El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió este miércoles al país luego de su discurso negacionista ante la ONU mientras que el ministro de Salud Marcelo Queiroga, positivo de coronavirus después de participar en diversos eventos de la Asamblea General, se quedó cumpliendo cuarentena en Nueva York. Casi al mismo tiempo en que Bolsonaro aterrizaba en Brasilia, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa) recomendó un aislamiento de 14 días para el presidente y la comitiva que lo acompañó a la Asamblea de Naciones Unidas, por haber estado en contacto con Queiroga.

"Desembarque en Brasil sin exponer ambientes y personas, aislamiento de 14 días siguientes al último contacto con el caso confirmado y cumplimiento de aislamiento evitando traslados internos en Brasil", planteó Anvisa. La recomendación de la agencia sanitaria incluye al mandatario y a seis de sus 23 ministros, que lo acompañaron a Nueva York y entre los que figuran los titulares de Relaciones Exteriores, Carlos França; Justicia, Anderson Torres; Medio Ambiente, Joaquim Leite; y Turismo, Gilson Machado. El pedido se extiende a la primera dama, Michelle Bolsonaro, y al diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente.

A diferencia de Bolsonaro y su comitiva, Queiroga, quien está vacunado contra el coronavirus, permaneció en Nueva York donde cumplirá una cuarentena de 14 días. Allí participó en diversas actividades oficiales, en una reunión de Bolsonaro con el primer ministro británico, Boris Johnson, y encuentros con otras personalidades como la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. Además circuló por el recinto de la ONU y las calles de Nueva York, donde tuvo un episodio escandaloso al responder con gestos obscenos a manifestantes antibolsonaristas. 

El polémico ministro de Salud no solo se tuvo que quedar en Estados Unidos, sino que el martes sufrió un revés en Brasil cuando el juez Ricardo Lewandowski determinó que estados y municipios pueden decidir sobre la aplicación de vacunas a adolescentes, luego que el ministro recomendara a todos los distritos suspender la campaña a jóvenes. El oficialismo, que defiende posiciones antivacunas en algunas discusiones, pidió esa suspensión tras la muerte de un joven, pese a que aún no se comprobó si el fallecimiento estuvo vinculado a su inmunización.

Críticas de la oposición y silencio en el gobierno

"Papelón", "vergüenza" e "irresponsabilidad" fueron algunas de las palabras dirigidas a Bolsonaro en una comisión del Senado que investiga la gestión del gobierno frente a la covid-19. El grupo parlamentario debía concluir su trabajo a fin de mes pero decidió extenderlo, ya que tiene aún pendiente un interrogatorio a Queiroga y aguardará su regreso a Brasil.

En el gobierno, en cambio, optaron por el hermetismo. Bolsonaro, siempre verborrágico en las redes sociales, ignoró el asunto, igual que los miembros de su delegación. Sólo se conoció un comentario del vicepresidente, Hamilton Mourao, quien negó que hubiese habido un "descuido" y dijo creer que Queiroga ya salió de Brasil portando lo que calificó de "bichito".

Bolsonaro tenía una reunión programada para el miércoles con Pedro César Sousa, subjefe de Asuntos Jurídicos de la Secretaría General de la Presidencia. Luego de darse a conocer la recomendación de Anvisa, Planalto actualizó la agenda oficial y detalló que el encuentro se realizará por videoconferencia. Además el entorno del presidente canceló un viaje programado para este viernes al interior de Paraná.

Una Asamblea marcada por el coronavirus

El asunto del coronavirus rondó toda la visita de Bolsonaro y su delegación a la ONU, a tal punto que el mandatario defendió un polémico cóctel de medicamentos patrocinados por su gobierno para combatir la pandemia y que incluye fármacos no comprobados científicamente contra el virus, como la cloroquina. 

"Apoyamos la vacunación pero no el pasaporte sanitario", dijo el líder de ultraderecha, quien aún no se ha vacunado contra el coronavirus y asegura que no piensa hacerlo hasta que lo haga el "último brasileño". La resistencia de Bolsonaro a vacunarse generó algunas polémicas en Nueva York, cuyo alcalde, Bill de Blasio, criticó en duros términos la postura del mandatario brasileño.

Como no está vacunado, Bolsonaro no pudo entrar a lugares cerrados de Nueva York y debió comer pizza de parado en una vereda y luego un restaurante brasileño, Fogo de Chao, le sirvió picaña en una mesa improvisada dentro de un corralito. En la primera de esas comidas, se lo vio al ministro de Salud comiendo una porción de pizza de dos dólares al lado del presidente y otros miembros del gabinete.

Segundo viaje con contagio

En marzo de 2020, Bolsonaro había estado en Miami para reunirse con el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y a su regreso se supo que su jefe de prensa en aquel momento, Fabio Wajngarten, miembro de su comitiva, había dado positivo de covid-19. Como ahora en la ONU, Bolsonaro ya atribuía la crisis sanitaria a una "ficción" generada por la prensa global y afirmaba que existen "gripes que han matado mucho más".

Para ese momento, Brasil registraba unos 80 casos de covid-19, sin muertes, y tenía cerca de mil pacientes sospechosos. Luego del positivo de Wajngarten, fueron detectados otros contagios entre las delegaciones de Estados Unidos y Brasil, que son actualmente los países más afectados por la pandemia junto con la India. En Brasil, 18 meses después de aquella visita, los muertos ya superan los 591 mil y los contagios son más de 21,1 millones