Especulación, falta de oferta, aumento de costos, estacionalidad. Son algunas de las explicaciones que referentes del sector cárnico atribuyen a la suba de más de un 20 por ciento en los precios del ganado en pie en el mercado de Hacienda de Liniers la última semana. Si bien los actores difieren en los motivos del aumento, el consenso es que  es desmedido y está por encima de las remarcaciones históricas que en general se dan en diciembre y febrero en el sector. 

Tras cuatro meses de calma entre julio y octubre producto de las restricciones a las exportaciones, el relevamiento de precios que realiza mensualmente el Centro de Economía Política (CEPA) observó un incremento en la evolución del precio mayorista del novillito (300/390kg) en 5,5 por ciento y su correspondiente traslado al mostrador en los diferentes cortes de alrededor del 7 por ciento. El mayor salto se dio esta última semana a poco más de 24 horas de los resultados de las elecciones de medio término. El alza de los precios mayoristas en el Mercado de Liniers comenzó a alertar al gobierno: el último martes llegaban a un 26 por ciento por encima del promedio de octubre. 

La preocupación oficial es por el traslado de ese aumento a la mesa de los y las argentinas, que no tardó en llegar y se pudieron observar esta última semana cortes como el peceto, la bola de lomo o la nalga por encima de los mil pesos en mostrador. El aumento del precio de la carne impacta por la incidencia que tiene en la canasta de alimentos que releva el Indec para medir el indice inflacionario, que oscila entre un 7 y un 13,3 por ciento de los índices de precios minoristas regionales.

Yo te avisé

El sector productor de carne atribuye el aumento a la baja en la oferta de terneros debido al cierre de exportaciones y una suba en la demanda por el efecto de la recuperación del consumo: "Era lo que veníamos advirtiendo desde mayo cuando cerraron las exportaciones, porque al no estimular la producción se genera menos oferta de carne y por lo tanto suba de precios. Los feed lot estaban vacíos. Por el otro lado el efecto de la inflación y la emisión hace que haya más dinero en los bolsillos y por lo tanto más demanda, lo que acentúa el problema", explica a PáginaI12 el vicepresidente de Coninagro Elbio Laucirica. 

"Muchos productores decidieron no realizar el periodo de terminación, es decir el engorde de los últimos cuatro meses. Dejaron terneros pastando, o no invirtieron, o no repusieron. Prefirieron guardar la plata e irse al dólar", complementa el secretario de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales (Fifra) Javier Peralta. Peralta atribuye sin embargo esta explicación al aumento "desmedido" de los precios, pero asegura que "todos los años independientemente de la situación económica o el precio del dólar la Hacienda ajusta sus valores en base a los costos de engorde". 

En general, se da en la segunda quincena de noviembre o primera de diciembre y luego una vez más a fines de febrero, principios de marzo "por una cuestión cíclica y biológica. Es el momento de sacar el ganado de los engordadores, y la cuenta tiene que ver con cuánto pagaron la Hacienda de entrada versus cuánto le costo terminarlo, es decir alimentarlo hasta el peso de venta, cuatro meses más tarde. Después, en el año se hacen pequeños ajustes por suba de servicios y la inflación".

Especulación

"La única explicación de la suba de los precios en esta magnitud es la especulación", sentencia el economista Hernán Letcher, director de CEPA. "Los productores reclaman que estos cuatro meses de no remarcación les hicieron perder 15 por ciento respecto de la inflación, un argumento totalmente falso porque en el aumento interanual la inflación está en un nivel del 52 por ciento y la carne aumentó 70 por ciento tanto en Hacienda como en mostrador", explica el economista que aclara que la administración de las exportaciones redujo la brecha entre los dos índices de inflación en 10 puntos: "Ellos seguramente querían seguir con la tendencia del 80 por ciento". 

Letcher explica que tampoco hay correlación con el aumento de los costos. "El maíz, por ejemplo, aumentó apenas 3 por ciento, claramente no puede traccionar los precios hacia arriba. Tampoco aumentaron las tarifas y los salarios corren por detrás de la inflación. Algunos lo llaman expectativas, yo a eso lo llamo especulación". 

La historia oficial

La lectura que hacen desde el oficialismo es más coyuntural y por eso también tomaron la medida de emergencia del congelamiento en supermercados por el fin de semana. Si bien notan una baja en la oferta debido a la situación climática, que lleva a retener animales en campo para aprovechar las pasturas de primavera-verano; la lluvia del fin de semana generó problemas logísticos para transportar a los animales a Liniers. El martes, día que aumentó 15 por ciento el precio, entraron apenas 4.000 animales a Hacienda cuando el promedio es de alrededor de 8.000.

Desde el gobierno entienden que en ese marco y en un contexto post electoral, aprovecharon y pegaron el aumento de precios que no habían realizado en los últimos cuatro meses. Desde el oficialismo esperaban un aumento pero entienden esta situación como un exceso.  Después del martes los precios siguieron aumentando a un ritmo mucho menor e incluso cerró el viernes con una baja con respecto a cómo había empezado la semana.

El día después

Conocer las distintas miradas detrás de la explicación de los aumentos no responde la pregunta más importante: ¿qué va a pasar el martes con el precio de la carne? "Estos precios se convalidaron porque ningún carnicero quiso quedarse sin asado para el fin de semana largo con buen pronóstico de clima. Cuando la semana que viene se hayan quedado con stock dado los altos precios que la gente no va a poder pagar, debería bajar un poco", asegura Peralta. 

Desde el oficialismo esperan que haya un recorte por lo menos al 10 por ciento frente a ese 20 que saltó esta semana, aunque también entienden que, si bien es probable que haya buena oferta en Hacienda, la demanda de las carnicerías puede ser grande por las ventas del fin de semana. Esperan a observar la dinámica de los precios de la próxima semana y a partir de ahí tomar medidas al respecto.