Mauricio Macri no se salvará de un nuevo viaje a Dolores. Después de que el presidente Alberto Fernández firmara el decreto que releva a Macri del deber de guardar secreto en cuestiones de inteligencia que su defensa invocó el jueves para no avanzar en la indagatoria, el juez federal Martín Bava volvió a citarlo para el miércoles próximo a las 12. El magistrado, que quiere interrogar a Macri acerca del espionaje a los familiares del ARA San Juan, desbarató la otra estrategia de Macri: dijo que la audiencia deberá ser presencial, justamente por la sensibilidad de la información que se ventila en la causa. Desde Córdoba, Macri anunció que concurrirá y le atribuyó intencionalidad política a la causa. "Creen que con mi procesamiento van a dar vuelta la elección", dijo el líder de Juntos por el Cambio. No queda claro si desde el PRO planean reeditar la experiencia de la magra movilización de seguidores que se congregaron en la plaza central de Dolores.

Hasta ahora, las únicas explicaciones sobre las tareas ilegales de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) sobre los parientes de los submarinistas fueron dadas por Macri en los medios de comunicación o ante escenarios amigables. Desde hace casi un mes, viene evitando hablar ante el juez Bava. El jueves, Macri finalmente se presentó ante Bava pero encontró una estrategia para no declarar: dijo que no había sido relevado del deber de guardar secreto en cuestiones sensibles de inteligencia. El juez suspendió la audiencia y le pidió a Fernández que lo hiciera. Antes de partir hacia Europa, el Presidente firmó el decreto para que Macri declare sin más dilaciones.

La efímera maniobra de Mauricio Macri

En la resolución de este viernes por la mañana, Bava dejó en claro que él no creía que Macri necesitara el relevamiento del secreto para declarar. El juez que subroga en Dolores citó a Macri a indagatoria el 1 de octubre pasado. Ese mismo día, le consultó a la interventora de la AFI, Cristina Caamaño, si era necesario relevarlo del secreto. Cinco días después, la funcionaria dijo que no era ella quien podía hacerlo y que, en caso de que Macri declarara sobre cuestiones de inteligencia, esa información debía quedar reservada.

Fue la defensa de Macri la que dijo que era imprescindible ese permiso para continuar, y la fiscalía adhirió al planteo. Bava frenó para evitar nulidades. La discusión sobre la necesidad de relevar a los agentes o exagentes del deber de guardar secreto es de larga data en el juzgado de Dolores. La línea que había sostenido Alejo Ramos Padilla mientras estuvo al frente era que la ley de inteligencia no amparaba delitos.

Pablo Lanusse, el abogado de Macri, pidió que la próxima audiencia fuera por Zoom después de que Bava decidiera suspender la indagatoria ante el pedido de la defensa y del fiscal Juan Pablo Curi de que le requiriera un decreto al Poder Ejecutivo para que Macri declarara. Sin embargo, Bava descartó la pretensión de Macri de declarar desde casa y evitarse el viaje hasta Dolores. Dijo que en la causa hay información sensible de inteligencia --y, además, el propio Macri sostuvo que necesitaba autorización porque lo que pudiera decir podría afectar la seguridad del país--.

La defensa del ex presidente

Después de la visita a Dolores, Macri viajó hacia Córdoba, donde este viernes participó de una reunión en la Bolsa de Comercio con empresarios locales. “Mi gobierno no ha hecho espionaje ilegal. Jamás tuve documentación sobre familiares del ARA San Juan ni de ningún otro buque. El miércoles iremos a decir eso frente a un procesamiento que ya está escrito”, dijo el líder del PRO, que aprovechó para decir que fue poco seria la citación y que era víctima de una persecución.

Bava acusa a Macri de haber ordenado y posibilitado que la AFI realizara tareas de seguimiento, infiltración y ciberpatrullaje sobre los parientes de los submarinistas entre diciembre de 2017 y finales de 2018, cuando finalmente se halló el submarino que se había hundido un año antes. Según el juez, el accionar de la AFI estuvo orientado a anticiparle a Macri cuáles serían los movimientos de los familiares y qué reclamos le harían en un tema tan sensible que concitó la atención nacional e internacional.

Las tareas ilegales fueron hechas desde la base Mar del Plata de la AFI. Por estos hechos, Bava ya procesó a nueve personas: los exdirectivos Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, el exdirector de Reunión Interior Eduardo Winkler, el exjefe de la base Mar del Plata Nicolás Iuspa Benítez y cinco agentes que reportaban en esa delegación de la exSIDE.

En una aparición pública, Macri había dicho que acusarlo de espionaje era desconocer cómo funcionaba la "Casa Militar", encargada de la custodia presidencial y que actuaba con la AFI para esas tareas. Sin embargo, su defensa advirtió que ese argumento puede generarle más de un dolor de cabeza y es improbable que lo use, si es que declara el miércoles próximo.

Dilatar y politizar

No es una novedad que Macri busque politizar la citación ni atarla con las elecciones., Juntos por el Cambio organizó un magro acto en la Plaza Castelli de Dolores, a dos cuadras del juzgado, para acompañar a Macri. La policía estimaba que no se habían reunido más de 300 personas. Los familiares de los tripulantes habían solicitado que no se movilizaran. "Ellos piensan una cosa y nosotros otra", dijo Hernán Lombardi, organizador de la manifestación, a este diario. La estrategia de la manifestación tampoco entusiasmó demasiado a los asesores legales del expresidente.

En el entorno de Macri, decían que el expresidente iba a hacer una breve exposición ante Bava: le iba a decir que no era competente para juzgarlo y que no había ordenado ningún espionaje. Después, entregaría un escrito y se iría. Pero, la defensa vio la oportunidad y dilató la declaración del exmandatario.

Desde que Bava lo citó, Macri pegó dos faltazos y, cuando finalmente accedió a presentarse, no habló al encontrar ese argumento sobre el secreto de inteligencia. La del miércoles próximo será la cuarta citación al expresidente. Es probable que antes la defensa insista con recusar a Bava.