Las plataformas son mucho más que la posibilidad de acceder a series y películas de cualquier lugar del mundo sin salir de casa. También son un factor que está poniendo “patas para arriba” a la industria audiovisual. Lo fue durante su irrupción, lo es ahora en plena etapa de expansión y lo será en los próximos años. A tal punto, que muchos se preguntan qué pasará con el mercado audiovisual en el futuro cercano, cuando los servicios de streaming se popularicen en todos los sectores de la población, al mismo tiempo que incorporen a su oferta on demand la posibilidad de ver TV en vivo y exclusividad en las transmisiones de eventos deportivos. Eso ya empezó a suceder y hay quienes piensan que puede llegar a poner en jaque a uno de los mercados que más creció en las últimas décadas: el de la TV paga. ¿Es este el inicio del ocaso de los servicios de TV por cable y satelital?

Una respuesta a esa pregunta la dio esta semana Gonzalo Arrisueño, Gerente de Contenidos y Programación de Telefónica Hispanoamérica, cuando en el primer día de las Jornadas Internacionales ATVC, fue contundente respecto al nuevo ecosistema y a los desafíos que debían enfrentar los viejos cableros. “Si queremos alargar la vida del Pay TV, el costo del contenido tiene que bajar. Los operadores no vamos a pagar las dos fiestas”, afirmó el ejecutivo, en relación al mercado de TV paga y al de plataformas de streaming. “El Pay TV -agregó- dejó de ser el driver de contratación. Antes un suscriptor nos llamaba y nos preguntaba cuántos canales teníamos, hoy el cliente nos pregunta cuántos megas me ofrecés. Hoy, como vemos y comprobamos, no se necesita una oferta de 150 canales. La TV Paga va a tender a tener menos señales porque el contenido ya está en las plataformas”. Una visión que compartieron la mayoría de los expositores: la TV paga debe reconvertirse y diversificarse.

El impacto cultural de los servicios de streaming debe analizarse en presente continuo. Su revolución es permanente, dada sus posibilidades económicas y tecnológicas. Tras la masividad mundial de Netflix, allá lejos pero no hace tanto, todos los estudios de Hollywood se dieron cuenta de que era mucho más negocio desarrollar sus propias plataformas en las cuales ofrecer sus producciones originales que entregar su videoteca y dejarle el camino servido a la compañía de la N roja. Así, no tardaron en sumarse Disney+, Amazon Prime Video, HBO Max o Paramount+, que volvieron exclusivas sus producciones, convirtiéndose en un complemento de la TV paga para un sector cada vez más importante de la población.

Claro que aquella idea de complementariedad entre la TV paga y las plataformas no tardó mucho en entrar en tensión. Es que el acelerado desarrollo del mercado audiovisual renovó las ofertas de los servicios de streaming, que ya no se limitan a poner a un vasto catálogo de series y películas on demand. El arribo al país de Star+, ofreciendo la posibilidad de ver en vivo y en directo programas de ESPN, y partidos de fútbol y tenis de los grandes torneos, marca el inicio de un nuevo estadio. Uno que se acopla al camino iniciado por Flow, DirecTV Go y Telecentro Play, servicios que los usuarios pueden contratar para ver TV lineal sin estar necesariamente suscripto al abono de la TV Paga. Una independencia comercial que permite ver los canales de la grilla de TV paga en dispositivos sin estar abonado a una empresa de… TV paga.

“Hasta el escenario que abrió la pandemia el consumo de contenidos de la TV paga tradicional -que en la Argentina es el sistema más extendido de distribución de contenidos audiovisuales- era complementario con las nuevas formas, que montados a la expansión de internet se materializaban en los OTTs, con el "paradigma Netflix" de ver lo que quiero de un catálogo más o menos amplio cuando quiero. La inclusión de contenidos de consumo necesariamente sincrónico (en el momento en que sucede) como el deporte, en plataformas como Star+, ya es expandido en Estados Unidos y Europa. Su llegada a la Argentina nos pone en ese escenario: el paso a la competencia entre consumo tradicional y su plataformización”, analiza Santiago Marino, especialista en medios y comunicación, coordinador de El audiovisual ampliado (Ed. Universidad del Salvador).

El deporte y el hombre

Así como las transmisiones de fútbol fueron el motor que traccionó a la acelerada expansión de la TV por cable en la Argentina allá por los '90, con TyC Sports como bandera del Grupo Clarín a través de Cablevisión, en la actualidad el deporte puede estar empezando a producir una revolución tan grande como aquella. El mismo capital televisivo que la llevó a estar en casi el 80 por ciento de los hogares argentinos, el fútbol, hoy puede convertirse en el caballo de Troya que acabe con la omnipresencia de la TV paga. Tres décadas después, las transmisiones de fútbol –ahora en plataformas- pueden pagarle a los operadores de TV paga con su propia moneda.

Una vez más, las transmisiones deportivas generan revoluciones en el mercado audiovisual.

“A partir de hoy, las audiencias de Latinoamérica tienen acceso a una experiencia de entretenimiento nunca antes vista en la región. Star+ demuestra nuestro compromiso de ofrecer propuestas relevantes y variadas, al ofrecer a nuestra audiencia el acceso a contenido totalmente personalizado, a la medida de sus gustos. El nuevo servicio se destaca, además, por la gran diversidad de sus propuestas combinadas que hasta ahora nunca se habían presentado juntas, a través de una misma plataforma de streaming”. Con esas palabras Diego Lerner, presidente de The Walt Disney Company Latin America, anunció hace semanas que Star+ llegaba a la Argentina con el plus de contar en su plataforma con la posibilidad de ver en directo ESPN y su amplio catálogo de eventos deportivos que hasta ahora eran exclusividad de la TV Paga.

El desembarco de la plataforma “adulta” de Disney trajo al mundo del streaming todas las competencias deportivas por las cuales ESPN tiene derechos, con excepción del fútbol argentino. Los partidos de la recotizada Ligue 1 de Francia, UEFA Champions League, UEFA Europa League, la Liga de España, la Premier League de Inglaterra, la Serie A de Italia, la Bundesliga de Alemania y del torneo Eredivisie de Holanda son de la partida, así como algunas de las principales competencias de América como la Copa Libertadores. La oferta deportiva también incluye los Grand Slam de tenis (Australian Open, Roland Garros, Wimbledon, US Open), así también como los torneos ATP y WTA; el rugby de Los Pumas, URBA, Seis Naciones; el básquetbol de la NBA; la Fórmula 1 y MotoGP; ESPN Knockout con boxeo & UFC; el golf del PGA Tour, The Masters, The Open, PGA Championship y Ryder Cup; el ciclismo del Tour de France; el fútbol americano de la NFL; deportes extremos de los X Games; el béisbol de la MLB y el hockey sobre hielo de la NHL: todos esos deportes ahora se pueden ver por la plataforma. El cable perdió la exclusividad que lo hizo casi un servicio público en nuestro país.

Si bien hasta el momento Star+ replica en su oferta los contenidos deportivos que ESPN sigue emitiendo en la TV, funcionando como una pantalla “espejo”, nadie asegura que ese dúplex en las transmisiones se mantenga por un largo tiempo. ¿Habrá en el corto plazo eventos deportivos que exclusivamente se decidan emitir por Star+ y ya no por ESPN en la pantalla chica? Esa es una pregunta que muchos se hacen en el mercado y a la que Página/12 no encontró respuestas oficiales entre los directivos de Star+. Un dato que no hay que olvidar a la hora de pensar cómo está naciendo un nuevo paradigma: hace un par de años algunos partidos de la Libertadores (los de los días jueves) se transmitían exclusivamente por Facebook Watch. La mala conectividad de entonces llevó a que la Conmebol diera de baja ese contrato. Pero el antecedente marca una tendencia.

“La incorporación de deportes en vivo marca una nueva etapa en la que el streaming ya no solo es contenido bajo demanda sino que trae programación lineal altamente valorada por la audiencia -asegura Gustavo Mónaco, reconocido consultor de Estrategia e Innovación en Streaming-. Todos los jugadores OTT globales están destinando recursos para aprovechar la programación en vivo de las principales ligas deportivas para impulsar sus streaming y sin ataduras del ecosistema de televisión paga”.

En ese proceso que recién comienza en la Argentina, Mónaco detalla que la ampliación en los contenidos de las plataformas no se limitará a la incorporación a su catálogo de transmisiones de eventos deportivos ni tampoco a la posibilidad de ver TV en vivo. “No solo es deporte, las plataformas streaming evalúan incorporar videojuegos, música, entre otros servicios online. Esto va a significar competir pero también aprendieron a complementarse, son frenemies (amigos enemigos)”, detalla.

¿El principio del fin?

La masividad que alcanzan los servicios de streaming en todo el mundo está transformando hábitos y consumos pero también al mercado de las telecomunicaciones y del entretenimiento. En muchos países se está dando el fenómeno de los “cord cutters”, que se refiere a las personas que dan de baja su servicio de TV paga para migrar hacia las OTT. En Estados Unidos, por ejemplo, el año pasado más de 6 millones de usuarios dejaron de estar suscriptos a su servicio de TV paga, según datos de e-Marketer. Los analistas del mercado ya pronostican que en este 2021 cerca de 4 millones de hogares seguirán el mismo camino, en una tendencia que se mantendrá de manera anual por los próximos años.

En la Argentina ese proceso de bajas en la TV paga no disminuye –por ahora- a tanta velocidad. Según la información brindada por el Enacom y la consultora Carrier y Asoc., hasta comienzos del 2021 cerca de medio millón de hogares con acceso a internet habían dejado de abonar un servicio de TV paga, donde la mitad de quienes habían tomado esa decisión eran suscriptores a la TV satelital. Ese comportamiento se puede explicar aquí por varias razones: los problemas de conectividad a un buen servicio de banda ancha a lo largo y ancho del país contiene la migración, la estrategia de promociones empaquetadas de ambos servicios por una misma empresa (Telecom, Telecentro), la parálisis en el desarrollo de la Televisión Digital Abierta, la imposibilidad en buena parte del territorio de ver los canales de aire sin estar suscripto a la TV por cable, y la arraigada tradición que tiene la TV paga en la Argentina, una de las naciones donde el sistema encontró mayor penetración, llegando a estar en el 80 por ciento de los hogares hasta hace años. Hoy, la TV por suscrpción sigue siendo un gran negocio, pero en retroceso: está presente en el 72% de las casas.

Sin embargo, en el país sí se pone de manifiesto y de manera acelerada otro proceso que también forma parte de las transformaciones que se evidencian en todo el mundo: el de los “cord never”. Es decir, son cada vez más los hogares de personas más jóvenes que nunca contrataron un servicio de TV paga. Esa nueva generación que se independiza del hogar de sus padres prefiere adquirir un buen servicio de banda ancha y productos de Internet asociados (servicios de streaming, video juegos) antes que pensar en estar suscriptos a un operador de cable. Los contenidos audiovisuales los ven por la web. Una tendencia que marca una nueva generación de consumos y hábitos que en un futuro no muy lejano determinará también la suerte de la TV Paga.

Es temprano para afirmar si habrá "cablexit", es decir, si la TV Paga perderá su preponderancia en el país a partir de la llegada de streaming justamente porque será clave ver cuán masivos se vuelvan específicamente los que vienen a ser competitivos (Star +) y no complementarios (Netflix y otros)”, reflexiona Marino. “Hay que dar tiempo a que el modelo madure, los jugadores preexistentes reaccionen (una pregunta es si incluirán estos también contenidos sincrónicos en sus plataformas) y, además, que de una vez por todas la Secretaría de Defensa de la Competencia resuelva sobre la cuestión de la fusión Disney-Fox en el país, que podría incidir en el tema de los derechos que controla y de cuántos distribuye exclusivamente en su OTT (Star +). Es esperable que en la Argentina la tendencia implique mayor crecimiento de los cord never que los cord cutting", arriesga el docente e Investigador UNQ-UBA-UdeSA-USAL.

En ese escenario, las compañías de TV paga empezaron un proceso de reconversión y diversificación. El camino más elegido fue lanzar y/o reforzar sus servicios de banda ancha aprovechando el despliegue de su red de fibra óptica. Esa posibilidad que resulta compleja y costosa para los operadores más pequeños, e imposible para la TV digital. Otro recurso fue agregar las plataformas a sus servicios de TV paga, ante la demanda de los usuarios de tener todos los contenidos en un mismo lugar. Las búsquedas recién comienzan pero nadie se queda quieto. El problema es que este escenario, entonces, favorece aún más la concentración.

“Los operadores pierden preponderancia solo como TV paga, pero a la vez, crecen y consolidan distribución e ingresos con su banda ancha. Los grandes operadores pueden realizar alianzas con servicios OTT líderes, pero los medianos y pequeños operadores no tienen esos volúmenes para poder negociar. Estos últimos encuentran que esos servicios utilizan sus redes, no los pueden monetizar ni asociarse. La amenaza a futuro es que además pueden perder los ingresos por televisión”, reflexiona Mónaco. En la Argentina, se da el caso de Paramount+ y Disney+ con exclusividad en Flow, por ejemplo. En otros países, como México y Brasil, alianzas de este tipo están más desarrolladas. Plataformas digitales como Amazon, Roku o Apple desarrollan exitosos modelos de agregación donde se accede a diferentes servicios streaming en un sola plataforma.

Lo cierto es que las metamorfosis seguirán hasta que las compañías de entretenimiento, de información y de telecomunicaciones se articulen definitivamente. “Las grandes empresas de medios se consolidan y expanden globalmente -analiza Mónaco-. El futuro será bajo modelos híbridos en el que los medios tradicionales siguen perdiendo distribución y deberán migrar a modelos de agregación de servicios. También veremos el impacto de nuevos jugadores digitales que vienen desde dispositivos, e-commerce, fintechs y otras. Esto va ampliar aun más el mercado y la competencia cruzada de servicios. Los tiempos están cambiando y las empresas de medios deben adaptarse más rápido, innovar y esforzarse por crear una nueva normalidad en el mundo del entretenimiento”.

La diversificación que atraviesa el negocio audiovisual (todos los caminos conducen a ser proveedores de internet y agregadores de contenidos) plantea el interrogante de saber qué lugar tendrá en las viejas y queridas cableras el negocio televisivo. Un mercado que, a contramano del crecimiento ininterrumpido de los abonados a servicios de streaming y de banda ancha, se empieza a alejar de los años de oro. Nada es para siempre.

Competencia

La regulación necesaria

El flamante hábitat comunicacional en plena transformación también plantea la necesidad de un marco regulatorio que atienda a los nuevos jugadores del mercado audiovisual. De hecho, los operadores de TV paga cuentan con una regulación que las plataformas carecen. ¿No hay una competencia “desleal” entre unos y otros en ese punto?

“Es clara la necesidad de actualizar la regulación, que hoy genera instancias no sólo de competencia desleal sino que beneficia directamente a jugadores globales de capitales extranjeros que operan en un sistema integral con ventajas de tamaño, capacidad y recursos vs. jugadores locales, que son muy grandes para el mercado local pero pequeños frente a las grandes plataformas”, plantea Marino. “Podemos clasificar entre los jugadores no regulados y los regulados, un mapa en el que los primeros son además más grandes y no están alcanzados por exigencia de ningún tipo. No se lo que ocurrirá, no parece estar en la agenda de temas de políticas de comunicación. Pero es necesario y urgente que se resuelva. Europa ya lo hizo con su directiva audiovisual. En América latina hay propuestas interesantes desde organizaciones de la sociedad civil, pero no aún de los Estados”, puntualiza el investigador a la hora de pensar el futuro.