Un hombre vinculado al Estado Islámico apuñaló a seis personas en un supermercado de Auckland, Nueva Zelanda, y luego fue abatido por la policía local. La primera ministra Jacinda Ardern admitió que el gobierno tenía información del atacante porque hace tiempo había estado detenido como sospechoso de terrorismo y luego fue liberado sin custodia: "No hemos aplicado la ley como debiéramos haberlo hecho".

El hecho ocurrió en las primeras horas de hoy cuando el agresor, cuyo nombre y edad no trascendieron por prohibición judicial, entró a un centro de compras, tomó uno de los cuchillos que estaban en un mostrador comenzó a clavárselo a varios clientes.

La policía local informó que las seis personas heridas están en estado grave y que el atacante era un ciudadano de Sri Lanka que llegó a Nueva Zelanda en 2011.

Un atacante con antecedentes de terrorismo

El hombre fue abatido a los pocos minutos de que la policía se percatase de lo que ocurría en el comercio. Fue cuando vio que varios compradores huían aterrorizados del supermercado. Las imágenes captadas por testigos muestran el momento en que los policías acudieron rápidamente al lugar del ataque antes de efectuar los disparos.

La primera ministra Ardern se declaró "devastada". No solo por los heridos sino por el hecho de que este hombre estaba en una lista antiterrorista y era objeto de vigilancia policial permanente.

"Lo ocurrido hoy fue un acto de odio, indigno y despreciable", dijo durante una conferencia de prensa en la que consideró que el hecho fue producto de "una violenta ideología inspirada en el grupo Estado Islámico".

La mandataria dijo que no podía revelar mucho sobre el atacante dado que una pasada decisión judicial prohibía la difusión de informaciones, pero precisó que estuvo detenido y fue liberado porque no había motivos legales para mantenerlo bajo custodia.

El mea culpa del gobierno de Nueva Zelanda

"El hecho de que él estuviera libre entre la población demuestra que no hemos aplicado la ley como debiéramos haberlo hecho", reconoció la jefa de gobierno.

Luego aseguró que todos los aspectos del incidente serán investigados y evitó revelar cuántos sospechosos de terrorismo están bajo vigilancia en Nueva Zelanda. Sólo se limitó a decir que "hay muy pocas personas que entran en esta categoría".

Por su parte, el jefe policial Andrew Coster dijo que las autoridades confían en que el hombre actuó en solitario y que por ello no hay más amenazas para la sociedad.

Reconoció que existen dudas sobre cómo pudo realizarse un ataque prácticamente en presencia de los agentes, pero defendió su labor. "Estoy satisfecho, basado en la información que tengo, de que el personal implicado no solo hizo lo que se espera en semejante situación, sino que hizo prueba de gran valentía", declaró y se excusó: "La realidad es que cuando se vigila a alguien 24 horas sobre 24, y los siete días de la semana, no es posible estar a su lado todo el tiempo".