El jefe de la Unidad Regional II, Marcelo Villanúa, defendió ayer el accionar de la Policía Motorizada que el lunes irrumpió en el Museo de la Memoria mientras se desarrollaba una puesta en escena en memoria de Jonatan Herrera, el joven asesinado por la policía. "El personal no cometió excesos. Actuó con temple y corrección" afirmó. "No hay que pedir disculpas, disculpas pedimos cuando nos equivocamos y los efectivos no lo hicieron, por eso avalo lo que realizaron: había un hombre armado", sentenció con dureza. Por si fuera necesario, aclaró que "no era necesaria una orden judicial de allanamiento. Estábamos ante una flagrancia", remarcó sobre la irrupción sin aviso de los agentes en el inmueble. Finalmente, trató de bajarle los decibeles a las críticas: "Tampoco es para dramatizar, la respuesta fue inmediata", continuó para rematar con una duda: "No entiendo por qué se pudieron sentir ofendidos, fue un procedimiento como tantos". Para el final de la entrevista con Radio Dos, Villanúa dejó lo más jugoso, que sonó casi como una advertencia: pidió a la población dar aviso ante la realización de dramatizaciones de este tipo, "que pueden ser violentas para la gente que no conoce de réplicas o armas de utilería". Claro que obvió reconocer que tal vez la molestia estribe que en el guión de la teatralización y en la vida real, las armas las maneja la policía.

Por su parte, la intendenta Mónica Fein también se expidió ayer sobre el caso. "La situación causó mucha conmoción, pero la presencia de la directora permitió poner en contexto lo que estaba pasando", analizó la intendenta y agregó: "Seguramente se generará un diálogo muy fuerte para poner en contexto sobre las acciones que se realizan en el Museo de la Memoria". Hasta allí llegaron las críticas de la intendenta, lo que pone en duda que se concrete una denuncia penal contra los cuatro uniformados que ingresaron al edificio municipal. Todo parece encaminado a arreglarse en un encuentro con el ministro de Seguridad en los próximos días.

Villanúa repitió ayer el argumento oficial: contó que "el sistema del 911 recibió una llamada de una mujer que aseguraba haber visto en el Museo de la Memoria a una persona armada y se comisionó a la fuerza más cercana disponible, que eran efectivos de la Motorizada"."El personal -continuó- actuó de acuerdo con el protocolo y por eso avalo el procedimiento. Y no hay que pedir disculpas, disculpas pedimos cuando nos equivocamos".

"Al ingresar ‑amplió el jefe policial‑ se encontraron con que se estaba realizando una teatralización o una puesta en escena referida a Jonatan Herrera y de hecho había alguien, que resultó ser un actor, con una pistola de plástico, o de utilería. Pero el personal acudió y cumplió con su tarea, no hubo excesos. Estamos hablando de un hombre armado".

El jefe de la Policía de Rosario indicó luego que "deberían haber avisado de una teatralización donde alguien iba a esgrimir un arma de fuego, aunque fuera de juguete o utilería. Pero el personal actuó de acuerdo al protocolo, y por eso avalo el procedimiento. Y no hay que pedir disculpas, disculpas pedimos cuando nos equivocamos. Porque esto no fue un capricho ni una ocurrencia".

De esta manera, defendió a los agentes de la Brigada Motorizada que acudieron al lugar y que, de acuerdo con algunos testigos, ingresaron de forma abrupta y sólo uno de ellos se identificó.

Consultado sobre si había habido excesos por parte del personal policial, tal cual señaló la directora del Museo, Viviana Nardoni, Villanúa dijo que "no, en absoluto. Insisto con que habíamos recibido una denuncia de que había un hombre armado. No hacemos una evaluación subjetiva de la situación, se acude ante la denuncia y el personal demoró apenas 4 minutos en llegar. Y tampoco fue intempestiva la entrada, como se indicó".

Para Villanúa "muchas veces las acciones policiales, por acción y omisión, son reprochables", al tiempo que aclaró que "tenemos la obligación de acudir a todos los requerimientos de los ciudadanos, en el lugar y horario que sean".

En tanto sobre la forma de ingreso indicó que "no era necesaria una orden judicial de allanamiento. Estábamos ante una flagrancia", remarcó sobre la irrupción sin aviso de los agentes en el inmueble. "Tampoco es para dramatizar, la respuesta fue inmediata", continuó y añadió: "No entiendo por qué se pudieron sentir ofendidos, fue un procedimiento como tantos".