La producción de ladrillo hueco, que es el que básicamente se utiliza en la construcción de viviendas, creció 51,6 por ciento entre enero y agosto último en comparación con el mismo periodo del año pasado, afirmó la Cámara Industrial de Cerámica Roja (Cicer). “Este crecimiento demuestra el impulso de nuestro sector hacia el conjunto de la construcción y, con ello, su aporte a la dinámica económica y social del país”, señaló la cámara que agrupa a los principales fabricantes de ladrillos huecos.

La entidad abogó porque “este proceso de recuperación se consolide”, y remarcó que por eso los productores están “atentos para hacer nuestro aporte en el análisis que permita contar con políticas públicas que estimulen la construcción de viviendas, tanto en el plano privado como de planes estatales, además de potenciar incentivos fiscales, y desarrollar líneas de créditos hipotecarios a tasas acordes para que más familias puedan acceder a un hogar digno y perdurable”.

La Cicer está conformada por 15 empresas de capital nacional que producen ladrillos industriales con eficiencia energética, sector que tiene una participación del 90 por ciento en la construcción de viviendas.

“En los últimos años hemos invertido más de 100 millones de dólares, al aportar innovación, desarrollo y tecnología para generar empleo formal y directo para 3000 personas en cinco provincias del país”, subrayó la entidad.

Puso como ejemplo que “el ladrillo termoeficiente DM20 ha logrado un nuevo estándar al estar recomendado por la Secretaría de Vivienda de la Nación y cumplir con las legislaciones más exigentes en materia energética del país, como la Ley 13.059 de la Provincia de Buenos Aires”.

La cámara enfatizó que “estos nuevos ladrillos huecos generan envolventes que permiten ahorrar hasta el 40 por ciento en la tarifa de gas y electricidad de una vivienda, al disminuir los consumos en calefacción y aire acondicionado, conservando otras cualidades reconocidas como su vida útil superior a los 100 años, la resistencia, con mantenimiento prácticamente nulo”.

“Sin duda los efectos de la pandemia también se vivieron en nuestro sector, pero con gran esfuerzo mantuvimos la empleabilidad y acompañamos a la cadena de valor, a pesar de la suba de los costos que hemos padecido en rubros sensibles como el de la energía, por lo que confiamos en que se pueda articular un crecimiento sostenido para todos los actores, con visión de largo plazo”, remarcó la Cicer.

Asimismo, destacó que “la industria del ladrillo en Argentina viene evolucionando de la mano de la ciencia y la tecnología, generando buenas prácticas para el cuidado del medio ambiente según los más altos estándares internacionales”.

Según el último Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el consumo de ladrillos huecos registró un incremento de 51,6 por ciento en el período comprendido entre enero y agosto de este año, respecto de igual lapso del 2020, por encima del promedio de todos los rubros relevados en el sector, que fue del 48,1 por ciento.

Las empresas agrupadas en la Cámara cuentan con una capacidad instalada de aproximadamente 500.000 toneladas de ladrillos por mes.

Por la dinámica de la actividad, además del empleo directo se generan unos 30.000 puestos de trabajo indirectos, con una fuerte implicancia económica y social, tanto a nivel de pymes como de emprendimientos personales en todo el país.

Las empresas asociadas a la Cicer tienen sus plantas productivas situadas en las provincias de Buenos Aires (Pilar, La Plata, Campana, Quilmes, Fátima, Isidro Casanova, Spegazzini, Olavarría, Mar del Plata), Santa Fe, Mendoza, Córdoba, Río Negro y Salta.