La AFIP avanza en un plan para limitar la evasión en el sector inmobiliario. Antes del 31 de diciembre, las inmobiliarias estarán obligadas a tener posnet y podría solicitarse que tanto las operaciones de compraventa como de alquileres dejen de realizarse con dinero en efectivo. La entidad recaudadora ajustará además los controles de entrega de facturas para todas las transacciones, al tiempo que se habilitará un canal de denuncia anónima para que los inquilinos puedan presentar sus quejas ante el organismo. 

 El titular de la AFIP, Alberto Abad, anunció a inicios de este año que los inquilinos podrían deducir hasta el 40 por ciento del pago de Ganancias, con un tope anual de 51.967 pesos. Para hacerlo es necesario cargar a través de la página web de la entidad recaudadora la factura de alquiler y el contrato. El problema es que pocos propietarios e inmoibiliarias entregan estos papeles. 

 La idea del organismo a cargo de Abad es reforzar los controles y la difusión sobre los derechos fiscales de los inquilinos. Una estrategia será crear un sistema de denuncias anónimas para que las personas que alquilan no se sientan incómodas ni tengan miedo al momento de denunciar una irregularidad de la inmobiliaria. El titular de la AFIP se reunió con la entidad Inquilinos Agrupados para adelantarles la decisión. En el encuentro estuvieron presentes, además, el subdirector general de Fiscalización Marcelo Pablo Costa, y el subdirector general Sergio Javier Rufail. 

 El referente de los inquilinos, Gervasio Muñoz, afirmó tras la reunión que la AFIP tiene en agenda una propuesta para eliminar las operaciones en efectivo en el sector inmobiliario. Referentes de las inmobiliarias consultados por este diario indicaron que no recibieron indicaciones sobre este punto, y adelantaron que se trata de una idea muy difícil de aplicar, puesto que el negocio ha sido siempre en efectivo y la forma que tienen los escribanos para registrar la compraventa de las propiedades “es contando el dinero arriba de la mesa”. Aseguraron, además, que hubo otros intentos de eliminar operaciones en efectivo como el de los cheques cancelatorios que tuvo muy poca aceptación.