Fran Bubani es una científica y activista trangénero que lucha día a día para erradicar el pensamiento arcaico que establecía que según el género que tenías podrías dedicarte a determinada actividad. Entre la lucha y el estudio, la ingeniera mecánica oriunda de Belo Horizonte se convirtió en la primera investigadora trans del CONICET.

A la hora de explicar su trabajo, la docente del Instituto Balseiro e investigadora en el Centro Atómico de la localidad rionegrina de San Carlos de Bariloche destacó que desarrolla “nuevos materiales para las tecnologías del futuro”.

“Realizo investigaciones de materiales inteligentes y estudio aleaciones metálicas, con el objetivo es mejorarlos pensando en posibles aplicaciones para poder dar respuesta a distintos problemas de la actualidad”, detalló.

Nacida en 1980 en Belo Horizonte, Brasil, donde se recibió en 2005 como ingeniera mecánica en la Universidad Federal de Minas Gerais, Bubani eligió Argentina para realizar su doctorado en 2008. Fue en esa época cuando comenzó a cuestionar su identidad de género, pero recién hace seis años, mientras realizaba su posdoctorado, arrancó su transición.

En 2016 se asentó en Bariloche donde poco a poco comenzó a cambiar su cuerpo. Recibió el acompañamiento de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA) y del Equipo de Diversidad Sexual e Identidades de Género de la Municipalidad de Bariloche.

Luego de la cirugía de reasignación de género que se realizó en Buenos Aires, en 2019, Bubani se reintegró al Instituto Balseiro y se convirtió en la primera persona trans de la institución.

La investigadora resaltó que la transición de género en su país natal era “inviable” de llevar adelante en el ámbito científico. En cambio, destacó que en Argentina lo vio “como algo factible porque está la ley de identidad de género”.

“Había protección legal. Más allá de que sabía que no era algo sencillo, el marco legal estaba y se podía pelear para que se cumplieran esos derechos que están en la ley”, explicó Bubani.

- Tiempo atrás se pensaba que según qué género tenías deberías dedicarte a determinado trabajo, ¿qué opinás de eso?

- Hoy se sigue pensando que según el género que tenés debés dedicarte a determinada cosa o a otra. Por esa razón, es que tenemos áreas que todavía están muy masculinizadas como por ejemplo algunas de las ingenierías. También hay áreas muy feminizadas que están relacionadas a tareas de cuidado y que suelen pagar menos. Faltarán muchas generaciones más para terminar con esa asignación cultural de roles. Es una visión arcaica que hay que deconstruir. En esa visión el género está determinado por el sexo.

- ¿Considerás que el área científica es machista?

- Sí, es patriarcal y un área dominada por varones hegemónicos. Es muy importante empezar a pensar en un sistema científico más representativo de toda la diversidad de nuestro pueblo. Por ejemplo, la diversidad sexo-genérica está muy poco representada y está tapada. “La ciencia es para mejorar las condiciones de vida del pueblo y por eso es importante que sea representativa para poder entender cuáles son las necesidades reales, interpretarlas y dar respuestas.

- ¿Se podría erradicar esa situación?

- Pienso que se puede empezar a avanzar en su erradicación con la perspectiva de género integral y transversal en todas las actividades del ámbito científico. Es fundamental reconocer que no es lo mismo ser un varón que una mujer y tener en cuenta que las personas que nos evalúan también nos discriminan. Considero que no hay meritocracia posible si hay discriminación. Es necesario pensar en políticas activas. La discriminación por género es real, limita nuestras carreras, nuestro desarrollo y se sostiene porque hay un discurso que lo niega de parte del sistema científico.

“La ciencia es para mejorar las condiciones de vida del pueblo y por eso es importante que sea representativa para poder entender cuáles son las necesidades reales, interpretarlas y dar respuestas”.

- ¿Cómo fue tu proceso de cambio de género?

- Mi proceso fue sumamente complejo y difícil. En un primer momento, yo no lo quería hacer. Me parecía una locura, tenía miedo de que eso significara un suicido a nivel profesional por discriminación y, después de haber estudiado 5 años de carrera de grado, 2 de maestría, 5 de doctorado y casi 2 de posdoctorado, que nada de eso sirviera. Estudié muchísimo, miré casos de éxitos de personas que habían logrado mantenerse en sus carreras profesionales, seguir trabajando, y sobrevivir a esa transición. Lo que encontré en común en todas es que las personas cuando hicieron pública su identidad de género ya estaban bien establecidas profesionalmente y tomé la decisión de esperar a tener un cargo permanente para decirlo. En el ámbito científico, comenté la noticia cuando tenía que pedir la licencia médica para operarme y pasar por la cirugía de asignación de género.

- ¿Qué le recomendarías a una persona trans que quiera estudiar ingeniería?

- Lo principal es que busque redes de apoyo y contención. Hay colectivos que pueden ayudar, y en algunas instituciones hay comisiones de género. Es importante que conozca sus derechos y que no esté solo o sola para evitar situaciones de violencia y discriminación. Imaginate, para una persona trans es muy difícil sobrevivir a la escuela. Quiero decir a todos los distintos grados de enseñanza. Sigue siendo muy difícil porque en el sistema educativo hay que superar muchas evaluaciones donde nos discriminan y tienen poder sobre nuestro futuro profesional. Por eso es que digo que hay que prepararse y tener apoyo por si llegara a pasar algo. Si eso sucede, hay que actuar muy rápidamente para no terminar siendo excluidos de ese sistema. Hay que estudiar, sobrevivir a la carrera y salir con el título en la mano.