Un tribunal de Munich condenó a diez años de cárcel a una alemana exmiembro del grupo yihadista Estado Islámico (ISIS), acusada de dejar morir de sed a una niña yazidí comprada como esclava en Irak. Jennifer Wenisch, de 30 años, fue declarada culpable de "crimen contra la humanidad que causó muerte" y pertenencia a una organización terrorista, en uno de los primeros juicios en el mundo sobre los crímenes de guerra contra los yazidíes, una minoría perseguida por los yihadistas.

El marido de la acusada, Taha Al-Jumailly, encadenó en agosto de 2015 a la menor en pleno calor del mediodía al enrejado del patio interior de su vivienda como castigo por haber orinado sobre un colchón, lo que provocó la muerte de la niña. El tribunal "considera probado que la acusada no se esforzó en salvar a la niña a pesar de ser consciente del estado muy grave en el que se hallaba". 

La audiencia ve probado también que el marido de Wenisch castigaba regularmente con golpes a la menor y a su madre con el conocimiento de la acusada. Esta alemana oriunda del municipio de Lohne, en Baja Sajonia, había viajado a Irak para reunirse con "sus hermanos", según explicó durante el juicio que empezó en abril de 2019. Durante varios meses, integró la policía en Faluya y Mosul, donde patrullaba las calles armada.