Golpes de puño, con un palo, insultos, asfixia y amenazas son algunas de las vejaciones por las que una fiscal pedirá 25 años de prisión para siete policías acusados de cometer torturas en una comisaría de Sunchales contra dos hermanos. “Los humillaron y los amenazaron con quitarles la vida. A una de las víctimas le aplicaron la técnica conocida como submarino seco, mediante la cual se genera asfixia a partir de colocar una bolsa en la cabeza y también lo amenazaron con agredirlo sexualmente”, expresa la acusación de la fiscal Gabriela Lema. Además, imputó al jefe de la seccional por el delito de encubrimiento y solicitará que se lo condene a seis años de prisión.

La acusación fue presentada en la Oficina de Gestión Judicial de los tribunales de Rafaela, por lo que ahora deberá ponerse fecha a la audiencia preliminar al juicio. “Los uniformados actuaron como si fueran un grupo de fuerza armada, y luego intentaron encubrir y entorpecer la investigación con una versión falsa de lo sucedido”, sostuvo la funcionaria del MPA.

Las víctimas fueron dos hermanos mayores de edad que estaban detenidos en la comisaría de Sunchales (departamento Castellanos) el 18 de octubre de 2019. En tanto, “los acusados de torturas son un subcomisario; una subinspectora; un oficial; tres suboficiales y una suboficial (de entre 23 y 44 años). Es decir, todos los empleados de la comisaría de Sunchales”, indicó Lema. “Las torturas fueron realizadas dentro de la dependencia policial y los acusados actuaron al amparo de su investidura”, señaló; y remarcó que “tal fue su conciencia de impunidad, que actuaron frente a una mujer que estaba detenida y no les importó su presencia”.

La fiscal describió que los hechos fueron cometidos entre las 5 y las 6 de la mañana y que “los torturados fueron dos hermanos que habían sido legalmente privados de su libertad”, quienes "sufrieron graves tormentos físicos y psicológicos mientras estaban maniatados con los brazos hacia atrás”. Según detalló, “uno tenía esposas y el otro, precintos ajustados más de lo necesario. Ambos estaban en situaciones de vulnerabilidad”, aseguró.

La imputación expresa que “de acuerdo con un plan previo, los uniformados insultaron y golpearon con los puños, los pies y hasta con un palo a los hermanos". Además, la fiscal describió que "como consecuencia de un golpe en la nuca, una de las víctimas atravesó un ventanal de vidrio y sufrió lesiones muy graves en distintas partes de su cuerpo, entre ellas, un corte en la vena yugular interna. Pudo salvar su vida gracias a los médicos que lo atendieron”. Para la fiscal, "actuaron de forma metódica y compleja, lo cual incrementó el padecimiento físico y psíquico de las víctimas. Demostraron total desinterés por la integridad física y psicológica ajena”.

El jefe de la seccional también fue imputado. “Minutos después, el comisario investigado llegó a la dependencia, se enteró de lo ocurrido y omitió comunicarlo a las autoridades competentes. En su carácter de jefe, ordenó a los siete agentes que limpiaran el lugar, motivo por el cual se le endilgó el delito de encubrimiento agravado”.