“En el centro de Argentina con la invasión ilegal de los territorios ranqueles, y con el genocidio se prohibió toda difusión cultural que tuviera que ver con nuestra identidad y así se invisibilizaron los juegos”, comenzó el relato de María Inés Canuhé, miembro de la comunidad ranquel en La Pampa.

El Consejo Argentino de Deporte Indígena se creó en agosto pasado, pero esta lucha comenzó hace más de 15 años. En 2005 se conformó el Centro de Interpretación de Cultura Originaria Ranquel, ya que necesitaban actuar con urgencia para que su tradición y sus costumbres no quedaran en el olvido. “Hicimos un trabajo de investigación y descubrimos que nuestra diversión de chicos eran nuestros juegos ancestrales”, afirmó la coordinadora del Cadi.

El Consejo está formado por las comunidades indígenas de todo el país. En esta semana se presentará un pedido de audiencia a la Secretaría de Deportes de la Nación para que puedan comenzar a trabajar una agenda conjunta, para la implementación de políticas públicas que estén exclusivamente orientadas a estos pueblos. “Estamos muy esperanzados en que nos van a recibir, porque tenemos propuestas constructivas. Queremos generar una política para solucionar un problema”, confesó Canuhé.

Una de las prioridades para plantear en la posible audiencia será la documentación de todos los saberes ancestrales, pero con una condición muy importante: quieren que el relevamiento sea realizado por ellos. “No queremos que venga alguien de afuera a enseñarle a los chicos, porque estos aprendizajes tienen mucho que ver con nuestra cosmovisión”, sostuvo Canuhé en referencia a la espiritualidad y visión del juego.

Por otro lado, el relevamiento también tratará de entender cuáles son las necesidades más importantes en cuanto a espacio, con la intención de tener un polideportivo propio o un lugar donde se puedan tener los elementos de juego.

¿CÓMO FUE EL RECORRIDO?

En 2010 el padre de Canuhé asistió al Foro del Mercosur y comenzó a interiorizarse en que su pueblo no era el único que tenía el mismo problema con respecto a los juegos ancestrales. Entonces, empezó a contactarse con gente de deportes, de educación física, del Foro del Mercosur y del Consejo Consultivo de la Sociedad Civil.

En 2012 la comunidad ranquel asistió con una delegación a Puerto Madryn a un encuentro nacional para participar del nuvan kullin, un juego a caballo en el que el objetivo es perseguir a los oponentes para quitarles la faja de la cintura. Antiguamente se quitaba el poncho pero por la peligrosidad esta modalidad cambió.

Pasó el tiempo y tuvieron la idea de organizar un primer encuentro nacional de juegos ancestrales y deportivos de los pueblos indígenas en Argentina. Con respecto a esto, Canuhé afirmó: “Lo íbamos a hacer en abril de 2020 con todas las delegaciones confirmadas y por la pandemia tuvimos que suspender”. 

En noviembre de 2019 se organizó el primer foro preparatorio en el que se convocaron delegados de distintos pueblos para ver cómo se podían organizar. En aquel momento, según Canuhé, todas las comunidades se encontraron con el mismo problema: “No hay una política pública que tienda a recuperar estos juegos”.

El nuvan kullín en el encuentro de Puerto Madryn.

LAS HUELLAS DEL PASADO

En 1878 se firmó el último tratado de paz entre la comunidad Ranquel y la nación Argentina. Pero meses después, el gobierno argentino sin comunicación previa rompió el tratado al atacar dos partidas de ranqueles que iban a Villa Mercedes. “Así comenzó el avance ilegal de nuestro territorio, con hostilidad y sin declaración de guerra”, afirmó Canuhé.

A partir de esto, los juegos de las comunidades indígenas se ocultaron y se disfrazaron. “Así como reemplazaron semillas, plantas y animales, también reemplazaron personas. Para esa gente, lo único que servía de acá era la tierra”, comentó la coordinadora del CADI.

¿QUÉ DICEN LAS LEYES?

En 1992, en la Ley 24071 se aprobó el convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes, en el que se incluyen y se contemplan estos deportes ancestrales. Si bien están las leyes, el reclamo es por las políticas públicas y los programas que al día de hoy no existen.

LOS JUEGOS INDÍGENAS

Los ranqueles juegan al nuvan kullin y los demás pueblos tienen otras prácticas: las boleadoras que se hacen con medias o trapos, la chueca, juegos de arquería, de lucha, de azar, de simulación y de vértigo.

“Hay juegos que pueden mezclarse con los occidentales y otros que se están practicando en comunidades que necesitan cierto apoyo como elementos didácticos y lugares adecuados donde jugar”, aseguró Canuhé.

La idea principal del Consejo es ocuparse de la juventud, contenerla y sacarla de los malos hábitos a través de los deportes.

LA DIFUSIÓN

Actualmente el Foro del Mercosur es el único que publica las acciones que llevan adelante desde la comunidad. Su idea es tener una web propia, pero para eso necesitan establecer un mecanismo de redes importante para tener una acción mediática.

Algunas comunidades todavía no tienen señal de Internet ni medios tecnológicos. Canuhé también contó que hay personas que se conectan desde arriba de una loma, o se suben a un árbol para participar de las reuniones. “Se ha hecho todo con muchísima voluntad y esperemos que el gobierno nacional y los provinciales nos acompañen para hacer esta acción de salvaguarda”.

“Lo más lindo no es documentar y generar políticas, sino también jugar y reunirnos en campeonatos y encuentros”, concluyó la representante ranquel.

El Consejo esperará, entonces, que la Secretaría de Deportes los reciba para que puedan trabajar en conjunto para revalorizar y fortalecer parte de la cultura indígena, que con el paso del tiempo quedó cada vez más relegada e invisibilizada en el país.