Desde Santa Fe

El presidente del Tribunal de Cuentas de la provincia, Oscar Biagioni, logró ayer renovar su mandato por otros seis años, hasta 2027 –cuando cumpla 71- por la ficción constitucional de la aprobación ficta. La Asamblea Legislativa fracasó por segunda vez en siete días por falta de quórum, a pesar de que 28 legisladores se convocaron para votarlo en contra. Pero el faltazo general de 41 de sus colegas, convirtió entonces a Biagioni en un funcionario récord: el primero en la historia institucional de Santa Fe que asumió una vocalía del Tribunal de Cuentas –en setiembre de 2015- y renovó su cargo -en 2021- por un segundo período, sin ningún voto. Ni hace seis años cuando lo designó el ex gobernador Antonio Bonfatti, ni ayer que lo postulaba Omar Perotti. El ausentismo general incluyó –como ya sucedió en 2015- a la comisión de Acuerdos –con mayoría de radicales y socialistas- que tampoco reunió quórum para tratar las impugnaciones –entre ellas una condena judicial- y mucho menos firmar despachos, a favor o en contra. El 13 de agosto, el juez laboral Guillermo Garibay ordenó a Biagioni el “inmediato cese del hostigamiento, malos tratos o tratos descomedidos y actos de discriminación laboral” a una abogada del Tribunal de Cuentas.

La Asamblea estaba prevista para las 13. Antes y después, se conectaron el doble de legisladores que lo habían hecho en el plenario anterior, el jueves pasado, cuando eran doce: 10 diputados y dos senadores (Rubén Pirola, que presidió la sesión y Alcides Calvo). Ayer, fueron veintiocho: 26 diputados y otra vez, sólo dos senadores (Pirola y Germán Giacomino).

Ya era un secreto a voces que la Asamblea iba a fracasar por falta de quórum. Así que en la espera, comenzó un diálogo informal entre los convocados acerca del mecanismo de la aprobación ficta que consagra la Constitución de Santa Fe. “Es una ficción legal”, planteó Carlos del Frade.

La Cámara de Diputados comunicó el link para conectarse al plenario dos minutos antes de las 13. El tiempo de espera es media hora. A las 13.26, Pirola subió al estrado, tomó asistencia y ante la falta de quórum, dio por fracasada la Asamblea. Biagioni ya contaba las horas, porque a la medianoche se cumplió el plazo de la aprobación ficta.

Del Frade pidió la palabra. “Esta es una práctica que vacía de contenido al Poder Legislativo”, dijo el legislador. “Es imprescindible hablar. A favor o en contra, pero hablar. La política es diálogo, lo que se dice, no lo que se calla. El silencio puede ser una forma de la política, pero vacía de contenido a la democracia”, agregó. Pirola le contestó que él cumplía el reglamento, que no había quórum y por lo tanto, tampoco Asamblea.

La asistencia ya había registrado 17 diputados y diputadas del Frente Progresista: los catorce del socialismo (el presidente de la Cámara, Pablo Farías y sus colegas Joaquín Blanco, Clara García, Erica Hynes, Claudia Balagué, Gisel Mahmud, José Garibay, Lionella Cattalini, María Laura Corgniali, Lorena Ulieldin, Esteban Lenci, Pablo Pinotti, Rosana Bellatti y Nicolás Aimar). Y tres aliados: Gabriel Real (PDP), Mónica Peralta (GEN) y Fabián Pablo Oliver (UCR). Más, los cuatro del interbloque de izquierda: Rubén Giustiniani y Agustina Donnet (Igualdad), Carlos del Frade (Frente Social y Popular) y Dámaris Pacchiotti (Ciudad Futura). Tres diputadas del Frente de Todos (Matilde Bruera, Lucila De Ponti y Cesira Arcando). Y sobre el final se sumaron Gabriel Chumpitaz (PRO) y Amalia Granata. Los senadores eran Pirola y Giacomino.

“Es la crónica de un final anunciado”, la llamó Palo Oliver. “Se garantizó con un mecanismo absolutamente discutible como la aprobación ficta que Biagioni siga seis más como vocal del Tribunal de Cuentas. Es la segunda vez que logra llegar a esa vocalía con esa forma: la aprobación ficta”, advirtió.

Lo que ocurrió ayer en la Legislatura “lesiona la institucionalidad de la provincia. Es una mancha para todo el sistema y debilita a las instituciones, sobre todo a la Asamblea Legislativa”, advirtió Palo Oliver. “No dar quórum para que un funcionario renueve su mandato por seis años es absolutamente reprochable. Pero mucho más reprochable es no tener la valentía de ingresar, discutir, y aquellos que entienden que Biagioni reúne las condiciones para ocupar el cargo, votarlo. Por eso digo que es doblemente gravoso. Es grave que no se diera quórum, pero también es grave que no hayan tenido la valentía de ingresar y discutir”.

“Ahora lo que preocupa es la protección de las trabajadoras y profesionales que denunciaron a Biagioni. Hay que cuidarlas, protegerlas, porque no tengo ninguna duda que pueden pasarla peor que antes”, en el Tribunal de Cuentas. “Ese es el compromiso que debemos asumir todos los que participamos en la Asamblea Legislativa, donde la mayoría de los 28 legisladores que asistimos íbamos en contra de Bigioni”, concluyó.