Paz y Paz fue la primera mujer en asumir como Fiscal General en Guatemala, entre 2010 y 2014, cuando el dictador José Efraín Ríos Montt y José Rodríguez, jefe de inteligencia, fueron enjuiciados por genocidio y crímenes de lesa humanidad. En ese período también fueron condenados más de cien integrantes de Los Zetas de México. Hoy se desempeña como senior fellow en la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos.   
–El 11 de diciembre de 2006, el gobierno de Felipe Calderón le declaró la guerra al narcotráfico con militares desplegados en las principales ciudades mexicanas. ¿Cómo influyó la Operación Michoacán en el combate al narco en estos diez años?
–Nosotros creemos, y así lo hemos manifestado en las recomendaciones (hechas al gobierno de Enrique Peña Nieto), que se trata de un problema de criminalidad y, como tal, se tiene que atacar con una investigación criminal. ¿Quiénes son las autoridades a cargo? Policías de investigación criminal y fiscales. La disminución de la impunidad, el esclarecimiento de estos casos y la condena de los capos es bastante más efectivo para la reducción de la violencia y de las actividades delictivas que la presencia de militares en la seguridad interior.