El objetivo está a punto de cumplirse. Y es posible que en esta próxima ventana de partidos por las Eliminatorias Sudamericanas, este viernes ante Uruguay en Montevideo y el martes 16 frente a Brasil en San Juan, la Selección argentina selle su pasaporte rumbo al Mundial de Qatar 2022. Con 25 puntos en la tabla de posiciones, le quedan sólo tres para alcanzar la media histórica de 28 unidades que asegura la participación en la Copa del Mundo. Y esto sin saber todavía cuál será la decisión de la FIFA respecto del partido suspendido ante Brasil en San Pablo, que a esta altura sólo tiene una importancia protocolar: brasileños y argentinos irán a Qatar cualquiera sea la resolución que se tome en Zürich. Ya no necesitan de esos puntos.

Sin la angustia asfixiante que se vivió para llegar a Sudáfrica 2010 o a Rusia 2018, cuando la Argentina firmó su clasificación recién en la última fecha, Lionel Scaloni tendrá un año exacto para poner el equipo a punto. Aunque en realidad, los plazos de preparación serán mucho más breves: luego de las dos fechas finales de las Eliminatorias que se jugarán entre enero, febrero y marzo de 2022 y el sorteo de los grupos que tendrá lugar el 31 de marzo, se abrirá un largo paréntesis de inactividad para los distintos seleccionados.

Es posible que entre junio y noviembre haya dos o tres ventanas de amistosos internacionales. Pero todo deberá esto ser negociado con las poderosas ligas y los no menos poderosos equipos europeos que no terminan de digerir que FIFA les haya insertado un Mundial en medio de sus competencias. No será fácil la convivencia. La Ligue 1 francesa ya ha comunicado que cederá los jugadores a sus respectivas selecciones recién el 14 de noviembre, o sea apenas una semana antes del comienzo de la Copa del Mundo. 

Más allá de los siete juveniles convocados para los compromisos con Uruguay y Brasil, Scaloni parece haber terminado hace rato el período de pruebas y tener ya un elenco estable de Selección. La base está y después de Lionel Messi, hay 17 o 18 jugadores que seguramente llegarán al Mundial salvo el imponderable de una lesión grave o una baja marcada de su rendimiento. Siempre puede aparecer alguien que el radar no detectaba y que obligue al cuerpo técnico a repensar algunas decisiones. Pero sería un error volver a poner todo en cuestión y seguir probando y buscando como si ya no hubieran transcurrido tres años de prácticas y partidos. 

Da toda la impresión de esta vez que no habrá tanto tiempo de trabajo previo y que la mayoría de los seleccionados deberán hacer lo que han venido haciendo hasta aquí:, viajar, llegar y jugar, con una Copa del Mundo de por medio. Pero lo más importante es que la obra está a punto de terminarse: Argentina está a un paso del Mundial. Llegará arropada por el cariño de la gente y con algunas certezas más de las que tenía antes de ganar la Copa América en el Maracaná. A 378 días de que la pelota empiece a rodar en Qatar, es lo único que se puede asegurar.