Hay que decir que la escena del crimen ya tenía vuelo de ficción: los cinco escalones de piedra blanca teñidos de rojo sangre frente al portón negro y dorado de la mansión de Miami Beach eran una postal lo suficientemente estilizada y fastuosa como para no agigantar la imaginación. El 15 de julio de 1997, Andrew Cunanan le gatilló un par de veces al modisto italiano Gianni Versace cuando volvía de su pedestre paseo matinal, que incluía tomar un café a unas cuadras y comprar revistas. Y había que imaginarse a lo grande para cubrir los huecos que dejaba el asesinato de una celebridad planetaria de la moda por un gay “camaleónico”, como ya se lo conocía en archivos policiales, que había debutado como asesino serial de gays maduros hacía menos de dos meses. Casi toda hipótesis de la prensa mainstream que intentaba describir o explicar el homicidio era un baldazo de homofobia: se usaba el dato de que Versace tenía el hábito de tener sexo con taxiboys (y, por lo tanto, se cometía la idiotez de culpabilizar a la víctima), y se señalaba que Cunanan era VIH+ y mataba gays como venganza. La verdadera relación entre víctima y victimario, más allá de un posible cruce unos siete años antes, no se pudo dilucidar nunca, pero una autopsia de Cunanan estableció que no era positivo, tras haberse supuestamente suicidado ocho días después de matar a Versace.

De ese crimen que aún tiene mucha oscuridad alrededor, y que está cerca de la complejidad del asesinato de Pasolini, se cumplen 20 años y será rememorado dedicándole la tercera temporada de la serie American CrimeStory. El guión está basado en el libro Favores vulgares de Maureen Orth, periodista que intentó retratar, a través de una investigación, la historia desde el punto de vista del asesino, y que plantea ciertas ideas polémicas, que incluyen especulaciones casi sin pruebas y nociones psicológicas derivadas de que Cunanan haya aumentado de peso. Ryan Murphy, creador de la serie, quien ya había trabajado con Ricky Martin en un capítulo de Glee, volvió a convocar al cantante para que interprete a Antonio D’Amico, la pareja de 15 años de Versace, que fue una de las primeras personas que encontró el cadáver. La serie parece querer redimensionar el melodrama alrededor del crimen, especialmente con los conflictos con su hermana Donatella Versace, que será interpretada por Penélope Cruz. Ya existió una película para TV de 2013, llamada House of Versace, que tenía cierto nivel de camp. Por ahora, entre las imágenes que ya se difundieron del rodaje, está la de Ricky Martin con equipo de tenis blanco y la entrepierna manchada de sangre, sosteniendo el cuerpo de Versace al borde de ser una estatua viviente de la Pietà de Miguel Angel; escena filmada en la misma escalinata donde ocurrió el crimen en Miami Beach. Hay que esperar a ver la serie el año que viene, pero no hay garantía de que no vuelva a existir otra versión camp de la misma historia. No sería raro que el camp regrese a la escena del crimen.