Fue una invitación a "celebrar disidencias sexuales e identitarias", como lo anunció al comienzo el maestro de "sinceremonias", Franco Torchia. Por segundo año consecutivo, el suplemento Soy ofreció un Cabaret Leído en la Feria del Libro y así le quitó solemnidad al pabellón azul, en el stand del Grupo Octubre. "Colaboradores, amigos, afines y enemigos" de la publicación que acompaña a este diario cada viernes desfilaron por el escenario. Hubo música, debate y humor. El cierre estuvo a cargo de Fernando Noy y la cantora Laura Peralta, quienes homenajearon a Leda Valladares.

La celebración de las disidencias atravesó el domingo a la noche, a partir de las 20, diversos climas. El comienzo fue musical-poético. Walter Romero y Dipi Kvitko --el primero en voz y el segundo en guitarra-- aportaron un breve set de tangos que pusieron en cuestión la masculinidad propia del 2x4: "Si el tango es tradicionalmente macho, las letras de este dúo dejan entrever un modelo de guapo ambiguo y evocan relaciones no estrictamente heteronormativas", explicó Torchia. Luego de "Patotero sentimental" fue el turno de "Cualquier cosa", "que puede ser perfectamente queer", según Romero. "Se lo podemos dedicar al chongo que te clava mal… o a la loca que te arruina la vida", deslizó. En otro momento entonó "Charlemos", canción "muy gay, que evoca a Manuel Puig", rebautizada por la dupla como "Chateemos". Boquitas pintadas incluye un fragmento del tema.

 En medio de la música hubo un poema: el director de teatro Silvio Lang leyó "Canto nupcial", de Susana Thénon. Lo que siguió fue un debate sobre activos y pasivos en el sexo. El conductor convocó a "dos representantes diplomados a esgrimir y reivindicar sus posiciones": los periodistas Adrián Mello y Alejandro Modarelli. Cambió el clima, el Cabaret se tornó cómico y cortó con la formalidad típica de la feria. "En el origen es por un tema religioso", confesó Modarelli sobre su carácter de pasivo; en tanto que Mello apeló a la sociología y definió al activo como quien realmente trabaja. "Pasivo es el que queda inerte. Me hice activo porque soy trabajador. Y peronista. Vos te hiciste pasivo porque sos una vaga", peleó al escritor.

"Lo mío fue una epifanía. Fue por un tema religioso", replicó Modarelli. "Sí, siempre te pareciste a Lilita Carrió", devolvió su rival. Una tercera y necesaria posición para un debate tan inconducente irrumpió en la escena: la del versátil. Quien se ubica aquí gana en posibilidades: así la defendió Pablo Pérez, otro periodista del equipo, quien dijo que ser versátil tiene que ver con ser, antes que eso, "putísimo", y contó que soñaba con tener "una vagina secreta entre los testículos y el ojete", que lo convirtiera en "un puto polimorfo, que morfa por todos los agujeros". La imagen no pasó desapercibida para los que caminaban por al lado del stand de sillas y mesas blancas, donde se repartieron vino y las últimas ediciones del Soy.

La desfachatez y el humor quedaron a un lado cuando Valeria Licciardi entregó a los presentes hojas con nombres de mujeres y trans asesinadas este año, e invitó al público a decirlos en voz alta junto a ella. Al finalizar, desde una de las mesas gritó la periodista Adriana Carrasco, quien se refirió al caso de Eva Analía "Higui" Dejesús, presa por matar a un hombre que la perseguía con unos amigos e intentó violarla. O, mejor: presa por pobre, mujer, morocha y lesbiana. "Te voy a hacer sentir mujer, forra, lesbiana", le dijeron antes de golpearla y quitarle la ropa: fue un caso de intento de violación correctiva, ha escrito Carrasco en las páginas del suplemento. A un costado del escenario que también funciona como cabina radial, Gabriela Cabezón Cámara dedicó un poema a Higui.

El Cabaret finalizó con la belleza e intensidad de la dupla conformada por la cantora y coplera Laura Peralta y el poeta y performer Fernando Noy, quienes resucitaron a Leda Valladares. Se trató del adelanto de un homenaje que se llamará Ledalma. "Mi primer amor como hombre activo fue Valladares", dijo Noy, recogiendo el guante del debate que había sucedido minutos atrás. "Seguimos resistiendo con las diferentes voces", manifestó Liliana Viola, editora de la publicación, y así puso el punto final a un encuentro de múltiples emociones.