Un estudio elaborado por un grupo de investigadores en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) reveló cuáles son los genes importantes capaces de predecir si un paciente con enfermedad de Chagas tiene tendencia a desarrollar alteraciones cardíacas, que alcanzan en Argentina al 30 por ciento de las personas infectadas por el parásito.

Sobre una muestra de 104 pacientes, el análisis encabezado por Romina Blasco, que demandó cinco años, tiene un gran valor científico. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen en el mundo entre 6 y 7 millones de personas infectadas por el Trypanosoma cruzi, el parásito causante del Chagas, la mayoría de ellas en América Latina, y cuyo principal vector es la vinchuca.

En diálogo con el Suplemento Universidad, una de las directoras del trabajo y profesora emérita de la UNC, Patricia Paglini, explicó que se procedió “al estudio de polimorfismos, es decir, cambios en las características de los genes que están en la población normal, a partir de los que se buscó determinar si estos podían deberse al ingreso del Trypanosoma cruzi o bien establecer si esa modificación del gen hace que una persona tenga más tendencia a desarrollar una cardiopatía”.

El gen analizado fue el SCN5A, que codifica para una parte de los canales de sodio que juegan un papel fundamental en el funcionamiento del corazón. Si bien los resultados no son concluyentes, se identificó una asociación entre variaciones de este gen y alteraciones cardíacas más agudas.

En esa línea, destacó que en el país “solo el 30 por ciento de las personas con enfermedad de Chagas desarrollan una cardiopatía severa”, aunque una de las dificultades de esta afección es su identificación temprana: “Generalmente se detecta tarde ante la falta de sintomatología. En ese momento, lo importante es descubrir si no hay un daño hecho y estudiar si hay parásito circulante para tratarlo y eliminarlo del organismo”.

Tras subrayar que hasta el momento “las evidencias indican que una vez instalada la cardiopatía no se detiene su evolución”, Paglini sostuvo que la aparición de pacientes infectados continúa “no tanto producto del accionar de la vinchuca, sino porque existen muchos casos de enfermedad congénita, es decir, transmitida de madre a hijo por vía placentaria”. “Al niño detectado a tiempo se lo trata y cura”, advirtió.

Sin embargo, la falta de controles tempranos ha hecho que la enfermedad sea exportada a diferentes partes del mundo, ya que se desconoce su presencia hasta el momento en que se manifiesta.

“Por eso debería cumplirse la Ley Nacional 26.281, que establece la obligatoriedad de realizar la serología para Chagas dentro de los controles del embarazo en todo el país y a toda persona gestante”, detalló quien dirigió el trabajo desarrollado en el Centro de Estudios e Investigación de la Enfermedad de Chagas y Leishmaniasis de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC.

Para la doctora en Medicina y Cirugía, el desafío es encontrar un tratamiento adecuado, con drogas menos nocivas para los pacientes que han desarrollado la enfermedad. “Queda mucho por descubrir; por lo tanto, hay que mantener el énfasis en la prevención y continuar con los estudios que sean necesarios”, remarcó.

De la investigación encabezada por Paglini, participaron Romina Blasco, Mariana Strauss, Daniela Velázquez López, Sandra Tabares, Adela Sembaj, Walter Rivarola y Silvina Lo Presti.