabar con las privatizaciones menemistas y que termine el monopolio de los pulpos cerealeros sobre los puertos del Paraná. Es una hidrovía, pero también es un río, y hay que tener una mirada integral. Miren la bajante si no. Ya no hay agua en muchos barrios, no hace falta el verano. En San Lorenzo lo vimos hoy. Los monopolios agroexportadores controlan la producción de la provincia e impacta en la economía de todos. Corregir eso sería un punto de partida", planteó quien aspira a sumar fuerza con Nicolás Del Caño en el Congreso de la Nación e insistir con el proyecto de expropiación de Vicentin.

La pregunta obligada es qué margen de acción política real sopesa la izquierda en el concierto nacional para llevar a cabo sus objetivos históricos.

Para Deiana, "hay una oportunidad porque existe un descontento popular muy grande y un desencanto con el Frente de Todos, que venía a sacarnos de la miseria y resulta que tenemos salarios y jubilaciones por debajo de la línea de pobreza. Al lado está Macri y el fracaso de su experiencia de gobierno". "La izquierda –comparó– siempre fue coherente con los reclamos populares; además un punto de apoyo que dinamiza esta elección es el explosivo movimiento piquetero del que somos protagonistas en los barrios. Hemos crecido muchísimo con la lucha contra el hambre. Nuestros comedores no son asistenciales sino puntos genuinos de organización popular. Nuestra expectativa es que esa base confíe en la izquierda", expuso la precandidata a diputada nacional. 

Octavio Crivaro, dirigente con más recorrido en el espacio de la izquierda local, encabeza esa lista para el Concejo Municipal de Rosario. Se para desde el análisis macro de la política y la economía, pero al condensar su mirada en un ejemplo puntual y reciente expone: "La izquierda no hubiese dejado pasar el ajuste que ha sido otro aumento al boleto del transporte urbano de pasajeros. Hubiese sido una voz disidente ante el resto que lo convalidó", señaló. 

"La política local no se escinde de la nacional. La agenda de la ciudad es un reflejo del empeoramiento de las condiciones de vida de las mayorías, agravadas drásticamente no solo por la pandemia sino por políticas de este gobierno y que expresan una continuidad de los ganadores del macrismo: sacar el IFE, ajustar a jubilados, permitir que la inflación le coma el salario a los trabajadores son decisiones políticas", puntualizó.

La expectativa es llegar a ser la tercera fuerza política. "Si accediéramos al Concejo podríamos hacer que se escuchen más voces que hoy son silenciadas, porque el gobierno municipal y sus aliados, el provincial y sus aliados, el nacional y los suyos no dan respuesta a esas situaciones y la izquierda lo toma como una bandera", planteó Crivaro.

No quedan en una posición purista. Crivaro asume predisposición al acuerdo con otras fuerzas pero solo si se trata "de una medida para mejorar la vida de las mayorías, que el transporte deba ser público y financiado por impuesto a las grandes fortunas que hay en la ciudad, por supuesto que sí. Pero si es para ajustar, como hicieron los concejales actuales, no. Si es para que los trabajadores de hospitales municipales y provinciales tengan una jornada de 6 horas, claro que sí, pero si es para precarizar como hacen los gobiernos actuales no", distinguió.