Fue el congreso de la unidad, así lo definen en la CGT. Héctor Daer, reelecto como cosecretario general lo sintetizó al afirmar que la central obrera tiene ahora "una sola voz de los trabajadores". La unidad alcanzada se logró con mucho esfuerzo y negociación donde buena parte del universo sindical hoy está representado en el nuevo y muy ampliado consejo directivo, pero como sucede habitualmente siempre hay alguno que se queja, algo que por ahora es bastante menor. El formato triunvirato subsistió e incluso repitió nombres como el de Daer y el barrionuevista Carlos Acuña, más la incoporación de Pablo Moyano que, afiebrado y a la espera del resultado del hisopado, se convirtió en el primer cosecretario de la CGT en asumir en forma virtual. Fue el camionero, en su discurso de asunción vía telefónica, el que marcó uno de los ejes del nuevo triunvirato: "Hay que rechazar a la derecha recalcitrante que quiere volver al Gobierno para cercenar derechos", dijo y convocó "al pueblo a votar masivamente el domingo próximo por el peronismo"

Los discursos de los miembros del triunvirato tuvieron sus particularidades. El de Moyano fue directo y sin medias tintas; el de Daer buscando conciliar las miradas o matices internos de la central obrera; y el de Acuña un tanto confuso. De todas formas, los tres apuntaron a defender los derechos de los trabajadores y advirtieron que resistirán cualquier intento de flexibilización laboral como prometen los candidatos de Juntos por el Cambio. 

Por caso, Moyano adelantó que la CGT "estará en las calles y presente en cada conflicto. Así honrará el espíritu de lucha de José Ignacio Rucci, Saúl Ubaldini y Hugo Moyano. Pero será autónoma y no el apéndice de ningún gobierno, por lo que presentará propuestas y soluciones", advirtió y añadió que "es preciso combatir los intentos de reforma laboral, como ocurrió en su momento contra las iniciativas de Mauricio Macri y Jorge Triaca".

A su turno, Daer afirmó que "el movimiento obrero debe ser protagonista en la vida de la Nación y en la adopción de las decisiones", y advirtió que la central obrera no es la medidadora en el conflicto social sino que representa a los trabajadores. En esa línea, reivindicó el modelo sindical argentino, la necesidad de la existencia de un Estado ordenador y comprometió a la CGT a "trabajar por un país más justo" porque resulta "intolerable la pobreza que hay". Eso sí, advirtió que eso no implica sumarse a los dichos del frente opositor sino a "trabajar aún más por el desarrollo, la producción que traerá prosperidad al pueblo".

El documento final del congreso estuvo en la dirección de estos discursos y fue explícito en ese punto al convocar a luchar contra "los sueños neoliberales de destruir los derechos socio-laborales y sindicales" y llamaron a rescatar el trabajo como garantía de "una vida digna". El texto reconoce a la inflación como el principal factor que perjudica la vida de los trabajadores pero señala su origen al afirmar que "en cuatro años, un gobierno neoliberal destruyó el aparato productivo".

El camino unificador

El proceso de unidad fue complicado y como todo proceso se puede afirmar que todavía ahora continúa. Por caso, hasta fines de la semana pasada el triunvirato como forma de conducción era un hecho e incluso ya se barajaban tres nombres, el de Daer, el de Moyano y Antonio Caló de la UOM. Pero el grastronómico Luis Barrionuevo, que no atraviesa un buen momento sindical, supo reconstruirse y tejió alianzas para conseguir lo impensado: la continuidad de Acuña. 

Barrionuevo sabe de intereses, necesidades y de especulaciones y promesas a futuro. Tal vez por eso logró desplazar al metalúrgico. Ayer, en los pasillos del predio de Parque Norte se especulaba sin anestesia: "Los Gordos e Independientes saben que Moyano puede llegar a romper. Barrionuevo es un horrible pero si tiene un acuerdo lo cumple. Por eso lo prefieren a (barrionuevista) Acuña en el triunvirato y no a Caló, que cuando las papas quemen puede apoyar a camioneros", afirmaban. La cuestión fue que el metalúrgico no quedó en ese trío de sillas pero ocupa la estratégica secretaría de Interior, la que tiene los vínculos con las regionales de la CGT. No es poco. 

El nuevo consejo directivo (CD) tendrá gremios nuevos y algunos que retornan. Entre los primeros está Mario "Paco" Manrique del Smata que tendrá a su cargo la secretaría Gremial. En tanto el Satsaid (televisión) asumirá la secretaría de Ciencia y Tecnología; la Administrativa será para la Asociación Bancaria (Sergio Palazzo) y la de Vivienda para el ferroviario Sergio Sasia. El Sadop (docentes privados) asumirá una de las vocalías. Entre los que regresan está el canillita Omar Plaini en Políticas Económicas y Sociales; y Juan Carlos Schmid en Políticas de Empleo. Entre los que continúan está Víctor Santa María (encargados de edificios) que seguirá al frente de la secretaría de Estadística y Registro. En tanto, la secretaría de la Juventud está a cargo de Sebastián Maturano, hijo del ferroviario Omar Maturano, uno de los que no está conforme con la nueva conducción. (ver aparte)

Para una mejor distribución del poder, el consejo directivo pasó de tener 25 a 33 y luego a 35 secretarías y 13 vocalías. También están las 10 sillas de la comisión Revisora de Cuentas. Todos eso fue parte de una larga negociación que debió terminar para poder dar comienzo al congreso. Los nombres finales no están definidos y por eso al final del congreso no se los presentó sino que se dijo qué gremio o federación ocupará tal o cual secretaría que, según los nuevos estatutos, estarán a cargo de una mujer y un varón y que ahora deberán designar. Todo eso incrementará la cantidad de personas que participarán de las reuniones del consejo directivo que, para tener validez, deberá contar con una presencia mínima de 30 por ciento de mujeres. A groso modo, una reunión de CD implicará unas 80 personas y, por lo tanto, deberá sesionar en el salón Felipe Vallese porque la sala del cuarto piso del edificio de la CGT es insuficiente.

Durante el congreso, por caso, hubo una presencia de delegadas mujeres que llegó a 367. Se podría decir que es importante pero en rigor, y según afirmaron los organizadores, representaban el 22 por ciento de los delegados presentes. En cuanto a porcentajes y anticipándose a posibles conflictos a futuro, entre los operadores de Gordos e Independientes se destacaba la muñeca de Daer que "supo distribuir la comisiones de tal forma que el moyanismo solo tiene un tercio. El quorum es nuestro".