Entre las elecciones presidenciales de 2019 y las próximas legislativas nacionales de 2021 han pasado dos años signados por la irrupción de la Covid-19 y, luego, la extraordinaria continuidad de la pandemia.
Hasta la llegada de este evento mundial tan particular podíamos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que el voto en gran parte de las democracias se definía en virtud de distintos factores. Los podemos resumir en tres grandes grupos: en aquellos que tienen que ver con las características de los individuos (edad, sexo, clase social, religión, etc), los que tienen que ver con las afinidades políticas (identificación partidaria o ideología) y otros que se relacionan con la evaluación de distintos temas más coyunturales. Coronavirus mediante, la pregunta que surge es cuánta influencia tendrá la pandemia y todo lo que ello implicó para nuestras vidas diarias, en las elecciones.
En Argentina, el peso de las identidades políticas, incluso en aquellas personas menos militantes y, en varios casos, meramente reactivas contra otras identidades (los anti-algo), suelen tener una enorme incidencia sobre el voto de la ciudadanía. Esta incidencia es mucho mayor de la que suele reconocerse en la opinión pública.
Sin embargo, ahora estamos frente a un escenario inédito. ¿Será que la pandemia habrá modificado las razones por las cuales votamos habitualmente? ¿Habrá perdido peso la identificación política? ¿La evaluación de la gestión del gobierno nacional frente a la pandemia incidirá mucho? ¿Lo que se piense sobre el accionar de la principal fuerza de la oposición tendrá peso a la hora de votar? ¿O la pandemia anuló la dinámica política y la gran mayoría repetirá su voto de 2019 (fuertemente influido por la crisis económica en la que había terminado el gobierno macrista)?
El efecto de los factores sobre las preferencias generales de voto
A continuación, abordaremos estos interrogantes, analizando primero el efecto de estos factores sobre las preferencias generales de voto (no se preguntó por candidatos, sino sólo por fuerzas políticas, pues no era una encuesta pre-electoral, sino orientada a estudiar las representaciones sobre la pandemia). Para efectuar este análisis contamos con una encuesta realizada en los primeros días de agosto por la red ENCResPA (integrada por 18 universidades nacionales y otras tres instituciones). La misma fue respondida, en forma on-line, por 5.990 personas, y cubre varios aspectos de la evaluación de la pandemia, junto a preguntas sociodemográficas, de valores, de creencias, sobre educación, salud, naturaleza, territorio, ciencia y política. Posee representatividad regional e incluyó a encuestados/as de todas las provincias del país, garantizando que, en cada una de ellas, hubiera residentes de grandes ciudades, pero también del resto de los departamentos. No se registraron sesgos provenientes de las orientaciones políticas de los encuestados/as (más detalles sobre las características del relevamiento pueden encontrarse aquí).
Veamos en primer lugar qué ocurre con el voto al gobierno cuando preguntamos por la situación económica actual comparada con la anterior a la pandemia. Previsiblemente, el voto hacia el Frente de Todos se reduce en la medida en que empeoró la situación económica del hogar durante la pandemia: entre quienes están mucho peor o simplemente peor muy pocos votarían al gobierno, y entre quienes están mejor o, al menos, un poco mejor, en su mayoría votan al gobierno.
Veamos ahora qué ocurre entre quienes manifiestan haber tenido dificultades de circulación entre localidades durante la pandemia. De entre quienes tuvieron dificultades para trabajar, estudiar, ir al médico, o simplemente les generó angustia, son muy pocos (13%) quienes votan al Frente de Todos; mientras que lo hacen el 45% de quienes manifiestan no haber tenido ningún tipo de dificultades por la restricción de circulación entre localidades.
Pasemos ahora a analizar la influencia de la evaluación sobre cómo el gobierno nacional gestionó la pandemia. Observamos que presenta un fuerte impacto: quienes piensan que el gobierno hizo todo bien o bastante bien, optan claramente por votar al FdT. Sin embargo, ya entre quienes piensan que ha gestionado la pandemia, sólo un poco bien, esta opción electoral se reduce a menos de un cuarto, y resultan muy pocos votos al gobierno, prácticamente inexistentes, entre quienes piensan que lo ha hecho bastante mal o todo mal.
A esta evaluación de la gestión, también se suma la incidencia de la forma en la que la ciudadanía consideró el papel de la principal oposición, representada en lo que hicieron los principales referentes de Juntos por el Cambio. La pregunta que aparecía en pantalla era: “Y ¿qué piensa de lo que hicieron los dirigentes de la principal fuerza de la oposición?” y las respuestas eran: Acompañaron demasiado al gobierno; Acompañaron bien al gobierno; Se opusieron, como siempre hace el que está en la oposición; A veces se opusieron por demás; Entorpecieron las medidas sanitarias. Previsiblemente, quienes piensan que la oposición entorpeció las medidas sanitarias, se inclinan en un 70% por votar al FdT. Sin embargo, este porcentaje disminuye notoriamente, al 30%, entre quienes consideran que se opusieron por demás, y a un 18% entre quienes consideran que hicieron lo que siempre hace el que está en la oposición. Aquellos/as que evalúan que acompañaron bien al gobierno o, incluso, que lo hicieron por demás, casi no optan por votar al FdT, haciéndolo respectivamente en un 6% y 2%, respectivamente.
Ahora bien, como decíamos al comienzo, también podría ocurrir que la ciudadanía mantuviera las mismas predisposiciones que hace dos años, que considerara la pandemia como una especie de suspensión de la dinámica política y repitiera el voto de 2019. Si observamos el voto al FdT o a JxC para presidente, vemos que esto es parcialmente así. El 71% de quienes votaron a Alberto Fernández, hoy ya aseguran su voto al gobierno, aunque un 13% dicen que votaría en blanco, anularían o no irían a votar (es posible que aquí estén también parte de los que están indecisos). De forma similar, un 70% de quienes votaron a Mauricio Macri manifiesta que hoy votaría a JxC, y un 15% que lo haría en blanco, nulo o no iría.
También la identidad partidaria incide muy fuertemente en el voto; tradicionalmente es uno de los factores que más influye en la selección de preferencias electorales. Se les preguntó con cuál fuerza política se sentía más cercano/a. Entre quienes respondieron el FdT o el Peronismo o el Kirchnerismo o el Frente Renovador (que son el 29% de los/as encuestados/as), el 92% manifestó que votaría al FdT en las próximas elecciones legislativas. Por el contrario, sólo el 3% de quienes no se sienten cercanos al FdT hoy estarían votándolo. Entre quienes manifestaron sentirse cerca de las fuerzas que componen a JxC, el Radicalismo, el PRO o la Coalición Cívica (que suman el 19% de todos los/as encuestados), el 89% hoy lo votarían; en cambio, solo lo haría el 9% de quienes no se sienten cerca de esa fuerza.
Al momento de decidir el voto, todas estas variables o características que fuimos reseñando, se mezclan e interrelacionan. Con lo cual para poder concluir mejor sobre el efecto de todos estos elementos que actúan conjuntamente al momento de decidir el voto, hemos calculado modelos estadísticos que posibilitan discriminar cuánto incide una variable, restando el efecto de todas las demás. Para ello, hemos incorporado también algunas características más estructurales, como el género, la edad o el nivel educativo. Los modelos completos pueden verse aquí.
El voto al Frente de Todos
Si analizamos el voto al FdT, las variables que mayor influencia muestran son la identidad partidaria e ideológica, la gestión de la pandemia por parte del gobierno nacional y la actitud de la oposición frente a la pandemia, y la evaluación de la situación económica durante la pandemia. Estar identificado con el FdT aumenta el 66% las chances de votar por el gobierno. Valorar como buena la gestión frente a la pandemia aumenta las probabilidades de voto al gobierno en un 53% y considerar que la oposición obstaculizó la gestión aumenta un 22% las chances de votar al gobierno. Al considerar el efecto de todos los factores en forma conjunta, se observa que se reduce la incidencia sobre el voto de la situación económica del hogar: quienes manifiestan vivir en familias que han mejorado su situación incrementan sus posibilidades de votar al FdT en un 19% en comparación con familias donde las condiciones son descriptas como mucho peores que antes de la pandemia.
El voto a Juntos por el Cambio
Si estudiamos el voto a Juntos por el Cambio, las variables que muestran influencia son las mismas, excepto por la evaluación de la situación económica durante la pandemia. En el caso de los votantes de esta fuerza política, haber estado mejor o peor durante la pandemia no hace diferencia, es decir tanto los que se vieron perjudicados en su situación económica como aquellos que la perciben como mejor votan por igual a Juntos por el Cambio. También encuentran mayor afluencia de votantes entre quienes tienen más edad y es levemente mayor entre las mujeres. De todas las variables incluidas las que más definen el voto hacia JxC son la identidad con este partido, la gestión de la pandemia y la valoración de la actitud de la oposición. Así estar identificado con JxC aumenta el 71% las chances de votar a esta fuerza partidaria, efecto mayor que el registrado en los votantes del gobierno, lo cual indicaría que JxC retiene más a su núcleo duro. Pasar de valorar mal a valorar bien a la gestión del gobierno nacional frente a la pandemia disminuye el 30% las probabilidades de votar a JxC. Y considerar que la oposición obstaculiza la gestión durante la pandemia reduce un 12% las chances de votar a este partido.
Algo interesante a tener en cuenta es que las predisposiciones políticas no sólo afectan el voto. Sino también son las lentes con las cuales vemos, o elegimos ver el mundo que nos rodea. En tal sentido, esas lentes partidarias incluso inciden en la percepción de las preguntas más "objetivas", acerca de cuánto la pandemia ha afectado la economía del hogar o en las dificultades que se generaron debido a las restricciones impuestas a la circulación. Por ejemplo, entre los votantes a Alberto Fernández, solo un 31% manifiesta haber tenido dificultades por las restricciones de circulación y, en cambio, responde de esta manera el 69% de los votantes a Mauricio Macri.
La pandemia ha ejercido un efecto muy fuerte en todos los aspectos de nuestras vidas. También está ejerciendo un gran impacto en la selección de los votos para las próximas elecciones, no sólo por su incidencia directa, sino sobre todo a través de la forma en que la ciudadanía evalúa la gestión de la pandemia. En algunos casos, como en los votantes al gobierno su efecto casi llega a igualar al de la identificación partidaria, variable de anclaje del voto por excelencia en Argentina. En el caso de los votantes de JxC ese efecto es algo menor, pero nada despreciable.
(*) Este trabajo se basa en la encuesta realizada por la Red ENCRESPA, en el marco del Proyecto “Identidades, experiencias y discursos sociales en conflicto en torno a la pandemia y la postpandemia”, que forma parte del Programa de Investigación de la Sociedad Argentina Contemporánea (PISAC). Las ciencias sociales y humanas en la crisis COVID-19 (Agencia I+D+i). Más información en http://encrespa.web.unq.edu.ar/.
*Javier Balsa (IESAC-UNQ / CONICET) y ** María Celeste Ratto (IIDyPCA-UNRN/CONICET)