La capital de la provincia de Buenos Aires parece haberse trasladado, en estos días al barrio porteño de San Telmo. Al menos, en lo que refiere al peronismo, que adoptó las calles adoquinadas que rodean la Plaza de Mayo como epicentro de la campaña que se viene. Allí, a pocas cuadras de distancia entre sí, en tres locaciones distintas, los sectores que se disputan la primacía y se encaminan hacia la interna partidaria en agosto mantuvieron ayer encuentros clave y avanzaron en las definiciones, a 40 días del cierre de listas. 

El PJ bonaerense mantuvo esta vez su encuentro semanal en el auditorio Caras y Caretas para hacer lugar a los más de 150 dirigentes que participaron, encabezados por la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, y el diputado Máximo Kirchner. En esta ocasión, además de dirigentes del PJ y de La Cámpora, el convite se extendió a las fuerzas aliadas que han venido formando parte del Frente para la Victoria, como Nuevo Encuentro, Kolina o Miles. 

De la cita formaron parte los intendentes de Avellaneda, Jorge Ferraresi; Ensenada, Mario Secco; Mercedes, Juan Ustarroz; Moreno, Walter Festa y San Antonio de Areco, Francisco Durañona; los jefes de bloque de diputados bonaerenses Juan José Mussi, y nacionales, Héctor Recalde; los diputados Juliana Di Tullio, Cristina Alvarez Rodríguez, Diana Conti, Eduardo “Wado” De Pedro, Mayra Mendoza y Fernanda Raverta; además de los dirigentes aliados Martín Sabbatella y Leopoldo Moreau, entre otros.

Pero la novedad fue la ausencia de unos treinta intendentes que habían comprometido su presencia y luego decidieron excusarse para armar algunos encuentros por separado. En un local de Bolívar al 400, donde se vienen reuniendo los jefes comunales, se había acordado por la tarde el documento que se leería en el acto pero a último momento, un grupo de ellos decidió no recorrer los 300 metros que los separaban del mitín convocado por el PJ y La Cámpora. La razón que adujeron: causaba malestar la presencia en la platea de figuras como el dirigente de Miles Luis D’Elía y el ex vicepresidente Amado Boudou. Fue la excusa perfecta. Ellos se quedaron en la sede de la calle Bolívar y el presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, se quedó junto a ellos mientras que Magario concurría al otro evento. Horas antes, los principales referentes de los Grupos Fénix y Esmeralda como Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Gustavo Menéndez (Merlo) y Fernando Gray (Esteban Echeverría) se habían mostrado juntos en Merlo para dar una señal de que querían un rol más protagónico en las negociaciones.

Estos intendentes sostienen que su peso territorial puede volcar el resultado de una elección y buscarán hacer valer eso en la interna. En particular, pretenden un doble reaseguro: que no tendrán problemas por abajo, es decir, en los candidatos a concejales; y que se les dará voz y voto en la confección de listas provinciales y nacionales. Según dicen en voz baja, quieren evitar que entren “piantavotos” en las boletas. También especulan con medir la cantidad de lugares expectantes que se quede La Cámpora, que debe renovar ocho bancas.

De todas formas, el faltazo no debe leerse como una ruptura. Lo primero que hicieron después de la reunión frustrada fue pedir un encuentro cara a cara con CFK, que desde que regresó de Europa no ha dado aún señales políticas ni definiciones sobre si será o no candidata este año. La decisión de la ex presidenta sigue siendo la principal incógnita a resolver antes de que cierren las listas el 24 de junio. En su entorno aseguran que recibirá a los jefes comunales el fin de semana y no tomará la decisión antes de esa reunión.

El documento que terminó leyéndose en el acto, y que había sido acordado por todos algunas horas antes, cuando los intendentes no habían decidido ausentarse, también da evidencias de que no hay un alejamiento definitivo entre el kirchnerismo y el peronismo territorial. El texto, que leyó la diputada Raverta, reconoce el “liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner” y plantea “construir una unidad programática” y “utilizar las PASO como mecanismo posible para dirimir candidaturas”.

Además, en un lenguaje afín al imaginario kirchnerista, el texto llama a la unidad para “ponerle freno al gobierno de unos pocos” y se pide conformar “un gran frente ciudadano plural y democrático junto al movimiento obrero, las organizaciones sociales, los científicos, los docentes, los estudiantes, los jubilados y los comerciantes” que “sea capaz de frenar las políticas neoliberales que sólo benefician a los ricos”. Sin los intendentes que participaron de su confección, un auditorio repleto aplaudió el comunicado.

Un rato antes, a menos de 500 metros de allí, en su centro de operaciones en el coqueto edificio Raggio, Florencio Randazzo volvió a juntar a su mesa chica para analizar los pasos a seguir y continuar coordinando la campaña. Se habló del acercamiento del secretario general de la CGT, Héctor Daer, y del diálogo con Felipe Solá y Facundo Moyano para terminar de atraer dirigentes peronistas del Frente Renovador y sumar masa crítica de cara a las PASO.

El ex ministro de Interior y Transporte sigue sin definir una fecha para lanzar su candidatura oficialmente, pero ya puso en funcionamiento a pleno la maquinaria electoral. Ayer comenzaron a circular en las redes dos spots que no llevan su firma pero sí tienen su visto bueno, y donde utilizan fragmentos de canciones de rock nacional para sugerir de forma apenas velada cuál será su futuro político: los temas elegidos son “Paso a paso”, de Ciro y los Persas, y “Pasos”, de Soda Stereo.