“Lo que no concebíamos era no hacer el festival”, cuenta Martín Araneda, uno de los organizadores del Festival Cartón, el encuentro internacional de cortos animados que comienza este domingo en el Centro Cultural de la Ciencia (Godoy Cruz 2270) y se extenderá por una semana allí, en el Edificio Municipal Leonardo Favio – IDAC (12 de octubre 463, Avellaneda) y también a través de OctubreTV. Los espectadores podrán disfrutar de más de 150 films provenientes de 40 países, repartidos entre varias categorías, incluyendo las competitivas de Corto narrativo, Videoclip, Corto experimental, Microcorto y Serie de animación. Como se trata del décimo aniversario del Festival, la organización convocó al jurado de la primera edición, integrado por Juan Pablo Zaramella, Ayar Blasco y Julio Azamor, tres realizadores que, ya respetados por entonces- devinieron en referentes del campo en la Argentina. Aunque tradicionalmente el Festival Cartón se celebraba entre agosto y septiembre, la postergación de este año tiene un feliz efecto secundario: su transcurso coincidirá con la celebración del Día nacional de la animación argentina, que se celebra cada 9 de noviembre en conmemoración del estreno de El apóstol, de Quirino Cristiani, primer largometraje animado de la historia.

Además de la programación para la pantalla, el festival incluye una serie de actividades especiales, incluyendo una retrospectiva del cubano Juan Padrón, un foco en César Barrangou, la presentación de Quirinux (un sistema operativo con herramientas para crear cine animado), un taller de VFX con Marcelo Yañes (El secreto de sus ojos, Expendables y otros), una charla sobre distribución de contenidos, experiencias particulares como la de Paula Boffo (conocida como Paula Suko en el mundillo comiquero) que llevó su cómic under La sombra del altiplano al Festival de Annecy, en Francia, distintos work-in-progress, talleres (como el de video mapping) y proyectos internacionales como El futuro imposible, un colectivo mundial de animadores con inquietudes sociales.

“Veníamos soñando con este momento”, cuenta Araneda. Aunque la pandemia obligó a cancelar la presencialidad del tradicional festival y lo reconvirtió en una muestra virtual (que también emitió OctubreTV) y esta edición no volverá a la habitual sede de FM La Tribu, para el mundillo de la animación el parate significó algunas oportunidades. “Más allá de la producción local, hay una producción internacional a la que los animadores argentinos pueden acceder, y si ya había una virtualidad previa a la pandemia, se instaló más”, explica el integrante del Colectivo Cartón. Para eso, considera, ayuda cierta simpleza técnica. “Hoy se pueden hacer buenos cortos animados con recursos tecnológicos accesibles, como una computadora, y los animadores pueden dedicarle más tiempo a la animación misma, sin tanta previa y postproducción”, cuenta. “Esto también ayudó a que en pandemia muchos realizadores audiovisuales que no venían de la animación pudieran acercarse”.

“Lo principal para nosotros es la alegría de volver a conectar con el público, que no son sólo los espectadores, sino los propios realizadores”, observa el integrante del colectivo. “Nos interesa ser un puente porque entendemos que para los realizadores la instancia de visionado colectivo con el público es una experiencia enriquecedora”. Sobre la nueva participación de OctubreTV, Araneda señala que la señal “permite tener más flexibilidad, llegar a públicos nuevos y la posibilidad de realmente abrir el festival y su proyección a lugares que están por fuera de la posibilidad de asistir físicamente”.

Con esa motivación, el equipo de producción comenzó a trabajar a comienzos de año, con optimismo. “Por suerte esa apuesta a futuro funcionó, llegamos al festival sin mucho margen porque las restricciones recién habilitaron el aforo al cien por ciento en salas de cine hace un mes”, comenta y destaca “el raro ejemplo” de la Argentina, contra otros “lugares donde todavía hay mucha circulación del virus”.

“Empezamos a trabajar como si estuviera confirmado que podíamos hacerlo presencial mientras barajábamos la posibilidad de tener que volver a hacer una muestra virtual”, confiesa Aranedo. “La gente se está tomando el regreso de la presencialidad con bastante alegría, es un desahogo poder hacer actividades sociales y participar de eventos culturales, así que somos optimistas para esta edición”.