Las organizaciones que militan el proyecto de Ley de Etiquetado Frontal realizaron un acto en las puertas del Congreso en vísperas de su tratamiento. “Es un día de militancia, no solamente por el proyecto que aquí nos convoca. Tenemos que militar cada una de las luchas en pos de una Argentina diferente, justa y soberana”, dijo Mijael Kaufman, de Consciente Colectivo, desde el escenario ubicado de espaldas al palacio legislativo. Dijo esto porque es un día muy intenso en los alrededores del Congreso. Varias luchas confluyen. La de la Unión de Trabajadores de la Tierra, con su acampe por cuatro días para empujar una ley de acceso a la Tierra; la de las mujeres que pelean por una norma en torno a la fibromialgia; la de una ley para las personas en situación de calle.
Protagonista indiscutido de este mediodía fue el calor. “Hace 33 grados”, le comentaba una chica a otra debajo de un gazebo que se había instalado cerca del escenario. El protector solar pasaba de mano en mano. A lo largo de la tarde, el mismo escenario será utilizado para las diferentes luchas. Alrededor del mediodía comenzó a ser decorado para el acto de las organizaciones que promueven el Etiquetado, con octógonos negros iguales a los que advertirían a los consumidores sobre excesos de nutrientes críticos en los productos de aprobarse la norma. Tras la actuación de la banda Hiperkinéticos, los distintos oradores reivindicaron los derechos vinculados al proyecto en cuestión: alimentación adecuada, salud e información, como enumeró Clara Zárate, de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria.
"Hace un año y medio, cuando comenzábamos este proceso legislativo, desde el Senado nos llegaban mensajes de que Coca había logrado hacer modificaciones (al proyecto). Pero la militancia puede más que los lobbies: por eso logramos la media sanción", expresó Kaufman. Siguió relatando el derrotero del proyecto: "Cuando entró en Cámara de Diputados le dieron seis giros; un claro guiño para que no prosperara. Nos dijeron que era imposible. Pero a 362 días de la media sanción, casi un año, estamos a las puertas de la ley, a horas de algo histórico y lo tenemos que celebrar." El 5 de octubre, Juntos por el Cambio no dio quórum y se cayó la sesión que trataría el proyecto. La imagen alegre de este martes contrastaba con la frustración que reinó aquél día, también en las puertas del Congreso.
Kaufman cuestionó a quienes tildan de "elitista" a la ley: "Sólo el 14 por ciento de la población entiende lo que come. Y más del 40 vive en la pobreza: esta es la principal batalla. Tendremos ley contra viento y marea", manifestó.
"Las organizaciones relacionadas con la salud hace mucho venimos trabajando en generar evidencia científica, mostrarla en nuestros congresos, acompañar leyes", dijo, a su turno, Laura Barbieri, presidenta de la Federación Argentina de Graduados en Nutrición (Fagran). "Les pedimos a los diputados que voten como votaron en el dictamen y como vienen diciendo en los medios, que cuidarán la salud de la población", instó, e invitó a los nutricionistas a sumarse a estas luchas. "Esta ley ya avanzó en la región, en los países limítrofes. Estamos con un pie sobre ella", celebró, e hizo hincapié en las enfermedades por malnutrición que afectan tanto a la población de mayores recursos como a la más vulnerable, pero sobre todo a esta última.
"El proyecto que hoy se discute es un antes y un después en la forma en que el Estado ha venido abordando los programas de asistencia alimentaria para que no sólo llenen panzas sino que contemplen la calidad nutricional y las necesidades particulares. Comer rico, sano, nutritivo no puede ser privilegio de clase. ¡Que sea ley sin modificaciones!", expresaron Agustina Mozzoni y Maga Merlo Vijarra, de la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables (Fundeps).
"Nuestra salud tiene otra oportunidad. No es un Boca-River; (el proyecto) no tiene banderas partidarias. Está pensado para proteger a las infancias y los sectores más vulnerables. Además, el Estado tiene que priorizar los alimentos sin sellos. La ley generaría un ahorro presupuestario: habría menos personas enfermas por la información y la alimentación saludable", postuló Florencia Guma, de la Sociedad Argentina de Nutrición y Alimentos Reales (SANAR).
En un principio se calculaba que el resultado de la votación iba a estar para la madrugada, pero los cambios en la dinámica de la Cámara Baja adelantaron el tratamiento del proyecto. Al finalizar el acto, les integrantes de las organizaciones corrieron hacia el recinto para seguir la sesión. "Los distintos despachos que estuvimos hablando nos dijeron que se aprobará sin ningún problema", se entusiasmaba Ariana Krochik, de Consciente Colectivo, mientras les presentes coreaban "Que sea ley".
Las otras luchas
En tanto, sobre la Avenida Rivadavia se escuchaba murga, se podían comprar hamburguesas y bebidas frías y se reclamaba por el proyecto de derechos humanos para las personas en situación de calle. Había un escenario con banderas del Movimiento de Trabajadores Excluidos, Nuestra América y el Frente Popular Darío Santillán. Por su parte, mujeres vestidas de violeta --"el color de la trasmutación"-- habían colgado de las rejas del Congreso su bandera para exigir que se trate el proyecto de ley 0149-D-2020 sobre sensibilidad central, que incluye a las enfermedades fibromialgia, fatiga crónica, sensibilidad química múltiple y electrohipersensibilidad. En un momento, subieron al escenario en el acto de las organizaciones de Etiquetado.
Y en la Plaza del Congreso era todo un éxito la feria de la UTT, en el marco de su acampe de cuatro días para exigir un Procrear Rural. Para la tarde estaba previsto, además, un festival de cultura cannábica con el lema "despenalización ya". Les manifestantes iban fluctuando entre un sector y otro.