La violencia de género perpetrada por los genocidas es una forma específica de delito de lesa humanidad que no prescribe. Manifestamos nuestro más fuerte repudio al fallo de la Corte Suprema de la Nación, que beneficia a represores de la última dictadura cívico, empresarial, eclesiástico y militar entendiendo que el mismo funciona como un indulto encubierto a genocidas que han perpetrado sistemáticamente acciones de violencia de género en todas sus modalidades, no sólo a las prisioneras sino hacia las mujeres en general implantando por la fuerza disciplinamiento y subordinación de género.

Según el Informe Nacional sobre Desaparición de Personas durante la dictadura, las mujeres constituyeron un 33% del total de los 30.000 desaparecidos. Casi la totalidad de esas mujeres no alcanzaban los 30 años al momento de su captura y el 10% estaba embarazada. Ellas fueron sometidas sistemáticamente a desnudez forzada, violaciones reiteradas, violaciones grupales, penetraciones con armas de fuego y otros objetos en la vagina, ano o boca; partos en cautiverio y bajo tortura física, torturas durante el embarazo, teniendo como resultado bebés con malformaciones o abortos espontáneos, abortos inducidos por decisión de los militares, torturas en los genitales, apropiación de bebés, masturbación de torturadores durante la tortura, limpieza del sitio de parto inmediatamente tras el mismo y en estado de desnudez.

Frente a la dimensión del plan de exterminio, la violación parecía algo secundario pero, tiempo después, las y los sobrevivientes pudieron relatar esos padecimientos. ¿Cómo se puede calificar a un médico que para diagnosticar una bronquitis hace un tacto vaginal? Cualquier vejación estaba habilitada a minar la subjetividad de género, tal vez, haya sido la violencia más profunda.

La violencia de género perpetrada por los genocidas es una forma específica de delito de lesa humanidad que no prescribe y que, de ninguna manera, es equiparable con un delito común porque igualarlos implica romper impunemente los lazos comunitarios que como sociedad tanto nos cuesta sostener y porque los de las mujeres también son derechos humanos que hoy, como en los '70, se vuelven a violentar.

 

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