Las fuerzas talibanes tomaron el control de Pul-e-Khumri. Es la segunda capital provincial de Afganistán en caer este martes y la octava en menos de una semana. Mientras la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió el cese de combates en Afganistán. La expresidenta chilena, afirmó que la toma de numerosas ciudades por parte de los talibanes "sembró el miedo y el pavor".

"Los talibanes están ahora en la ciudad, izaron su bandera en la plaza central y en la oficina del gobernador", anunció Mamoor Ahmadzai, diputado de la provincia de Baghlan, cuya capital es Pul-e Khumri. El legislador además precisó que las fuerzas afganas se habían retirado de la ciudad.

Avance talibán

Pul-e-Khumri, ubicada a unos 200 kilómetros de la capital Kabul, fue tomada este martes por los talibanes. Un poco antes los insurgentes habían tomado el control de la ciudad de Farah, al oeste del país, que se convirtió en la séptima capital provincial en ser capturada por las fuerzas talibanes. "Esta tarde (martes), los talibanes entraron en Farah tras haber combatido brevemente a las fuerzas de seguridad. Tomaron la oficina del gobernador y el cuartel general de la policía. Las fuerzas de seguridad se retiraron a una base militar", declaró Shahla Abubar, integrante del consejo provincial.

Hasta el momento, los insurgentes talibanes ya dominan seis de las nueve capitales provinciales del norte. Mientras que al sur del país tienen tomadas las ciudades de Zaranj y Farah al sudoeste. El domingo, en pocas horas tomaron control de Kunduz, un punto estratégico entre Kabul y Tayikistán. En tanto continúan los combates al sur del país con ciudades como Kandahar y Lashkar Gah asediadas desde hace días.

Conversaciones en Qatar

Por su parte, el gobierno estadounidense advirtió que un gobierno talibán que llegue al poder por la fuerza en Afganistán no será reconocido. El enviado de paz de Estados Unidos, Zalmay Khalilzad, viajó a Qatar “para ayudar a formular una respuesta internacional conjunta al rápido deterioro de la situación en Afganistán”, aseguró el Departamento de Estado en un comunicado de prensa.

La cancillería estadounidense informó este lunes que Khalilzad ya se encontraba en la capital qatarí, Doha, donde los talibanes mantienen una oficina política. Este martes también llegaron representantes de China, Reino Unido, Pakistán, Uzbekistán, Qatar, Naciones Unidas y la Unión Europea, que “presionarán para que se reduzca la violencia y se produzca un alto el fuego, y se comprometan a no reconocer un gobierno impuesto por la fuerza”, según indicó la diplomacia de EE.UU. en el comunicado.

Desde septiembre del año pasado la ciudad de Doha fue sede de las conversaciones entre el gobierno afgano y los talibanes. Los diálogos fueron establecidos en el acuerdo de paz firmado en febrero de 2020 por la insurgencia talibán y EE.UU. (sin la participación de las autoridades gubernamentales de Afganistán), meses antes de la retirada de las tropas extranjeras en el país.

Retirada de EE.UU. 

Con la salida de las tropas estadounidenses los talibanes lanzaron desde mayo una fuerte ofensiva con la que tomaron bajo su control vastas zonas rurales, y ahora apuntan a dominar las ciudades. En este sentido, la cancillería norteamericana  afirmó que Khalilzad “instará a los talibanes para que detengan su ofensiva militar y negocien un acuerdo político, que es el único camino hacia la estabilidad y el desarrollo en Afganistán”.

Preocupación de la ONU

Mientras que la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió el cese de los combates en Afganistán. "Las partes deben dejar de luchar para evitar un mayor derramamiento de sangre. Los talibanes deben poner fin a las operaciones militares en las ciudades. A menos que todas las partes regresen a la mesa de negociaciones y alcance una solución pacífica, la situación ya atroz para tantos afganos solo empeorará", aseguró Bachelet en un comunicado de su oficina.