La invitación del Gobierno para que miembros de la ONU y la CIDH visiten Jujuy y “vean que se respetan los derechos humanos”, anunciada por el presidente Mauricio Macri, no mejora la situación del Estado ante la comunidad internacional en tanto no cumpla con las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU que reclamó “liberar de inmediato” a Milagro Sala. “Invitar al Grupo en este caso no demuestra compromiso con los derechos humanos sino intención de incumplir su decisión”, reflexionó la abogada Andrea Pochak, directora de Derechos Humanos del Ministerio Público Fiscal.
“La invitación a la CIDH es importante siempre que sea para cumplir con las recomendaciones del Grupo y no para dilatar ese cumplimiento”, advirtió Gastón Chillier, director del CELS. Mariela Belski, directora de Amnistía Internacional Argentina, destacó la importancia de que el primer ministro canadiense Justin Trudeau haya planteado el caso ante Macri y señaló que si el Grupo visita el país será para “corroborar la decisión que ha tomado, no para revisar su posición”.
“El Grupo no revisa sus decisiones. Ya recibió la información que precisaba y emitió sus conclusiones. Revisará la decisión dentro de unos meses sólo para constatar si sus recomendaciones se cumplieron o no”, destacó Pochak. “El Grupo no necesita visitar los lugares para constatar violaciones de derechos humanos. Invitar al Grupo en este caso no demuestra compromiso con los derechos humanos sino intención de incumplir su decisión”, explicó la especialista. “En los últimos años existieron invitaciones abiertas a todos los organismos internacionales de derechos humanos. Gracias a ello han realizado misiones diferentes relatores especiales de ONU y hasta el propio Grupo. No es lo mismo”, advirtió. “Evidentemente el Presidente optó por seguir los consejos de quienes no entienden las consecuencias de incumplir con compromisos internacionales de derechos humanos. Una pena”, concluyó.
“A la recomendación del Grupo, que es vinculante, se sumó el pedido de la CIDH y ahora la inquietud internacional”, destacó Chillier. “No hay duda de que el Estado debe cumplir con la recomendación. La comunidad internacional está esperando que la Argentina siga su tradición de compromiso con el sistema internacional de derechos humanos”, señaló el director del CELS. Sobre la invitación del Gobierno, consideró que “es importante siempre que sea para cumplir con las recomendaciones del Grupo y no para dilatar ese cumplimiento”. “La única forma de demostrar que la Argentina respeta los derechos humanos pasa por cumplir con las recomendaciones del sistema universal de protección de los derechos humanos de Naciones Unidas”.
La mención del caso Sala durante la visita de Trudeau “habla por sí sola de la gravedad del caso y de la enorme repercusión que ha tenido a nivel internacional: mientras el Gobierno lo minimiza, para el primer ministro canadiense fue un tema obligado de agenda”, destacó Belski. “En caso de que el Grupo visite el país será a efectos de corroborar la decisión que ha tomado, no de revisar su posición. Esto no va a pasar”, destacó. “El Grupo y eventualmente la CIDH en caso de venir corroborarán que pesa sobre Sala una medida de privación de la libertad preventiva que es excepcional y que, como ha dicho, es arbitraria”, recordó la directora de Amnistía Internacional Argentina.