Todo argentino tiene, siente o quiere creer, que posee alguna anécdota que lo une estrechamente con Maradona. Como una caja de Pandora, al pronunciar el apellido del Diez, comienzan a brotar relatos, anécdotas y cuentos varios que colocan al futbolista más trascendental de la historia en el centro de la escena.

La provincia de Salta, con su gran tradición y pasión futbolera, no podía ser menos en el concierto del anecdotario maradoniano.

Un repaso por la historia de los equipos más populares de la provincia, nutre rápidamente las bitácoras de la cultura mitológica cercana a Diego.

En el césped del Albo

Facundo “Mono” Vallejos es historiador aficionado de Gimnasia y Tiro. Rememora con pasión cada uno de los momentos históricos de su equipo y más aún cuando se vincula directamente con Diego: “Maradona jugó tres veces en la cancha de Gimnasia, incluida la primera vez en su historia que pisó un estadio salteño. Eso fue el miércoles 17 de octubre de 1979, cuando se organizó un partido amistoso entre Argentinos Juniors, equipo donde jugaba Maradona, y un combinado de la Liga Salteña. Argentinos tenía cita por el torneo el domingo 21 en Jujuy contra Altos Hornos Zapla, así que aprovechando la llegada del Diez al norte del país, se organizó unos días antes un amistoso relámpago. No hay que olvidar que Maradona venía de salir campeón del mundo con la selección juvenil, por eso la importancia de su presencia”.

El historiador albo continúa el relato: “La segunda vez fue 22 de julio de 1981. La Selección Argentina llega a Salta, previo al mundial de España 82, a jugar nuevamente contra un combinado de jugadores locales. Otra vez el encuentro sucede en la cancha de Gimnasia. El combinado de la provincia usó la camiseta roja y negra del histórico Club Libertad y el encuentro lo ganó Argentina por 3 a 2”.

En 1981, jugando para la Selección en Salta.

“Por último, el partido más recordado, fue el 20 de abril de 1994 cuando la Selección Argentina, antes de emprender viaje al mundial de Estados Unidos, juega un amistoso contra Marruecos, una vez más en la remodelada cancha de Gimnasia. En ese partido Maradona convierte el último gol de su carrera con la camiseta de Selección en tierras argentinas. Aquello fue impresionante, todo salteño lo recuerda”, rememora Vallejos (https://www.pagina12.com.ar/350937-el-ultimo-gol-de-maradona-con-la-seleccion-ante-su-gente).

En el plano simbólico, Diego también dejó una marca imborrable para los hinchas de Gimnasia. Así lo relata el Mono Vallejos: “Hay un hecho para destacar que se da en diciembre de 2007 cuando Maradona viene a jugar con el Showball. Como previa se van a entrenar a la cancha de Gimnasia, y Diego, junto con Almeida y otros dos integrantes del cuerpo técnico, prefieren practicar tenis en las instalaciones del club. De pronto se larga una fuerte lluvia. Tuvieron que suspender y quien era el interventor del club en ese momento, le acerca una camiseta. Ahí es cuando se da una foto muy recordada e histórica, ya que es la única de Maradona con una camiseta de club salteño”.


Un rival azabache

“Central fue el único club salteño que enfrentó oficialmente a Maradona”, afirma categóricamente Fernando Gordillo, historiador de Central Norte.

“Fue contra Argentinos Juniors en la cancha de Argentinos el 21 de noviembre de 1976, justamente en el año en que debuta Maradona. Esto sucede el 20 de octubre y casi un mes después, juega contra Central Norte. Diego entra en el segundo tiempo, que es cuando se dan los goles de Argentinos. El partido terminó 3 a 0 para los de la Paternal”.

Gordillo continúa esgrimiendo argumentos vinculantes entre el equipo Azabache y Maradona: “Hay que decir también que los partidos que Maradona juega en el año 79 y en el 81 contra los combinados salteños, tienen una característica especial, y es que estos equipos eran integrados en su mayoría por jugadores de Central Norte”.

Desde otro ángulo, el historiador "Cuervo" comenta de "un hecho a nivel simbólico que une fuertemente a Central Norte con Maradona. En el año 1986, se da el partido más brillante en la historia de un futbolista mundial. Esto fue el 22 de junio cuando la Selección Argentina le gana 2 a 1 a Inglaterra. Ese mismo día se jugaba en Salta la final del torneo anual, que llevaría un representante al Nacional B. Por coincidir ambos encuentros, la final salteña se jugó a las 11 de la mañana y Central Norte le ganó 5 a 1 a Juventud. Entonces se dieron dos festejos a la vez. Para los hinchas de Central Norte el 22 de junio es un día inolvidable porque se logró jugar en el Nacional B derrotando al clásico rival, y un rato después, ver la maravillosa actuación de Maradona. Ahí hay otro vinculo muy fuerte, sobre todo para la gente”.

Solidaridad Santa

Existe un hecho muy poco conocido que se dió en los últimos días de vida del Diez y que lo emparenta estrechamente con Juventud Antoniana.

En el medio de la pandemia de covid, el club Santo transitaba graves inclemencias económicas debido a la falta de ingresos. Así fue como a través de la gestión del profe y ex jugador del Santo Ricky Gómez y de su amigo Maxi Caire, llegaron hasta la sede antoniana camisetas autografiadas por Maradona con el fin de ser subastadas. La recaudación de esta rifa sería íntegramente destinada al pago de sueldos adeudados a técnicos de divisiones inferiores y jugadores del plantel de primera división.

Matías Daher es historiador del club y así lo comenta: “Públicamente sería el último acto solidario que Maradona tuvo. Para nosotros como hinchas, para la gente de Juventud en general, fue algo muy grande. Que un tipo como Maradona nos tenga presentes en un momento tan complicado donde el club no tenía como recaudar y las deudas comenzaban a crecer, fue impresionante”.

Pensando en el hecho simbólico para el pueblo Santo, Daher señala que el "hecho de que hayan llegado estas camisetas, fuera de los campeonatos y los ascensos, es una de los hechos más importantes para la historia del club. Por lo que significa Maradona para el mundo en general y por lo que significa para cualquier argentino en particular”.

Las camisetas fueron recibidas por los hinchas de Juventud en mayo de 2020 y la subasta se realizó, de manera televisada y transmitida en vivo por radio, el 30 de agosto del mismo año.

Los afortunados se llevaron el premio pagando la módica suma de $300, sin saber que pocos meses después, aquellas casacas pasarían a tener un valor monetario incalculable, pero sobre todo, un valor de trascendencia sentimental difícil de mensurar.

La bandera de Tartagal

Algunos definieron el gol que Maradona le convierte a Italia en el Mundial de México 86 como una conquista que desafía las leyes de la ciencia. La visión periférica de Diego en esa acción magistral, quedará, como tantos momentos de aquella competencia, imborrable en la memoria colectiva de todos los argentinos y argentinas.

Lo cierto es que luego de convertir el tanto, Maradona sale rápidamente a festejar hacia su lado izquierdo. Salta los carteles de publicidad y abre los brazos de par en par justo frente a una gran bandera que el mundo entero vio: se leía “Tartagal”.

En un momento histórico donde los hinchas no viajaban masivamente, resultaba al menos llamativo encontrar tamaña pancarta llegada desde una humilde ciudad del norte del país.

Detrás de aquella bandera se encuentra la historia de Avelino Carrazán, un reconocido florista tartagalense que junto a su esposa y familia, supo ser referencia ineludible en la materia para todo el departamento de General San Martín. Su hija Patricia recuerda así a don Avelino y su bandera: “Mi padre planeó el viaje para que coincida con el mundial de México. Construyó la bandera en Buenos Aires. Pero esa bandera, que llevaba hasta con un porta bandera, fue robada en uno de los trasbordos. Entonces al llegar a México hizo construir nuevamente la bandera pero mucho más grande. Completa decía ‘Tartagal-Salta’”.

Patricia conserva un afectuoso recuerdo de su padre y de las andanzas que relataba a su familia y amigos: “Mi padre dentro del viaje tenía incluida la entrada a las canchas. Entonces tomaba el bus y llegaba temprano para ubicar la bandera en un buen lugar. Recuerdo que contaba los problemas que tenía al colgarla porque se le volaba y no podía extenderla bien. Así que junto a amigos que viajaron con él de Buenos Aires y Salta, se ingeniaron para solucionar el problema colgando bombitas con agua en las puntas. Era toda una aventura para ellos”.

Escena del partido con la bandera de Avelino al fondo. 

El recuerdo se hace extensivo y llena de felicidad a la ciudad, ya que, como lo vivencia su hija, “para nosotros fue un orgullo que en el mundial de México, gracias a mi papá, el mundo pueda saber que había un lugar que se llamaba Tartagal”.

Una vez de regreso a la Argentina, la extensa bandera de Avelino sirvió como estandarte y emblema de los logros deportivos de la Selección: “Cuando mi papá estaba en Salta y Argentina ganaba, sacaba la bandera y la poníamos en la plaza de la ciudad”, comenta Patricia con alegría y añoranza. “En los últimos días de su vida, mi padre tenía Alzheimer y cuando le mostrábamos los videos y las fotos de aquellos momentos, lloraba. Así que seguro esos fueron de los recuerdos más importantes de su vida”.

Avelino falleció hace 8 años pero el recuerdo sigue intacto en la memoria de su hija y en la de miles de argentinos que lo seguirán recordando a él y a la norteña localidad cada vez que se repita el gol y se lea “Tartagal”.

Son muchísimos los rincones del país donde se levantan altares, capillas, monumentos, murales y homenajes de diversa índole recordando al Diez.

Las anécdotas también forman parte de la liturgia popular, donde son miles los que pueden contar alguna historia con el astro. No importa cuan real o ficticia, cuan verosímil sea o pueda parecer, lo importante es mantener cerca su legado y sentirse al mismo tiempo, cerca de él.

Salta, como provincia futbolera de norte a sur, no está ajena a este sentimiento de pertenencia maradoniano que se hace presente en cada nuevo relato de aquellos apasionados por la redonda.