Ante su gente y con un invicto que alcanzó 23 partidos, la Selección goleó 3-0 este domingo a Uruguay en un partido muy disputado en el estadio Monumental, por la undécima fecha de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de Qatar. 

El capitán Lionel Messi y Rodrigo De Paul marcaron los goles en la primera etapa; Lautaro Martínez aumentó en el complemento para los dirigidos por Lionel Scaloni.

Con este resultado que desató júbilo en el público presente, Argentina suma 22 unidades en la clasificatoria y sigue firme detrás de Brasil, que lidera con 28 puntos.

Si bien los primeros minutos mostraron a la Selección con intención ofensiva y a Uruguay esperando en su campo con mucha gente, fue el conjunto del Maestro Tabárez el que llegó con una doble chance, primero con un remate a quemarropa de Suárez que Dibu Martínez, bien parado, contuvo y, tras dar rebote, Valverde desde fuera del área lanzó un sablazo a las manos del arquero argentino.  

Con Messi de pivot y Nicolás González bien abierto por izquierda, la primera chance argentina se produjo tras un corner corto en el que Lo Celso se metió en el área y su disparo salió apenas afuera.

En tanto, toda la última línea albiceleste más Paredes y De Paul presionaban para que el juego se desarrolle en campo visitante. Así y todo, Lautaro Martínez quedaba siempre de espaldas, muy absorbido por la marca. El ex atacante recién tuvo su primera chance de arremetida poco antes de la media hora, luego de un centro de De Paul. 

Pero cuando Uruguay llegaba, el equipo de Scaloni lo sentía. De hecho, después de otra inteligente jugada que exhibió desacoples en la defensa argentina, una media tijera de Lucho Suárez volvió a quemarle las manos a Dibu Martínez.

Argentina empujaba con mucha gente, pero sus intentos por el medio colisionaban con la rocosa defensa uruguaya. Por si fuera poco, volvía con desorden y eso dejaba su propia valla librada a suerte y verdad. Y Suárez, aun con poco ángulo, se las arregló para hacer temblar el palo izquierdo local.

Entonces la Selección devolvió gentilezas y un magnífico pase de De Paul de contra dejó a Lo Celso de cara a Muslera, pero el zurdazo del jugador del Tottenham dio primero en el travesaño, luego en la línea y quedó en poder de los defensores rivales.

Enseguida y en una ráfaga, Tagliafico se asoció con De Paul por izquierda, Lautaro abrió las piernas y se la dejó a Messi, que no pudo definir bien; a continuación el astro rosarino tuvo otra que le contuvo Muslera; pero en la tercera de esta seguidilla -la vencida- la metió de una manera poco ortodoxa, porque quiso tirar un centro para Nico González, que no pudo pellizcarla, pero la pelota igual se coló en la valla uruguaya e hizo estremecer de alegría a todo el Monumental. Fue el gol N° 80 para la Pulga. 

Eso no fue todo. Argentina peleó otra pelota en campo adversario, se metió en el área rival a los ponchazos y la jugada acaso algo sucia la culminó De Paul para gritar el segundo e irse a los vestuarios en ventaja.

En la segunda parte y pese a los ingresos de Cavani y de Núñez en la Celeste, la Selección no cejó en su idea de seguir atacando, con Messi enchufadísimo, las ganas de González y las trepadas por su lateral de Tagliafico.

Y en una jugada que inició De Paul por derecha, siguió con Messi desparramando rivales en la puerta del área para devolverle la pelota al volante de Atlético Madrid y éste al final la cruzó para que el Toro Martínez marque el tercero. Un verdadero golazo.

Uruguay lucía maniatado y sin reacción: todo el peligro que había construido en la primera etapa había quedado en el recuerdo.

Con Messi como director de orquesta, otro jugadón en el que también participaron Tagliafico (de gran actuación) y Nico González terminó con Lo Celso fusilando a Muslera, que respondió bien. 

El ingreso de Di María -pedido por el público- levantó temperatura. Y Fideo tuvo su primera chance cuando quiso "picarla" ante Muslera, pero el 1 uruguayo le ahogó el grito. 

Uruguay arrimó sobre el final algo de peligro, pero el dominio local -que pudo aumentar la cuenta- era evidente. En las gradas, todo era algarabía entre los hinchas argentinos,  agradecidos por el juego y la entrega de los dirigidos por Scaloni, que pusieron todo y ganaron una parada brava a puro carácter.