El arte de narrar es tan antiguo como natural. Saberes y periplos que pasan de generación en generación a través de voces que los tejen, los sostienen, los multiplican. Con ese espíritu, Georgina Parpagnoli y Julieta Beltramino -junto al pianista Antonio Issa- idearon Los cuentos que ellas cuentan… sobre el amor, una propuesta con decires y melodías en torno de este sentimiento que mueve al mundo y que esta noche, a las 21, desplegará toda su fuerza en el restaurante Maturana (O' Higgins 586).

“Este espectáculo es la continuidad de un ciclo que decidimos iniciar a fines del año 2019. Hacía bastante tiempo que hablábamos de la necesidad de abrir espacios en Salta, para dar un marco y visibilidad a la narración oral como hecho artístico y escénico, así que concretamos una primera presentación en Maturana, en diciembre del 2019, sin una temática fija, con cuentos de distintos autores y fue muy buena la reacción del público, nuestra interacción con él, la comunicación que se produjo”, comenta Parpargnoli y avanza, con variaciones sobre la pandemia: “Luego vino el aislamiento forzoso y recién retomamos el proyecto en los primeros meses de este año. Decidimos fijar una temática y comenzamos ensayando por Meet. Fue un proceso largo: encontrar el tiempo para reunirnos, decidir los textos, pulir las versiones, incorporar la música. Y ahora, finalmente, nos encontraremos con el público”.

Los cuentos repican en los demás, como si cada persona fuese una caja de resonancia con ideas y sentires, probablemente por eso, las artistas no ocultan su alegría a horas de reunirse con la gente, acorde a los protocolos, para recorrer numerosos matices emocionales. En este sentido, Parpagnoli detalla: “Mostramos diferentes experiencias del amor, no nos limitarnos al amor romántico o de pareja. Consideramos al amor como una fuerza vital, como un motor esencial, que pone en marcha al mundo, como una acción necesaria para preservar, nutrir y llenar de sentido las interrelaciones humanas, con la naturaleza y con el planeta. En los textos y canciones que elegimos está presente, ausente, perdido, recordado, añorado, compartido, disfrutado y siempre indispensable”, especifica la hacedora.

Una serenata diversa

Queda claro entonces que la reunión será una serenata diversa, con piezas que se unirán a diferentes tramas, seleccionadas especialmente. Sobre este punto, el pianista Antonio Issa señala: “Las melodías y canciones son, en este caso, una apoyatura y un vehículo para las palabras, acompañando y poniendo en valor distintos momentos, creando climas, diciendo de otras maneras”.

“La música y la palabra estuvieron acompañadas desde el primer arte", señala Issa. Y agrega: "Hay autores que opinan que la música solo alcanza su máxima plenitud cuando está acompañada de la poesía; yo creo que los sonidos pueden ayudar a sumergirse en el ambiente que propone una historia, como sucede en la historia de nuestra propia vida”.

En consonancia con eso, la polifonía, esa conjugación de voces, también aparece entre las narradoras, que interactúan para que transcurran diferentes acciones, en un contexto de calidez e intimidad donde los sentidos son protagonistas. Sobre los beneficios de la retroalimentación en escena, Julieta Beltramino apunta: “Cuando existe una buena relación, compatibilidad artística y diferencias armónicas, la experiencia se enriquece, se multiplica, se comparte. Nos acompañamos en la rigurosa tarea de encontramos con el público. Además, esto ofrece a los asistentes distintos colores y matices. Hemos compartido también la búsqueda y adaptación de los textos para el repertorio, nos escuchamos una a la otra. Nuestra diferencia generacional y nuestras historias, con sus puntos en común y sus diferencias, amplíany complejizan la trama del espectáculo”, asegura.

En la misma línea, Parpagnoli profundiza sobre el vínculo con el público: “La gente que asiste a un espectáculo como el nuestro, que está interesada en la narración oral, es invariablemente una concurrencia favorable, atenta, agradecida y que disfruta. La palabra narrada tiene un poder incantatorio, porque remite a estadios muy lejanos y hasta primitivos de las culturas, colectivas e individuales. La palabra como juego, los relatos, los cuentos, las anécdotas están presentes en la vida de todos desde la infancia, por eso en estos encuentros, se crea una comunicación que tiene que vercon ecos, reminiscencias donde está involucrado el afecto”.

La actriz aclara: “Esas narraciones vinieron, sin duda, de la mano de alguien que nos las entregó con cariño, con una intención de crear lazos de comunicación, de divertir, de encantar, de ampliar nuestro mundo”. 

Parpagnoli, creadora de “Andanzas del Ilustrado Don Quijote”, acentúa: “Los y las que narramos, creamos un pequeño universo en cada historia y el desafío es que el que escucha pueda seguirnos allí y hacerlo propio. Creemos que, además, los cuentos sanan y reconfortan, a quienes escuchan y también a quienes cuentan y se cuentan. Es como el trabajo de un chamán que convoca la magia y habla al espíritu, a través de las palabras”.

Destaca también que los cuentos producen ecos y despiertan vínculos con el pasado o los recuerdos de los oyentes: “Nos comparten reacciones emotivas acercándose luego de la presentación, como una necesidad de devolver lo que han vivido. Eso da cuenta de la interrelación que se produce a través de la palabra narrada”, enfatiza.

Como un dato no menor ni casual, quienes cuentan son “ellas”, son mujeres las que enuncian en esta propuesta y extienden una urdiembre de significados. Así, sobre ese pronombre necesario y para nada inocente, Beltramino afirma: “Tomar la palabra es uno de los actos de independencia más importantes que una persona puede realizar para así luego, encontrar la propia voz. Para las mujeres y disidencias, es particularmente importante y necesario, escucharnos y hacernos escuchar”, subraya. 

En ese marco, la narradora reflexiona: “En un mundo donde el patriarcado tuvo (y tiene aún) el dominio de las palabras y de contar ‘la historia’, en forma de verdades que parecieran inapelables, que aparezcan otras voces y miradas da oportunidades para derribar estructuras anquilosadas y que han ocultado el poder de lo femenino durante siglos. Es increíble como alguna literatura ya no nos representa”.

Resulta evidente que el acto de contar tiene una vigencia irreductible, es algo que no pasa de moda, aún entre la marea de lo digital. Sobre este fenómeno, Beltramino describe: “Creemos firmemente que la puesta en valor de la palabra narrada y el movimiento que ha surgido en todo el mundo con distintas características en cada país, es un acto de resistencia colectiva a la pérdida de tesoros culturales, que no van a ser rescatados ni ahora, ni en el futuro por la tecnología”.

Finalmente, en eje con la potencia de las historias, la cuentacuentos subraya que “si bien muchas de las narraciones, sobre todo en nuestro país, salen de los libros, esto no deja de ser un fuerte intento para que esos hermosos bienes culturales abandonen los estantes, los archivos, las recopilaciones e ingresen a la corriente de la difusión del conocimiento, al rescate de la memoria, a la construcción de la conciencia para todxs”.

Entonces, mientras fluyan las palabras, la memoria estará viva como una lumbre constante. Y esta noche, quienes quieran viajar por los distintos paisajes del amor, pueden acercarse a ese fogón de música y de cuentos, para recordar, que es volver a pasar por el corazón y que es también el mejor antídoto contra la lejanía y el olvido.