La marcha que estaba convocada por los movimientos sociales para respaldar al presidente Alberto Fernández en medio de la crisis interna que atraviesa el Frente de Todos luego de la derrota electoral fue postergada por pedido del presidente de Alberto Fernández. El Presidente, según pudo saber PáginaI12, habló con los integrantes de las organizaciones para pedirles que la hagan mas adelante y que sigan trabajando junto a la gente porque "ésa es la prioridad", según aseguraron a PáginaI12 fuentes del Gobierno.
Las organizaciones sociales encabezadas por el Movimiento Evita habían convocado a movilizarse a Plaza de Mayo para respaldar al presidente Alberto Fernández en medio de la crisis interna que se desató entre los distintos sectores que integran la coalición de Gobierno tras la derrota en las PASO del domingo pasado. Bajo las consignas de “Fuerza Alberto” y “por la unidad del Frente de Todos”, los llamados Cayetanos (el Evita, la Corriente Clasista y Combativa y Barrios de Pie) iban a marchar hacia Plaza de Mayo a las 15 junto a otra decena de movimientos que formar parte de la de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep).
“El objetivo es en este momento muy crítico es mostrar el apoyo de la gente al Presidente y marcar la necesidad de la unidad en el Frente de Todos. Consideramos que las intrigas palaciegas no tienen que ver con las respuestas que se debe dar a la sociedad”, sostuvo Gildo Onorato, uno de los referentes de la Utep y del Movimiento Evita ante PáginaI12.
Ahora, después del pedido presidencial, dejarán la manifestación de apoyo para otro momento. El pedido del Presidente fue acertado después del agitado día de tensión que el Gobierno vivió este miércoles producto de los roces, pedidos de renuncias de algunos sectores, renuncias puestas a disposición y rumores cruzados que fueron el denominador común de una jornada intensa y problemática.
No era para menos: la derrota electoral del domingo puso blanco sobre negro las diferencias dentro del espacio y a lo largo de todo el día, las vigas maestras del espacio gobernante tensaron públicamente los gestos para forzar a la otra parte a actuar de determinada manera o para mostrar, en caso de Alberto Fernández, que no iba a entregar la cabeza de sus colaboradores apuntados en este momento.
El primer gesto de distensión llegó cuando Cristina Kirchner llamó el ministro de Economía, Martín Guzmán, para decirle que nunca había pedido su renuncia. Ese gesto, más allá de que el conflicto no esté terminado, evitó que la sangre llegara al río.
El Presidente le devolvió este jueves el gesto hablando con los integrantes de los movimientos sociales para que pospusieran una marcha que era en su apoyo, les pidió que la pospusieran para un momento más propicio y que ahora se ocuparan de las necesidades de la gente, que es la prioridad.
Lo cierto es que si bien es natural que después de una derrota electoral venga el pase de facturas, es polémico que los reclamos y las pujas de poder se hagan públicas. Pasados los entendibles enojos iniciales, desde todos los sectores del FdT están recalculando para mostrar gestos de distensión que permitan al electorado que no votó al Gobierno en esta ocasión y cuyo voto se pretende recuperar que la centralidad es, como dijo el Presidente el domingo, aprender de los errores y de las omisiones y encarar los cambios que hagan falta para volver a enamorar a los electores que le dieron el triunfo al espacio en 2019.
Lo cierto es que más temprano que tarde, y cuando baje la espuma de las emociones, todos los integrantes del Frente de Todos tienen que tener claro que lo que se juega es el destino de la coalición en el poder frente a la posibilidad de que a río revuelto y sin el acompañamiento de las urnas vuelva a gobernar la derecha.
Tenerlo claro y obrar en consecuencia.