El rapero R. Kelly fue declarado culpable por el delito de abuso y tráfico sexual tras un juicio de seis semanas que tuvo lugar en Nueva York, en el que decenas de personas testificaron en su contra.

R. Kelly fue acusado por la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York de delitos de crimen organizado, coacción y transporte de mujeres y niñas para realizar actividades sexuales ilegales en Estados Unidos durante dos décadas, cargos similares a los que afronta en Chicago, donde estuvo preso desde su detención en 2019 hasta junio pasado.

En el juicio, al menos diez mujeres declararon haber sido abusadas por Robert Sylvester Kelly, de 54 años. También hubo decenas de testigos, que detallaron un continuo patrón de abusos.

Las mujeres describieron al cantante como a una carismática celebridad que frecuentemente escogía a jóvenes víctimas que asistían a sus conciertos, a quienes a veces abusaba sexualmente entre bambalinas minutos después del evento.

Los testimonios también revelaron abusos prolongados por parte de Kelly contra sus parejas, a quienes golpeaba, forzaba que le llamaran "daddy" (papi), controlaba su manera de vestir, cuándo podían usar el baño o comer, cómo interactuaban con otros hombres y si podían salir de las habitaciones de residencias u hoteles en las que las retenía.

Además, revelaron que R. Kelly utilizaba a toda una red de empleados para ayudarlo en sus esfuerzos de captar a jóvenes chicas, aislarlas e intimidarlas.

El "peor depredador sexual"

La abogada Gloria Allred, representante de varias de las víctimas, aseguró que Kelly es el "peor depredador sexual" que vio durante su larga carrera profesional.

"Para empezar, usó el poder de su estatus como celebridad para reclutar a menores vulnerables con el objetivo de abusar de ellas sexualmente", dijo Allred a la prensa frente a los tribunales, poco después de conocerse la sentencia.

La letrada subrayó que no se trataban de simples relaciones entre una persona joven y otra más adulta, como argumentó la defensa de Kelly, sino que eran "crímenes cometidos contra niñas y algunas adultas".

La semana pasada, el artista decidió no testificar durante el proceso judicial, en el que sus abogados intentaron desacreditar las alegaciones de abuso sexual a través de varios de sus antiguos empleados, que aseguraron no haber visto nunca esos comportamientos y que llegaron a calificarlo de "caballeroso".