El juicio a Ariel "Guille" Cantero y otros seis acusados por la saga de balaceras a objetivos judiciales de 2018 entró ayer en la etapa de alegatos. Los fiscales Miguel Moreno, Matías Edery, Gastón Ávila y Aníbal Vescovo repasaron en su exposición los elementos que conforman el "hilo conductor" de lo que consideraron "un plan" que provocó "temor e incertidumbre en la población". Mensajes de whatsapp, imágenes y audios que atribuyen a la planificación de los ataques, son algunas de las evidencias que reprodujeron para explicar por qué acusan a los imputados. Sobre el final, sostuvieron el pedido de penas de entre 9 y 24 años de prisión. Además, El veredicto se conocerá la semana próxima. 

A un mes de iniciado el debate oral y público –enmarcado por un enorme despliegue de seguridad alrededor del Centro de Justicia Penal– los fiscales consideraron que la jornada fue "el corolario de un proceso de más de tres años en donde creemos haber recolectado evidencia suficiente para traer a los acusados a juicio y haber producido durante el debate las pruebas suficientes para que sean condenados por las penas solicitadas", dijo Moreno en conferencia de prensa. En el caso de Cantero, pidieron 24 años como instigador de 7 de los 14 ataques, y que esa pena sea unificada en 30 años con otra por amenazas telefónicas al entonces juez Fertita.

Para el fiscal Moreno la prueba presentada "no admite matices" y demuestra "con certeza los hechos". Su par Ávila dijo que "la investigación derivó en el descubrimiento de bandas puestas a disposición para llevar adelante los ataques que había organizado Cantero". Mencionó como ejemplos "la de barrio Alvear con Daniel Delgado a la cabeza, otra liderada por Matías César, y una tercera por Chulo Olivera", todos imputados en el caso. "Estas bandas tienen relación. Hay gigas y gigas de información y una característica es el vínculo de los cabecillas con Cantero", resumió.

"Cantero tuvo al menos 4 líneas de teléfono. La primera cuando estaba en (en la cárcel de) Piñero, otras dos en el penal (federal) de Chaco, y una cuarta apenas llegó al penal de Ezeiza". Sobre el teléfono de Piñero -que fue secuestrado- aseguraron que fue él quien lo usó "al menos entre el 24 y el 29 mayo de 2018, porque en esas fechas hay más de diez selfies suyas, y ninguna de otra personas. Fue en la fecha de los atentados a viviendas en las que había vivido el juez (Ismael) Manfrín", aseguraron. Manfrín es uno de los tres jueces integrantes del tribunal que condenó a por primera vez a la banda de Los Monos, en 2018.

"Estamos convencidos que la prueba tiene un hilo conductor. Los hechos fueron organizados, planeados y ejecutados al menos por las personas en juicio. Todos inmuebles relacionados al Poder Judicial. Todos magistrados que tuvieron participación en la causa, en incidentes o que iban a intervenir en fallos que involucraban a Cantero", dijeron los fiscales. En otro tramo, expresaron que para cometer los delitos "pusieron a disposición una estructura de empresa criminal. Queda claro que Cantero, desde diferentes lugares de detención, delegó la organización y concreción de ataques a personas de su confianza que comandan bandas o células". 

Una de las novedades que salió a flote durante el alegato de los fiscales fue que vincularon a "Guille" Cantero con el ataque a Andrés Lamboy, ocurrido el 18 de septiembre de 2018, después de salir del colegio San Bartolomé de Fisherton. "Nombramos ese hecho para dar cuenta del vínculo (de Cantero) con uno de los sicarios de la banda, Matías César, y para demostrar de qué manera ellos planeaban hechos; pero no se lo imputamos (a Cantero), sino que fue para demostrar de qué manera Guille daba órdenes y César cumplía. Los datos de ese hecho se le pasaban a César, quien cayó detenido días antes de que atentaran contra Lamboy -que fue testigo en el juicio al Rey de la efedrina-, por eso no se le imputó el ataque", dijo Edery.