El ex jefe del Ejército, Martín Balza, consideró prácticamente imposible que los represores condenados por delitos de lesa humanidad “se decidan a hablar” aunque más no sea para “acabar con el dolor subliminal” de los familiares de las víctimas. Insistió en la necesidad de juzgar y condenar a los responsables del Terrorismo de Estado porque "la única solución es la justicia". Cuestionó también el fallo de la Corte Suprema que otorgaba el beneficio del 2x1 a los genocidas.

Durante una entrevista con El Lobby, por radio Con Vos, Balza aseguró que "ninguno de los altos mandos, que tuvieron poder de decisión y dominio del hecho, pidieron perdón a la sociedad. Muchos se han ido de este mundo sin dar respuestas y los pocos que quedan, quiera Dios que me equivoque, se van a ir sin dar respuestas”, opinó.

En este sentido pidió que se juzgue y se condene a quienes cometieron crímenes de lesa humanidad porque “la impunidad es falta de castigo y germen de nuevas violaciones a los derechos humanos”, dijo y remató: “La única solución de esto es no rencor, no odio, no venganza pero sí justicia”.

En este sentido cuestionó el fallo de la Corte Suprema que beneficia a los represores con una posible reducción del cumplimiento de su condena por violaciones a los derechos humanos. No obstante, Balza aclaró que con lo que puntualmente está “en contra es con la ley 24.390”, del 2x1.

“Esa ley –agregó- tenía un vacío sobre los delitos de lesa humanidad, porque cuando se dictó estaban todos indultados. No habían imputados ni procesados ni condenados.”

Sin embargo, coincidió con que los crímenes de la última dictadura son “imprescriptibles, inindultables y inamnistiables”, pero hizo un reparo a favor de los ministros que votaron por el 2x1: “Descarto que ningún miembro de la Corte Suprema haya tenido la intención de lesionar la escencia de lo que es un crimen de lesa humanidad”.

Balza fue el primer militar que hizo una autocrítica de las Fuerzas Armadas por la represión de Estado y la desaparición de 30 mil personas. “Le debíamos una respuesta a la sociedad”, dijo respecto de lo que denominó “mensaje institucional” dado “sin ningún condicionamiento y sin ninguna orientación”.

Indicó que después de pronunciar aquel mensaje “la respuesta fue tremendamente positiva” en el Ejército aunque reconoció que el rechazo provino del sector de los militares retirados que tuvieron vínculos con la dictadura.

Por otra negó la existencia de “dos bandos”, en referencia a la mentada Teoría de los Dos Demonios, “porque una cosa son los crímenes cometidos por efectivos irregulares armados y otra más grave es que el Estado se convierta en criminal”. No obstante, lamentó que ese mensaje “en algunos sectores de la sociedad, aún perdura”.

Balza relativizó la posibilidad de que las Fuerzas Armadas y los represores detenidos aporten información oficial sobre la desaparición de personas durante la última dictadura militar. Aseguró que en noviembre de 1983, antes de la democracia, “hubo orden de incinerar toda la documentación relacionada con la llamada ‘lucha contra la subversión’” y, por otra parte, se manifestó “escéptico” de que “algún victimario se decida hablar” para brindar datos.

“No hay ninguna duda de que existieron listas” con información de las detenciones, los secuestros, los traslados y el destino de cada detenido desaparecido, reconoció el ex militar pero, añadió, un mes antes de que asumiera Raúl Alfonsín “hubo una circular” interna del Ejército “firmada por (el ex general) Cristino Nicolaides” en la que se ordenó la destrucción de todos los archivos oficiales.

Además, aseguró que luego, cuando él fue comandante en general de la Fuerzas Armadas entre 1991 y 1999, ordenó “dar vuelta todo el Ejército” para encontrar documentación sobre la represión ilegal “pero no hubo ni una respuesta de documentación encontrada”.