Una serie sobre el matrimonio en la que suena “Demolición” de Los Saicos no aventura un lecho de rosas. Todo va a estar bien (estreno de Netflix el último viernes) se entromete con ese modelo “irreal, arcaico y caduco” a partir de la historia de Julia (Lucía Uribe Bracho) y Ruy (Flavio Medina). Ella una diseñadora que habla con lenguaje inclusivo y él un crítico de rock en crisis de mediana edad. Han tomado la decisión de acabar con su pareja y deben resolver como transitar ese proceso junto a su hija (Isabella Vázquez). El proyecto fue concebido y dirigido por Diego Luna a través de La Corriente del Golfo, la productora fundada por el mexicano junto a su compadre Gael García Bernal.

Todo va a estar bien es una radiografía contemporánea que, según su creador, invita replantear las estructuras que rigen los vínculos interpersonales. La serie de ocho episodios, por otro lado, se destaca por el corte urbano de la capital mexicana (la temática de la pandemia se trabaja con una simplicidad pasmosa). La puesta en escena picante, el uso de un soundtrack furioso, el lenguaje sin vueltas y hasta los inserts animados apuntan en esa línea. “La serie nació de la intención de contar una historia de amor actual, que sucediera en el México que yo vivo, en el entorno al que pertenezco. Me planteé hacer una comedia, pero en el camino terminó siendo más un drama con humor”, expresó Luna.